La utópica ciudad planeada por Niemeyer y Costa es ahora una urbe de contrastes que no sabía qué predios eran públicos. Aplicando elementos de Smart City (ciudad inteligente), Brasilia dejó a un lado el sistema catastral de papel e implementó la tecnología para ‘conocer’ su territorio.
Brasilia, la capital brasilera, planificada y fundada en los años 60, es hoy una pintura en blanco y negro: una ciudad rica diseñada por los arquitectos Óscar Niemeyer y Lúcio Costa -con forma de avión y espacios determinados para todo propósito- y otra, la no planificada y que según cálculos, acoge más de un millón de personas pobres asentadas incluso en zonas de invasión.
Con una población de 3’039.000 habitantes según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el denominado Distrito Federal, concluyó recientemente el proceso por el que migró toda su información catastral desde el formato físico (papel), a una plataforma digital.
Esto, además de ser una manifestación del uso de la tecnología para avanzar en herramientas de Smart City (ciudad inteligente); le ha permitido conocer la ubicación de muchos de los predios públicos, quién los está usando actualmente y de esa manera dejarlos a disposición de la planeación y el desarrollo del territorio.
Así lo explicó Bruno Ávila Eça de Matos, arquitecto de la Agencia de Desarrollo del Distrito Federal (Terracap) y Coordinador de Instrumentos Urbanísticos de la Secretaría de Estado de Gestión del Territorio y Vivienda del Distrito Federal – Segeth; en diálogo con LA Network.
“Antes los ciudadanos tenían que pagar para acceder a las normas urbanísticas de sus predios, tener las fichas urbanísticas de sus lotes y ahora todo es una transformación digital, es en línea y eso facilita todo”, indicó el Coordinador de Instrumentos Urbanísticos del Distrito Federal.
El experto agregó que, partiendo de la base de que una ciudad inteligente es entre otras y según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la que ubica a las personas en el centro de su desarrollo; con el proyecto de ‘gestión urbana inteligente’, ahora se logra por ejemplo, responder efectivamente a las entidades que solicitan a la Secretaría de Gestión del Territorio, un lote para una escuela, para una biblioteca o un escenario deportivo.
“En algunos casos, se evitó la emisión de posicionamientos técnicos equivocados sobre lotes para Unidades Básicas de Salud. Todo estaba en papel, era un caos”, comentó Ávila Eça de Matos.
Y es que el crecimiento de la hoy capital de Brasil: un millón de habitantes en 1980, dos millones cerca del año 2.000 y el tercer millón hacia 2016; ha dejado un territorio disperso y sin planificación.
En este contexto, los predios, muchos de ellos públicos, fueron ocupados por los nuevos residentes durante estas últimas cuatro décadas, en su mayoría personas pobres, aunque otras no tanto.
Según relata el arquitecto, en el desorden en la ocupación del territorio, personas con altas rentas adquirieron lotes y predios de determinada área y aprovechando ese caos, ocupan hoy dos y tres veces más de área.
“Hay mucha tierra pública que está ocupada irregularmente, la ciudad real es distinta a la que está registrada en las notarías”, advirtió el funcionario brasileño.
Tecnología para una mejor gestión del territorio
Con un crecimiento de más de 60.000 personas por año integrándose al territorio, el uso de la tecnología para gestionarlo, resulta fundamental.
El proceso de transformación de la gestión catastral de Brasilia se llevó cerca de tres años en los que se integraron el Sistema Electrónico de Informaciones – SEI; el Sistema de Informaciones Territoriales y Urbanas – SITURB y la Metodología de Gestión Urbana Inteligente – Geoportal.
Además de ser un servicio y un medio para empoderar a la ciudadanía, al permitirle acceder a información real, abierta y de calidad sobre sus propiedades; este proceso de gestión urbana inteligente para el Distrito Federal se erige como una herramienta de planificación de la ciudad.
“Hablando en términos de ordenamiento territorial, esperamos que esta tecnología sea utilizada en la revisión del Plan Rector de Brasilia que es como el POT de la ciudades colombianas”, explicó el arquitecto y Coordinador de Instrumentos Urbanísticos.
Ávila Eça de Matos también espera que esta nueva plataforma de gestión de la información, aporte en la aprobación la Ley de Ocupación del Suelo que se legisla en estos momentos y sobre todo que aporte en la simplificación de las normas.
Esto porque según el funcionario, la ciudad tiene un cúmulo de normas urbanísticas “complejas”, que suman más de 500 reglas, entre ellas muchas que califica como “contradictorias”, las mismas que al momento de aplicarlas en el territorio, generan un debate técnico y jurídico que problematiza la gestión territorial.
Pero al final del proceso, entre las satisfacciones, destacó que algo valioso es que los ciudadanos terminen de aportar en la construcción de la plataforma, “conociéndola, usándola y hasta criticándola”.