El concepto de ciudad inteligente no es nuevo y es inherente a la teoría organicista del Estado, la inteligencia de la ciudad es entonces la inteligencia de quienes la construyen, habitan y gobiernan. Habrá que recordar también que el Estado en sus inicios era homólogo de la polis griega, así ciudad y estado tiene el mismo principio. Remontándonos al siglo XII, encontramos también a De Padua, un Médico, Político y Filósofo italiano que, por su formación en biología médica, creía que “una ciudad bien constituida, necesaria y naturalmente se asemeja a un animal bien dispuesto”, ciudad así evoluciona como concepto de ser con vida propia hasta incluso tener inteligencia propia, SMART CITY hoy.
Pero, aunque aceptemos la analogía de ciudad con un organismo vivo, aun así, no es fácil entender como una construcción no natural, que, aunque funcione como ser vivo, también tenga inteligencia propia.
Al respecto, la humanidad y nosotros los humanos como sus únicos representantes en la tierra, no queremos aceptar que exista más inteligencia que la que esté dentro de un cerebro humano, por ello cuando una inteligencia se sale del encéfalo, es peyorativamente denominada “INTELIGENCIA ARTIFICIAL”, así que esta pequeña introducción nos ubica en un contexto de ciudad inteligente artificialmente hablando.
Quedó claro que las ciudades son constructos producto de la actividad humana en un lugar con aparentes facilidades para el desarrollo de las relaciones intersubjetivas de sus individuos, y entre estos y su entorno (hábitat).
Así que las ciudades en este marco de ciudad-orgánica (ciudad inteligente), son artefactos o artificios, para mayor claridad, las ciudades son NO NATURALES, no las creó una inteligencia superior que de la nada las instalo. No, nada de eso. Las ciudades son hechas para y por el hombre, y si son inteligentes, deben tener su inteligencia en algún órgano u órganos adaptados para esa función; en los siguientes párrafos trataremos de mostrar que Medellín (El caso de estudio), si se reputa inteligente, debe tener algún sistema que la haga tal.
La inteligencia de Medellín.
La inteligencia de Medellín debe estar en sus mejores sistemas, así revisándolos, podrá ser su infraestructura vial, su dotación de equipamientos, su sistema educativo, su sistema de espacios públicos, su sistema de servicios públicos, su sistema de transporte, su sistema de gobierno, sus ecosistemas, sus sucesivas elecciones de buenos gobernantes, sus sistemas económicos orientados a servicios, sus organizaciones civiles, sus grupos económicos poderosos, sus sistemas de prensa, todos ellos seguramente, es lo que la podrán hacer inteligente, ya que ella es un constructo y solo sus órganos, o varios de ellos como un sistema, le darán esa capacidad de inteligente.
Medellín posee una red con varios nodos que muestran características de inteligencia, enumeramos algunos con nombre propio.
En primer lugar, está su empresa administradora de los servicios públicos (EPM), que es una de las mejores en su tipo en Latinoamérica, lo es tanto, que provee de servicios a otras ciudades de Colombia y Latinoamérica, sigue en ese rango la empresa Metro de Medellín, que tiene a cargo la gestión del metro de la ciudad, posee planes maestros de largo plazo para que el sistema sea sostenible en el tiempo; y así continuando, la ciudad posee también un Consejo territorial de planeación, un órgano apolítico que provee cierto direccionamiento asertivo a los administradores locales de la ciudad.
Medellín en asocio con 9 municipios vecinos, creó un cuerpo administrativo denominado AMVA, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, el cual coordina, controla, gestiona esfuerzos en torno a temáticas de transporte y es autoridad en el manejo del medio ambiente.
La ciudad posee 5 universidades públicas y 40 centros de educación superior privados, estos proveen de estudios a los gobiernos locales, quienes contratan estos servicios para resolver muchas problemáticas que la administración por sí sola no puede resolver.
Y últimamente le ha apostado a la inteligencia artificial como motor de desarrollo y como apoyo tecnológico para asegurar un futuro mejor en el devenir de la ciudad, para ello cuenta con la asesoría del Instituto para la Automatización Robótica de Procesos e Inteligencia Artificial (IRPA AI) de Estados Unidos.
Pero la ciudad en su funcionamiento inteligente también presenta carencias, las mismas que son una limitante en términos de esa finalidad de proveer niveles de satisfacción óptima a las necesidades de sus habitantes.
Son ejemplo de ello, los indicadores bajos que presenta en materia de seguridad ciudadana, donde grupos irregulares, no han permitido los avances que se dan en otras dimensiones de la multidimensional calidad de vida ciudadana.
El transporte y la movilidad también son materia pendiente en esta radiografía de la inteligencia de Medellín, aunque se cuenta con un sistema metro funcional, aún el uso del transporte privado vehicular y de motocicletas, necesita de las restricciones de la autoridad para equilibrar emisiones de gases.
En igual sentido ocurre con el control de la calidad del aire, que, aunque está instrumentada su medición (la ciudad cuenta con el SIATA, un sistema de información para el tratamiento de datos ambientales), los niveles de algunos componentes aún son motivo de seguimiento por su relación con la salubridad pública.
Servicios públicos, a pesar de la ciudad poseer una de las mejores empresas públicas del país y de Latinoamérica, la legislación y otros factores, no permiten proveer el servicio gratis o reducir las tasas de precio a grupos vulnerables, aun teniendo indicadores de superávit en el recaudo.
Dificultades en planeación urbana, este es quizá el punto más débil en la escala de valoración de la inteligencia de la ciudad, se cuenta con un cuerpo de normas nacionales, con aplicación local, la Ley 388 de 1997, y su paralelo local, el acuerdo 048 de 2014, aun así, la ciudad no tiene un plan regulador de largo plazo, no posee un modelo de datos BIM, CIM (Building and City Information Modeling) que interrelacione lo normativo con otras dimensiones de conocimiento y de información para que el futuro de la ciudad esté guiado por la ciencia y se disminuya la influencia subjetiva del gobernante de turno, en ese sentido se dificulta hacer analítica predictiva y prescriptiva (pilares de la inteligencia de las ciudades), para que los niveles de satisfacción de las necesidades de sus habitantes sean acordes con la cultura de pago que posee la urbe.
Gobierno Inteligente. La ciudad más innovadora del mundo (designación que le otorgó el concurso City of the Year, organizado por The Wall Street Journal y Citigroup), necesita con urgencia de un centro de análisis de información de ciudad, que le permita al gobierno guiar sus decisiones (sobre uso del espacio, economía alternativa, medio ambiente, transporte, seguridad, energía, agua, derechos ciudadanos, entre otros) basados en la data que ha producido esta capital durante los últimos 20 años, reduciendo el margen de equivocaciones en materia de inversión pública y de gobernabilidad.
Con la anterior radiografía en términos de la inteligencia de la ciudad, es necesario también citar que existen en la ciudad una serie de iniciativas privadas y público-privadas que han trabajado el tema de inteligencia de datos desde sus ámbitos empresariales a niveles de calidad alta, hay conocimiento suficiente en el recurso local para soportar este tipo de procesamiento de información para optimizar la toma de decisiones, son notables los avances en materia de redes neuronales, deep learning, machine learning, limpieza de datos, drones, robótica entre otros; conocimiento y recurso que puede ser empleado para esa guía informada que necesitan los gobiernos de las ciudades inteligentes de hoy.
Otras inteligencias ciudadanas: La inteligencia de Medellín también debe medirse en su capacidad para autoregenerarse o para recomponerse en tiempos de crisis, es evidente que la ciudad tiene un gran potencial para autotransformarse, es así que ha construido un sistema de bibliotecas para retroalimentar a sus ciudadanos, construyó un sistema de jardines infantiles para que la niñez asegure su futuro, posee un sistema metro, como pocas ciudades en Colombia, posee por lo menos dos edificios “inteligentes”, posee una Cámara de Comercio que agrupa clúster de negocios que potencian la economía de la ciudad, quiere decir que está potencialmente equipada.
Un piloto
A todas luces, Medellín es una ciudad con inteligencia ciudadana, no obstante aún necesita de más órganos que alimenten esa inteligencia de ciudad, en esa dirección, durante la administración 2012-2016 se desarrolló un ejercicio de analítica predictiva, en el cual se estimó el crecimiento futuro en los bordes de la ciudad y se predijo que algunos puntos denominados “FUGA”, presentan riesgos de producción de vivienda no planificada en sitios que el ordenamiento de la ciudad tiene restringidos por presentar niveles de susceptibilidad a movimientos en masa y otros fenómenos que pondrían en riesgo la misma integridad de quienes los utilizan como sitios de emplazamiento de infraestructura para vivienda.
Tal modelo estimó que la población está creciendo a un ritmo de 4 % anual, así que en 2030 estaremos muy cerca de tener en Medellín, tres millones doscientos mil habitantes, la pregunta que aún no tiene respuesta es que hacer frente al déficit acumulado de vivienda, espacio público, equipamientos, si sabemos que aún no hay recursos para solucionarlos y también sabemos ya, que en los próximos años aumentará el número de ciudadanos y con ellos sus necesidades de suelo y de espacio.
Imágenes y resultados del piloto.