En muchas ciudades latinoamericanas, quienes tienen este estilo de vida ya no son errantes en busca de buenos platos. El restaurante Verdeo es un ejemplo de la explosión veganista en las ciudades.
Papas criollas con romero y limón; Portobello relleno; Falafel con humus y Babaganush; Albóndigas (de lenteja) al Pomodoro y Tom Kha Gai; son algunos de los platos exclusivamente veganos que puede saborear esta población en la ciudad de Medellín, en una oferta que responde al crecimiento de este estilo de vida.
Para muchas de las personas que hace unos pocos años decidieron, en esta ciudad colombiana, adoptar el estilo de vida vegano, fue todo un proceso paciente esperar a que el mercado creciera y se pudieran hallar lugares atractivos y con criterio que suplieran sus necesidades gastronómicas.
Así nació Verdeo, un restaurante vegano – vegetariano, que desde hace ocho años incursionó en la ciudad para satisfacer los gustos de la población vegana y vegetariana.
“El origen de Verdeo comienza con una necesidad que se vio en el mercado pues había mucha gente que llegaba cansada del trabajo y le gustaría comer algo saludable y no encontraba una opción. Entonces se diseñó primero una línea de productos vegetarianos congelados para preparar y que se llevaran a domicilio”, recuerda Juan Felipe Hernández, vegetariano y creador del restaurante.
Relata Hernández que tras muchas experiencias y participaciones en ferias, sus clientes presionaron para que abriera un lugar en el que se pudieran disfrutar las propuestas congeladas de Verdeo.
Y es que pese a que en las ciudades de Latinoamérica el ‘boom’ vegano -que según cálculos mundiales para 2017 ya suma a 600 millones de personas, indica la Unión Vegetariana Internacional-, no ha sido tan exponencial; cada vez es más frecuente la aparición de restaurantes que responden a este estilo de vida.
“En esta ciudad fuimos parte de los pioneros, en ese momento había muy pocas opciones”, recordó Hernández quien agregó que en sus inicios buscaron construir una oferta gourmet, económica, integrando productos orgánicos y claro, está buscando el concepto de sostenibilidad, implícito ambientalmente en el veganismo; pero que Verdeo implementó desde el componente social.
“Desde el principio buscamos eliminar los intermediarios, tener un trato directo y justo con los proveedores campesinos”, destacó su creador.
Ahora, tras ocho años de presencia en la ciudad con Verdeo, Hernández explica que siente que desde su restaurante viene contribuyendo al crecimiento del veganismo en la ciudad -pese a ser solo vegetariano-, una ciudad de cultura ‘carnívora’ y afirma que ahora las nuevas generaciones no están pasando por el vegetarianismo sino que adoptan directamente el veganismo como su filosofía de vida.
“Es muy fuerte en este momento, por el respeto a los animales y lo que conlleva a que los chicos y las nuevas generaciones, estén tomando esa decisión”, agrega.