Ciudad-Nido

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LA Network Ciudades
11 febrero, 2018 - Ética Ciudadana

Nota del editor: este texto fue escrito por Priscila Vergara, artista plástico mexicana, para la presentación de su obra Ciudad-Nido en un evento programado como parte de las actividades de la naciente Alianza Smart Latam en la ciudad de Puebla (México). Por su enorme valor, profundidad y conexión con nuestra filosofía de LA Network, invitamos a la artista para que lo compartiera con nuestra comunidad.  

Ciudad-Nido
Foto: Jerry Kiesewetter

La Tierra no será si no somos capaces de entender la necesidad del nosotros. La gran diferencia entre la revolución industrial y la revolución digital está en dos definiciones: el horizonte del tiempo es limitado y el pacto social resulta impensable sin las libertades individuales.

Una idea de colectividad que rechaza al individuo es una idea de colectividad que apuesta por el viejo principio que dice que “lo que es de todos no pertenece a nadie”.  Las sociedades solitarias no son sociedades solidarias. Sumar una a una las individualidades es la garantía de una sociedad completa, donde los hombres y mujeres en concreto formamos corazones, nidos, casas, pueblos, ciudades, países, continentes. El ejemplo del Uno es el mejor ejemplo del Todo.

Los nidos son una red. Las casas son un nido. El nido es la metáfora perfecta del origen, es un vientre, es una casa, es el lugar donde se coloca el huevo primigenio que da origen a la vida. Si existe una forma de alcanzar el futuro esa será la de regresar a la naturaleza. Si somos capaces de reproducir los comportamientos de la naturaleza, también seremos capaces  de formar ciudadanos y sociedades conectados con su entorno, es decir, ciudadanos y sociedades que sean capaces de romper la limitación temporal que el cambio climático, propiciado por nosotros mismos, impone a un mundo que empieza a no pertenecernos y que se deshará de los seres humanos si el nido llamado planeta nos presiente como amenaza.

Las ciudades no son otra cosa que un increíble complejo de habitaciones, es decir, de lugares de convivencia producto de la propia convivencia. Nido es eso. Esta pieza, pretende ser un ejercicio amoroso de compasión, que nos lleve a comprender que sólo construyendo espacios de colaboración será posible regresar al origen, creer en el destino y apostar por una sociedad del conocimiento que sea capaz de cambiar el “chip”,  tejer redes humanas y darnos un corazón en el espacio más personal de todos: el individuo.

Hagamos de las líneas que nos unen una red y de la red otro mundo posible. Decía Ortega y Gasset que “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.  La obra Ciudad-Nido, es una invitación para reflexionar sobre la idea necesaria de convertirnos en colaboradores. El paso de la observación a la colaboración representa un gesto tan simple como colocar una rama, tender un lazo, construir un nido-espacio común.

Quizá, si entendemos que nadie es alguien sin la ayuda de los demás, el futuro será un proyecto compartido, compuesto por individuos fuertes. El alma de la sociedad depende de cada persona, sus actos y emociones. Solo así la Tierra será nuestra.

Priscila Vergara

2017

Ciudad-Nido
La artista Priscila Vergara en la presentación de su obra Ciudad-Nido con las autoridades de Puebla