El Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire apuntará, dentro de varias prioridades como el monitoreo y el ajuste en las normas, a que se encuentre la manera de redistribuir de forma justa el presupuesto dedicado por los gobiernos a infraestructura, para dejar de tener al auto particular como prioridad en el diseño de ciudades.
En 2016, un grupo de organizaciones civiles mexicanas lideradas por Greenpeace, el ITDP, la Fundación Tláloc, Bicitekas, El Poder del Consumidor y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, pusieron en marcha el Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire, con el objetivo de exigir al Gobierno Federal que implementara las políticas necesarias para garantizar el derecho a un medio ambiente sano.
Sin embargo, ante los diferentes proyectos de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), el Observatorio detuvo sus actividades y a los temas propuestos no les pudieron dar seguimiento formalmente, pese a que como organizaciones independientes siempre mantuvieron un pie en la agenda de Calidad del Aire.
Pero ese panorama cambió y desde hace una semana el Observatorio fue relanzado y, ahora, todas las organizaciones podrán comenzar a proponer y dar marcha a los objetivos trazados, ya con la experiencia de haber recorrido, de manera independiente, un camino que les permite identificar los problemas nacionales relacionados con la contaminación del aire.
“Esta vez el objetivo interno de las organizaciones es sistematizar los trabajos que cada organización está haciendo por Calidad del Aire, para tener una mayor incidencia en la agenda pública y lograr que se implementen las políticas necesarias”, destacó Stephan Brodziak, coordinador de calidad del aire y seguridad vehicular de El Poder del Consumidor, en conversación con LA Network.
El Observatorio tendrá a su cargo la labor, entre otras cosas, de incidir en la actualización de programas e instrumentos normativos federales y locales; incidir en los programas de mitigación de contaminación atmosférica ProAires; incidir en planes de movilidad integral en Puebla, Toluca, Querétaro, Monterrey, Guadalajara, Pachuca y CDMX; involucrar a todos los actores públicos y privados relevantes del sector transporte; dar seguimiento al marco normativo de combustibles y sector transporte; evidenciar los efectos perversos de la mala calidad del aire con enfoque en población vulnerable; y promover el fortalecimiento de los programas de verificación vehicular.
Recuperar el tiempo perdido, primer paso del Observatorio
La suspensión temporal del Observatorio ha rezagado varios años de vigilancia y exigencia del cumplimiento en los tres niveles de gobierno, sobre las políticas existentes que garanticen el derecho a un medio ambiente sano en términos de calidad del aire, así como el impulso de los cambios políticos que tienen que suceder para que los mexicanos puedan respirar un aire más limpio. En tal sentido, la articulación y trabajo conjunto serán pilares fundamentales.
“Tendremos reuniones periódicas, buscando las coincidencias y divergencias en los proyectos de cada organización, para dar una voz consolidada y en línea con las prácticas que mejor puedan garantizar nuestro derecho a un medio ambiente sano”, afirmó Stephan Brodziak.
Tal llamado a cumplir la norma se basa en que, ya que existen varias redes que no están generando datos, con ello se violentan el derecho a la salud, a la información y a un medio ambiente sano, además de incumplir con la comunicación de riesgo para proteger a la población expuesta.
“Los estudios de impactos en salud y económicos del Instituto Nacional de Salud Pública de México, solo pueden llevarse a cabo en las zonas que están generando datos del monitoreo atmosférico. Así, para el año 2013, en tan solo 12 ciudades se estimaron que 17.700 muertes estuvieron asociadas a la calidad del aire”, y en 2015 la cifra llegó hasta 14.666 personas fallecidas, en 15 ciudades del país, agregó Brodziak.
Aumentar la cantidad y calidad del monitoreo
De acuerdo con el Informe Nacional de Calidad del Aire 2017, de los 34 sistemas de monitoreo atmosférico con que cuenta México, 14 de ellos no reportaron datos para su análisis.
“Desgraciadamente existe una considerable parte de la población que no está cubierta por un sistema de monitoreo, y otra parte que, pese a tenerlo, no lo evidencia en datos”, explicó Brodziak.
Para Brodziak urge que se regule adecuadamente a todos los sectores contaminantes y se tome acción para garantizar una movilidad que sea sustentable.
De otro lado, es necesario revertir la ausencia de medidas con mejores prácticas que surjan de las acciones del Observatorio y que pongan en el centro de las prioridades a las personas, tal y como lo destaca Brodziak: “Se está fallando en comunicar el riesgo a población expuesta. Con ello las personas perdemos la oportunidad de tomar medidas de prevención ante concentraciones peligrosas de contaminantes en la atmósfera”, dice.
La labor que sigue consiste en continuar visibilizando las externalidades negativas que tienen ciertas industrias muy contaminantes y el sector transporte. “Hay muchas acciones que sí se pueden llevar a cabo, pero muchas veces los gobiernos no quieren actuar porque el costo político es alto”, enfatiza el coordinador de El Poder del Consumidor.