La mujer salvadoreña en el mercado laboral: Más acceso y mejor calidad es posible

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Douglas Eduardo Carrero
7 marzo, 2022 - Trabajo y emprendimiento

Una de las puestas en marchas hacia la mujer por parte de las autoridades debe de ser la expansión de los servicios de cuidado infantil, con esta medida se facilita una mayor participación laboral femenina.

El crecimiento y la participación en el mercado laboral de las mujeres es uno de los cambios socioeconómicos más significativos de los últimos cincuenta, sesenta años. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el porcentaje de mujeres adultas que trabajan o buscan trabajo activamente aumentó en este último período del 20 a 65 por ciento. El Salvador no es la excepción y según los datos de Brechas de género en América Latina la participación laboral femenina es del 60.4 por ciento. Este porcentaje sin duda es un gran logro pero para el Gobierno es un reto que debe de asumir.

Se sabe bien que la participación de las mujeres en el campo laboral no solo favorece a las mujeres mismas, sino también implica mayor productividad para las empresas, y, en el largo plazo un paso social y económico hacia el progreso de sociedades más equitativas.

Sin embargo se debe de tener en cuenta las desigualdades de género que aún persisten en los mercados laborales en El Salvador. En Latinoamérica la brecha de participación entre hombres y mujeres es de 30 por ciento. En El Salvador la brecha de participación es mayor que el promedio ya que ronda el 32 por ciento aproximadamente siendo 92 por ciento de participación para hombres y el 60 por ciento de participación de mujeres.

Si comparamos estos datos de El Salvador con Perú; según datos de Brechas de género en A.L.; la brecha de participación laboral femenina entre El Salvador y Perú; que son países que comparten muchos rasgos similares, propios del subdesarrollo, pero que las tasas de participación laboral femenina difieren en más de 20 puntos siendo la de Perú de casi el 80 por ciento entonces ¿Por qué una brecha tan grande entre El Salvador y estos dos países?

Según un estudio del BID indica que una mayor cantidad de mujeres peruanas trabajan en empleos precarios, informales y no remunerados, especialmente en el área rural, y que esta situación es menos en El Salvador y es un patrón constante en varios países de América Latina. Aquí tenemos un ejemplo que no solo basta con cubrir de empleos, la enseñanza que nos da un país como Perú es que tanto la calidad y la cantidad de empleo son relevantes, tasas de participación más altas no significa que los empleos dignifiquen a la mujer. Las mujeres necesitan trabajos que les garanticen salarios dignos y que les permitan la reproducción de la vida de un período a otro además que les de independencia y seguridad económica.

El Gobierno y la empresa privada deben de promocionar el empleo femenino y no solo en términos de cantidad, se debe poner especial cuidado en la calidad y debe de ser un objetivo primordial de política en El Salvador y por ende en la región. Pero ¿Cómo podemos impulsar este cambio?

Una de las puestas en marchas hacia la mujer por parte del Gobierno debe de ser la expansión de los servicios de cuidado infantil, con esta medida se facilita una mayor participación laboral femenina. Pero no solamente expandir este servicio específicamente, hay otras cosas que a les impiden a las mujeres desarrollarse laboralmente como la educación preescolar de los hijos, la atención de adultos mayores, al tener poco acceso a estos servicios conlleva a que dichas responsabilidades recaigan al interior del hogar, particularmente en las mujeres.

Se debe de tener claro que el sistema de guarderías implica una gran motivación a participar en el mercado laboral, pero también una amenaza al compromiso de los padres con la crianza de sus hijos, este problema puede ser captado por los empleadores, por tanto; si bien las guarderías son una buena opción, deben de contemplarse de manera integral.

De igual forma, la responsabilidades entre padres y madres deben de ser balanceadas esto va a contribuir  a que se promueva la responsabilidad entre padres y madres en el hogar y así facilitar la inserción laboral femenina, no olvidemos que la educación de las niñas a temprana edad en las zonas más desfavorecidas de El Salvador es algo fundamental para su empoderamiento.

La igualdad de género en los mercados laborales no solo es correcto, es una estrategia que puede dar un empuje significativo en Latinoamérica hacia el desarrollo, diversos estudios del BID arrojan que el PIB de Latinoamérica podría crecer un más de 2.5 billones de dólares si las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres se cerraran.