En la capital ecuatoriana existe un compromiso que dice que por cada árbol cortado se deben sembrar 100 nuevos individuos.
Cientos de personas se dieron cita al costado sur occidental del cerro Guanguiltagua, al norte de Quito, para plantar 1.200 árboles como Romerillo, Arrayán y Laurel de Cera, que son amigables con las características del suelo de esta zona, y dar inicio al proceso de arborización de este cerro tutelar de Quito, que se enmarca en la cruzada ´Quito Verde Otra Vez´.
La siembra que se realizó es técnica, es decir, respeta todos los pasos y pone todos los aditivos para que estas especies crezcan saludablemente y con el compromiso de que cada sembrador apadrine a este árbol y lo cuide.
Mauricio Rosales, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, indicó que con esta siembra se ratifica el compromiso “para que todos los ciudadanos sean amigos del ambiente y por ello se sembrarán miles de árboles en toda la ciudad”.
El director de áreas naturales de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP), Efrén Torres, indicó que las especies que se plantaron en esta zona están desapareciendo de los bosques, a pesar de que son de gran durabilidad (pueden vivir más de 100 años), crecen lentamente, pueden alcanzar más de 25 metros, no erosionan el suelo y permiten que a su alrededor crezcan otras especies de vida vegetal.
Esta segunda fase de reforestación en Quito se realiza bajo el principio de que por cada árbol talado, 100 serán plantados, para que Quito no sea una ciudad llena de casas, sino que en cada bosque, vereda, jardín, parque o casa se planten árboles, se siembre vida.