En solo tres meses, esta herramienta de iniciativa ciudadana e implementación institucional, protegió la vida de estas personas ante el riesgo inminente de homicidio.
Salvaguardar la vida de 50 personas de Medellín, en su mayoría jóvenes, de la sentencia de homicidios que le imponen grupos violentos; a través de un protocolo creado por los ciudadanos para alejarlos de esa amenaza, “es una gran satisfacción, una gran alegría para nosotros”, afirma Lucas Jaramillo, Estratega Ejecutivo de la Casa de las Estrategias, el centro de estudios local desde el que se gestó el protocolo.
Y es que en una ciudad en la que hasta el 22 de noviembre de este año se contabilizaban 503 víctimas de homicidios, que por medio de un ‘Protocolo de Protección de Potenciales Víctimas de Homicidio’; se logre extraer de ese riesgo de muerte a 50 de ellas, pues además de representar un 10% menos en las cifras y generar sostenibilidad a la vida en esta ciudad colombiana, “es entender que cada ser humano hace falta, que nada justifica el homicidio”, recalca el estratega e investigador social.
El ‘Protocolo de Protección de Potenciales Víctimas de Homicidio’ fue presentado a la ciudad el 15 de agosto luego de un trabajo de casi dos años en los que la Casa de las Estrategias se planteó la necesidad, como organización ciudadana y además la participación de voluntarios, de enfrentar las dinámicas del homicidio en la ciudad, bajo el lema de que ‘nada justifica el homicidio’ y dentro de la campaña #Nocopio en la que se rechaza el asesinato bajo cualquier circunstancia.
¿Qué es el protocolo?
El protocolo consiste en que si una persona es amenazada o siente que está en riesgo de ser asesinada, se comunica con la línea de Emergencias de la ciudad, el 1-2-3- y allí es contactado a la extensión social, en la que hay policías y profesionales capacitados que guiarán a la persona en los procedimientos establecidos para extraerlo del sector en el que su vida está en riesgo (existen diversos criterios). La policía lo evacua del lugar con sus patrullas y con los funcionarios se establece si lo alojan, los trasladan fuera de la ciudad o incluso si requiere apoyo para la mudanza a otra ciudad.
“El objetivo de este proyecto es alcanzar la meta de una tasa de 15 homicidios por 100.000 habitantes suscrita en el Plan de Desarrollo como una expresión de una ciudad con menos miedo”, reza la propuesta escrita del protocolo.
Dentro del grupo de profesionales que se incorpora al protocolo están psicólogos y funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entidad nacional que se encarga de proteger los derechos de los menores de edad (18 años) en el país, quienes son en general las principales víctimas de la violencia (en Colombia cerca del 30%).
“Es romper ciertos hábitos y costumbres. Lo que investigamos es que hay una idiosincrasia muy fuerte de que la gente está destinada al homicidio y ya no hay nada qué hacer. Es cómo recuperar ese concepto filosófico de que la vida es sagrada, no importa quién sea, si podemos evitarlo lo haremos”, insistió Jaramillo.
El estratega explicó que lograr que la institucionalidad, en este caso la Alcaldía y su Secretaría de Seguridad implementaran el protocolo, llevó un tiempo, para ser escuchados, pero se lograron superar los niveles de burocracia que impedían su puesta en operación y en la actualidad el gobierno local ha manifestado, según Jaramillo, su decisión política y financiera al Protocolo de cara al futuro. Además, y con el fin de establecer este mecanismo de protección como política pública, ya una concejala de la ciudad gestiona la propuesta de Acuerdo en el Concejo para su establecimiento como norma permanente.
Un protocolo para la vida en las ciudades Latinoamericanas
La Casa de las Estrategias y las campañas contra el homicidio están vinculadas en el nivel Latinoamericano bajo la Red Latinoamericana Instinto de Vida que busca, integrando a 20 organizaciones de siete países, la reducción en 10 años del 50% de los homicidios en la región. Y es así como desde allí parte la posibilidad de implementar el protocolo en otras ciudades de la región.
“La Red ha sido generosa en calificarnos de innovación, de crear nuevas rutas de protección de la vida, de ser inventivos desde Medellín”, explicó el estratega e investigador social. Refirió que desde la Fundación Ideas para la Paz, su Directora María Victoria Llorente expresó que de nuevo surgen de la ciudad ideas de vida para otras urbes en Latinoamérica donde hay muchos avances en otras direcciones pero no específicamente en esta.
“Es necesario observar bien el contexto en el que podría implementarse el protocolo. Hay posibilidades en Brasil y Venezuela. En ciudades como las brasileñas hay una fuerte gestión del Ministerio Público y por el contrario en Venezuela una fuerte ruptura institucional. Esperamos posibilidades en Centroamérica donde las Fiscalías no funcionan muy bien”, señaló Jaramillo.
Por su parte, en Colombia, desde la ciudad de Cali (1.289 víctimas de homicidio en 2016) ya la Casa de las Estrategias he recibido manifestaciones de interés en el protocolo. Los creadores explicaron que esperan hacer la transferencia de conocimiento a esa ciudad en cuanto haya una mejor evaluación de la implementación en Medellín. “Les dijimos que esperaran un poco para sistematizar la idea y mejorar procedimientos”, señaló Lucas Jaramillo.
Sin embargo, los impulsores del Protocolo también manifestaron su preocupación por la baja difusión del protocolo desde la institucionalidad, especialmente “durante las últimas semanas en que se han presentado homicidios y no hemos recibido llamadas de personas pidiendo protección”, lamentaron.
