Ciudades: motores económicos o incubadoras de pobreza

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Rosana Guerrero
17 octubre, 2018 - Hábitat y Desarrollo Urbano

Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, América Latina entre los años 1950 y 2014, incrementó su población urbana del 50% a una tasa exacerbada del 80%, es decir, 8 de cada 10 personas viven en ciudades, cifra que para el año 2050, será del 86%.

Vivir en centros urbanos es una circunstancia que favorece el crecimiento social y económico de sus habitantes, pero a su vez, el acelerado proceso de ocupación urbana ejerce presión en la infraestructura adyacente y exige el incremento en la oferta de servicios y vivienda.

En el año 2012, unos 863 millones de habitantes ubicados en zonas urbanas, vivían en situación de pobreza, lo que significa que 1 de cada 7 personas ocupaban para ese entonces asentamientos marginales.

Las cifras no mienten y los expertos no exageran, “la realidad es que las ciudades son centros que hospedan condiciones de pobreza”.

En muchos países Latinoamericanos aun existen habitantes que no cuentan con acceso a electricidad y otros que aun requieren materiales primarios como madera o carbón para cocinar,  se estima que alrededor del 10% y 18%, respectivamente. La ambigüedad se origina a partir del hecho en que las ciudades son consideradas motores económicos y la incógnita radica en, ¿sí son regentes en promover desarrollo, por qué razón dejan espacio para albergar pobreza?

Algunos gobiernos obvian que la falta de control en la expansión urbana puede afectar el desarrollo de las ciudades, el problema es que se hace cuesta arriba adaptar las condiciones físico/naturales y espaciales de las urbes a una demanda constante de bienes y servicios por parte de una población en aumento.

La insostenibilidad va de la mano de la expansión urbana sin control y además, sin ser menos importante, de las decisiones gubernamentales intermitentes que varían de periodo en periodo, cada cambio de mandato implica empezar desde cero un nuevo proyecto y… ¿dónde queda el progreso de la ciudad?, ¿en el voto de sus habitantes?

Cada ciudad presenta desafíos urbanos específicos, siendo los más frecuentes: seguridad social, atención a áreas vulnerables por riesgos ambientales, empleo y cobertura de servicios (agua, electricidad, aseo, educación y salud), estos deben ir de la mano de la planificación y gestión consciente del territorio, ya que una ciudad con crecimiento anárquico es una ciudad con aproximación al colapso.

 La planificación de las ciudades debe proyectarse a mediano y largo plazo, debe anticiparse al futuro crecimiento, sobre todo en las ciudades que crecen con mayor rapidez.

Para reducir los índices de pobreza, se debe repensar el modelo de subsistencia que se está llevando a cabo actualmente en las ciudades latinoamericanas, la sostenibilidad de las mismas depende del uso razonable de sus recursos, como también de la debida gestión y control del territorio.

 “En 2010, el 23,5% de la población urbana de América Latina y el Caribe vivía en barrios marginales. Pese a los esfuerzos por regularizar los asentamientos informales, el número de habitantes urbanos en dichos asentamientos sigue creciendo” BID.

¿Seremos capaces de promover en LATAM ciudades habitables, equitativas y sostenibles?

Por: @Guerflor