¿No les da a veces la sensación de que las ciudades se han ido convirtiendo en artículo de lujo, que cada vez marginan a más personas del derecho a verdaderamente vivir en ellas?
Vivir en ellas, dije.
Y claro que no estamos hablando solo de lo que pasa en México, pero, aunque hay que señalar y atender esto como una crisis mundial, hay que empezar por entender y atender lo que tenemos en casa.
La triste realidad es que las ciudades son excluyentes…Justo lo contrario de lo que debieran ser.
Porque más allá de solo contener gente y ladrillos, las ciudades deben ser instrumento fundamental en el proceso de reducir la desigualdad, a partir de la creación y multiplicación de todo tipo de oportunidades.
Las ciudades…y en consecuencia, las viviendas, que, además de ser las que mayor espacio urbano ocupan, son, en definitiva, el eje a partir del cual se debe construir la eficiencia urbana.
Ciudades y viviendas tendrían que atenderse a partir de la solidez de las políticas públicas y las inversiones privadas, pero siempre bajo modelos sólidamente cimentados en principios éticos.
Ciudades y viviendas deben ser pensados y hechos para la gente.
Por supuesto, de esto recae –o debiera recaer- una responsabilidad enorme en los tres órdenes de gobierno… Y en los desarrolladores inmobiliarios, y en los proveedores de productos y servicios para la construcción… Y en el sector financiero… Y en la sociedad en su conjunto.
Pero creo que arquitectura y arquitectos también tienen deudas pendientes a este respecto.
Tienen deudas pendientes con quienes tendrían que ser el punto de partida para validar su labor; la gente.
La propuesta es muy simple, asumir que ciudades, viviendas, arquitectura y arquitectos, tendrían que apostar por procesos solidarios, en todos sentidos encaminados a que la inclusión sea parte fundamental del ADN de sus procesos.
No es fácil…Pero todo empieza por asumir esta inclusión como objetivo y en traducir este objetivo en acciones.
No es mal tema para pensar en tanto aprovechan el veranito para empujarse unas cuantas cervezas; ¡Salud!