El sector privado ha sido clave para el bienestar social, especialmente desde la acción de las fundaciones y su trabajo con las comunidades. Un profesional que trabaja en fundación y directamente con población vulnerable cree que mejorar el conocimiento es fundamental en el futuro de Urabá.
LA Network dialogó con Wilson Berrío, un convencido de que el futuro de Urabá se construye con base en la unión de todas las visiones existentes en la región. El asesor en desarrollo social de la Fundación Uniban, una de las entidades más respetadas de la región por su trabajo social durante 30 años, conoce muy bien a las comunidades y considera que el nivel de la educación debe incrementarse para estar acorde con el proyecto de desarrollo sostenible que requiere el territorio.
¿Cómo valora el ejercicio de Plan Integral que se realizó para Urabá?
“Me parece que ese ejercicio de proyecto regional integral para Urabá, más allá de ser una propuesta de un gobierno y planteada como un ejercicio de postura política de una región, lo rescato desde el soporte técnico que se generó allí. Fue un trabajo juicioso de entender la región y de una mirada desde afuera pero digamos con una muy buena cercanía a partir de los ejercicios que se han hecho internos y externos académicos con relación a Urabá”.
¿Cómo darle legitimidad dentro de la región a estos planes estratégicos?
“La gente de Urabá debe contar las búsquedas que ha tenido durante toda la vida y todo eso cómo puede caminar en función de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS y cómo esas búsquedas como personas, como líderes, representantes y como cabezas de instituciones legítimas de la región. Cómo esa trayectoria les da para decir creemos, lo que hay que seguir buscando es esto y a donde hay que llegar es a esto. Claro, debe ser muy desde la gente de Urabá para dar legitimidad al Plan y ratificarlo pero desde su punto de vista”.
¿Qué fortalezas tiene la región desde lo social?
“Hay una fortaleza en lo que se ha venido trabajando con comunidades, con ciudadanía, con la gente que está organizada. El inventario de organizaciones que hay en Urabá es muy alto, es gente que está intentado hacer cosas, desde organizaciones de víctimas, organizaciones deportivas, de jóvenes, de cultores, de líderes comunales, de mujeres; entre otros. Una cantidad de personas que están intentado hacer su aporte dentro de lo que es una política pública de desarrollo local, hay una ciudadanía responsable”.
Uno de los aspectos que consideran muchas personas como clave para el desarrollo de la región es la educación, ¿cuál es el panorama desde su punto de vista?
“La calidad de la educación en Urabá es baja. En capacidades en educación y dotaciones no se alcanzan los mejores recursos y eso da como resultado personas que llegan a competir con cargos con alguien de afuera de la región, pierde con la capacidad del que viene de afuera. El problema está en la educación secundaria siempre hay un nivel bajo y así pues se llega ‘colgado’ a la universidad y eso no sale bien. O son muy talentosos y se logran equiparar con los otros estudiantes, o tienen que hacer un esfuerzo supremo para tratar de alcanzar un nivel aceptable. Claro, hay profesionales de Urabá, hechos en Urabá que son muy buenos pero hay una brecha. Hay solo dos o tres colegios con nivel alto, universidades serias como la de Antioquia son las que hacen un gran esfuerzo pero la brecha es grande”.
¿Pero la gente de la región que sale a prepararse regresa?
“Los que se quedan afuera es que les han dado una gran oferta pero hay un grupo de gente que sale y algunos han regresado a ocupar cargos y posiciones que contribuyen. Hay gente que desde la Universidad de Antioquia y de las universidades de Medellín han hecho su formación y vienen trabajando por la región. Allí es donde uno ve el ejemplo claro de que la educación es necesaria. Tener estos muchachos formados está generando material muy competente acá pero muy poco para la cantidad de jóvenes que hay acá. El punto más crítico es que como esta región es netamente rural y sus habitantes están en los corregimientos y veredas entonces ahí sí es lo más crítico pues allá no llega la educación.
¿Qué destacaría usted de positivo en educación?
“La formación de docentes cualificados con posgrados es un buen camino pues en la región hay una mirada poco digna del maestro, este es poco valorado”.
¿Qué puede hacerse entonces?
“Hay estudios que dicen que Urabá es netamente rural y si se entiende rural así debe ser la educación, así se puede aprovechar más la infraestructura y todo lo que tiene. No veo tan positivo que se piense en un Urabá urbano porque entonces lo que se promoverá será que todos estos jóvenes y familias se vayan para las ciudades y estas todavía no están preparadas en servicios públicos, en infraestructura. El banano le ha dado sustento económico a la región, si el banano no sigue siendo la prioridad, esto podría generar una crisis.
