Una metodología que permite analizar las dinámicas de los asentamientos informales, será puesta al servicio de las ciudades latinoamericanas por decisión del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Esta información fue dada a conocer por el investigador Juan Carlos Duque Cardona, director del Grupo de Investigación en Economía Espacial (Research in Spatial Economics – RiSE) de la Universidad Eafit, en la ciudad de Medellín, el cual se dedica al desarrollo de nuevos métodos cuantitativos para el análisis de datos en el espacio.
“La prioridad número en el estudio de las problemáticas que afectan a las ciudades y a los territorios, lo mismo que en la realización de este tipo de proyectos, es el apoyo a la toma de decisiones y al diseño de políticas públicas”, dijo en diálogo con LA.Network el investigador Duque Cardona, Ph.D. en estudios empresariales y miembro de Geographic Systems Analysis Lab (GSAL) de la Universidad de California (Santa Bárbara) y del Grupo de Análisis Cuantitativo Regional de la Universidad de Barcelona, España.
En la línea de estudios con imágenes satelitales que adelanta el RiCE también participan los investigadores Jorge Patiño Quinchía, Doctor de la Universidad Politécnica de Valencia, y Alejandro Betancourt, candidato a Doctor de la Università degli Studi di Genova.
—¿Cómo llegan a la creación de esta herramienta basada en imágenes satelitales?
—Hace cerca de cinco años el grupo encontró una nueva línea o nicho de investigación que consideramos que tenía mucho potencial y es el uso de imágenes satelitales para obtención de información socioeconómica. Hay muchas ciudades y países en África y en Latinoamérica que no tienen recursos suficientes para realizar encuestas en terreno, porque eso cuesta un montón. Por eso nuestra motivación desde el principio ha sido aportar metodologías de bajo costo que permitan a esas ciudades y países conocer aspectos esenciales de su población, sin necesidad de tener que acudir a costosas encuestas. Pero para las ciudades que sí tienen recursos para hacer encuestas, también está disponible esta posibilidad, porque mediante el uso de imágenes satelitales se puede actualizar la información entre una y otra encuesta, por ejemplo de calidad de vida o de censos de población.
—¿Los resultados de las investigaciones que hace el RiCE son de fácil acceso?
—Hemos publicado muchos artículos en revistas internacionales de primer nivel, lo que es clave para nuestro sello de calidad. Pero desde hace cerca de dos años esos resultados investigativos los venimos aplicando a la ciudad, a la región. Ese debe ser el fin último de todo proceso investigativo. Tenemos cuatro líneas de investigación y en todas estamos haciendo aplicaciones para resolver problemas. Y muchos de los algoritmos que nosotros publicamos en revistas científicas, los alojamos en una plataforma que es gratuita para que la gente haga con eso lo que quiera. Eso ayuda mucho a difundir nuestros productos académicos.
—¿Por qué se interesó la CAF en el proyecto de asentamientos informales?
—Aunque hay estudios con imágenes satelitales que identifican en forma automática en dónde hay asentamientos informales, el reto que nos planteó la CAF es que creáramos un algoritmo o herramienta fácilmente automatizable y de bajo costo, porque en términos satelitales hay una variedad amplísima de imágenes pero también de precios. Hay imágenes 3D súper sofisticadas, pero por ellas hay que pagar muchísimo dinero. También hay algoritmos muy complejos que requieren demasiado entrenamiento. También la CAF nos pidió que analizáramos la posibilidad de calibrar un modelo genérico de identificación de asentamientos informales para cualquier ciudad de Latinoamérica.
—¿Y lograron ese triple reto?
Los retos de crear un algoritmo fácilmente automatizable y de bajo costo, sí. Pero, como hallazgo importante en este estudio, encontramos que no es posible crear un modelo genérico.
—¿Y cuál es la razón?
—Nosotros cogimos tres ciudades piloto, que fueran diferentes en cuanto a características topográficas, climáticas y a otros aspectos: Buenos Aires, Medellín y Recife. Para procesar la información utilizamos algoritmos de inteligencia artificial, encontrando como novedad que la huella de un asentamiento informal es única para cada ciudad. Producto de procesos históricos o económicos o sociales diferentes, cada una de esas ciudades tiene asentamientos con características disímiles, tanto en su estructura urbana como también en el patrón de distribución espacial dentro de la ciudad. En Medellín los asentamientos informales están altamente concentrados en la periferia. En Buenos Aires están dispersos por toda la geografía de la ciudad. Y en Recibe también están dispersos pero en algunas zonas hay cierto grado de concentración. Asimismo en Buenos Aires y Recibe, pero no en Medellín, encontramos que las autopistas y los ríos intraurbanos han jugado un papel de influencia o de facilitación para que la gente en situación de vulnerabilidad se establezca en las orillas. Esa fue la prueba piloto que llevamos a Hábitat III en Quito. Pero la decisión de la CAF es que la ejecutemos en todas las ciudades latinoamericanas.
—¿Será entonces una plataforma sin restricción para el acceso?
—Como va a estar en la web, el objetivo es que la gente la pueda ver, retroalimentar, hacer comentarios, subir fotos de esas zonas. En últimas instancia, que toda esa información sirva, en cada ciudad, para la toma de decisiones sobre un tema como los asentamientos informales, que es fundamento de la nueva agenda urbana. Asimismo, que sirva para ejecutar acciones preventivas en aquellos escenarios donde se presentan crecimientos poblaciones muy rápidos. Con dicha herramienta, yo puedo monitorear la ciudad cada 24 horas que es cuando pasan por encima de nuestras cabezas los satélites. Ello con el fin de que, conociendo diariamente las dinámicas de los asentamientos informales, una alcaldía se pueda preparar mejor, tomar decisiones informadas, dotar esos sitios de la infraestructura requerida y crear políticas públicas que, en la práctica, ayuden a que las ciudades sean más inclusivas, resilientes y sostenibles, como se propuso en Quito durante la cumbre de Hábitat III.
—¿Para qué otro tipo de problemas en las ciudades buscan ustedes posibles soluciones?
—Por ejemplo, cuando una alcaldía está interesada en conocer qué variables que ella pueda intervenir, juegan un papel importante a la hora de explicar las dinámicas de homicidio en la ciudad, hay técnicas de análisis causal en econometría espacial. Con esas técnicas, si yo dispongo de las tasas de homicidio y dispongo también de un conjunto de variables que por literatura o por conocimiento de la ciudad pueden explicar el fenómeno, esta forma de investigación, a diferencia de los métodos clásicos, permite inferir para un punto en particular de cualquier zona de la ciudad qué variables son las importantes a la hora de explicar el fenómeno y a la hora de tomar decisiones. Otro ejemplo es el siguiente: si una zona está en proceso de convertirse en polo de desarrollo, yo puede definir dónde estarán localizadas estratégicamente las actividades económicas y de infraestructura para sacar el mayor provecho a las inversiones. Es pasar de decisiones políticas y subjetivas a decisiones tomadas a parir de resultados de investigación obtenidos con herramientas cuantitativas serias. Este es un camino que despolitiza la toma de decisiones y permite una asignación óptima de los recursos. Asimismo, esas decisiones contribuyen a generar un crecimiento más acelerado y a evitar que el crecimiento demográfico que atrae el desarrollo se salga de control.
—¿El mundo de hoy vive bajo el régimen de las imágenes satelitales?
— Este tema hoy es un boom pero nosotros, como grupo, llevamos trabajando en él más de cinco años y tenemos muchas publicaciones. Lo importante es que estamos enfocados a hacer aportes en el crecimiento poblacional, en el diseño de políticas de crecimiento y de densidades máximas permitidas, para garantizar que quienes habitan en un territorio y los que llegan, efectivamente quepan en la ciudad, con el fin de evitar que la mancha humana, por ejemplo, termine por invadir zonas naturales periféricas.