La primera persona del sector privado elegida para el rol de Champion de alto nivel para el clima, comparte las conclusiones, logros y frustraciones que le dejó la COP25.
El empresario chileno Gonzalo Muñoz Abogabir, cofundador de la reconocida empresa TriCiclos, ganador en 2019 del ‘Oscar’ de la economía circular, ‘The Circulars 2019’ que entrega el Foro Económico Mundial, ha sido la primera persona del sector privado en ser nombrado para ser el Champion de alto nivel para el clima en una COP y compartió con LA Network lo que, con el beneficio de un mes de haber concluido la Conferencia de Cambio Climático, son sus reposadas conclusiones sobre su rol y la conferencia en sí misma.
El papel del Champion de alto nivel de la COP –creado por el Acuerdo de París COP21-, es nada menos que ser el asesor de la presidencia de la COP25 con el objetivo de movilizar hacia la acción climática a la mayor parte de actores como estados, ciudades, regiones, empresas, entre otros.
Si bien el empresario chileno se abstuvo de pronunciarse sobre las decisiones de aquellos países por los que no se pudo lograr concretar el Artículo 6, referido al mercado de carbono, manifestó claramente su frustración frente a aquellos que “no entienden que nos estamos quedando cortos de tiempo”.
¿Cuáles fueron para usted los logros y derrotas de la COP25?
Tenemos por lo menos tres dimensiones desde las cuales evaluar la Conferencia, entendiendo siempre que el evento se enmarca en un proceso más amplio que las dos semanas en que se reúnen los negociadores. En este sentido hay una dimensión de frustración respecto de cuánto ese proceso está hoy siendo capaz de conectarse y atender el nivel de urgencia que existe globalmente en materia de la crisis climática.
Todos esperábamos que las partes, los gobiernos y todos se conectaran de forma más acelerada con los diversos dramas que estamos viviendo en materia de crisis climática. Que se conectaran con lo que la ciencia está recomendando, que hubiese más empatía con las manifestaciones globales no solo de la juventud sino de millones de personas.
Por otro lado, sentimos la satisfacción de haber logrado trasladar la conferencia a Madrid en un plazo relativamente breve y habiéndola recibido luego de otra renuncia y eso nunca había ocurrido en la historia.
Y en tercer lugar hay una dimensión que es la de la Agenda Global de Acción Climática es la que nos toca liderar a los Champions al saliente y el entrante. Esa agenda avanzó de manera notable e incluso superamos aquellos aspectos que nos habíamos propuesto.
La COP dejó un mal sabor en el mundo, de poco compromiso ¿para usted cuál es la sensación?
Los momentos finales de la conferencia obedecen a las dificultades del proceso de negociación. En lo que respecta a la Agenda Global de Acción Climática, habíamos logrado presentarla de manera muy exitosa el miércoles 11 con muy buena receptividad, con muy buena repercusión, con mucha satisfacción.
Luego entramos a los días finales de la negociación y vimos cómo efectivamente algunas de las partes no estaban siendo lo ambicioso que se requiere para las condiciones que estamos viviendo y las expectativas que teníamos como presidencia. Por supuesto se generaron tensiones bien conocidas, la gran mayoría respecto de las expectativas de lograr cerrar un acuerdo en torno al mercado de carbono (Artículo 6), que finalmente no logramos.
Se queda con la sensación de frustración respecto de cuan intransigentes han estado hasta este momento algunas de las naciones respecto de la posibilidad de lograr un avance ambicioso en materia de mercado de carbono, a sabiendas de que es algo absolutamente necesario para no solo ir alineando el mercado global en esa materia, sino también para ir mandándole un mensaje a las naciones, a la ciudadanía, a todo el mundo de que los países están entendiendo que este es un problema crítico y que se tiene que resolver de manera urgente.
(…) Quienes trabajamos en los temas de cambio climático durante varios años sabemos que nos estamos quedando cortos de tiempo y que no podemos perder ni un minuto más en avanzar”.
¿Cuáles fueron entonces para usted los logros?
Podemos mencionar como un éxito particular que se lograron otros avances como por supuesto la ampliación de la extensión del mandato de la Agenda Global de Acción Climática (compromisos de países, regiones, ciudades, empresas e inversionistas para lograr emisiones netas de CO2 nulas para el año 2050). Otro logro es la agenda de género, que se incorporaron los océanos en el aspecto de vida, diversidad y ciencia y se logró avanzar en algunos aspectos de la agenda.
Respecto a la Alianza para la Ambición Climática también habíamos logrado que 121 de las 197 partes firmaran el compromiso por el objetivo de neutralidad carbono a 2050, lo que resulta contradictorio de cara al cierre final.
En esta Alianza quedaron comprometidas 121 partes, 398 ciudades, 786 empresas y 16 grandes regiones e inversionistas, en torno a 4 trillones de dólares, esa Alianza Climática la vemos como una plataforma que permite articular el trabajo de los Champions, una plataforma para lograr la meta de emisiones netas cero a 2050.
¿Para usted cuáles fueron las causas de no alcanzar esos grandes objetivos como el Artículo 6, los intereses económicos, por ejemplo?
Cómo Champion no me corresponde pronunciarme respecto a las decisiones soberanas de las partes, lo que ocurrió en el plenario es público. Vimos cómo varias naciones se manifestaron con cierto grado de dificultad para avanzar en los acuerdos que necesitaban.
Yo creo que es una problemática que hoy lamentablemente no obedece solo a la postura de una de las partes, sino que estamos viviendo un momento en la historia donde más de una de las naciones no están avanzando la velocidad que estamos viviendo, pidiendo y demostrando aquellas que son más progresistas. Creo que eso es parte de la realidad que estamos viviendo hoy, el escenario político global está altamente complejo.
¿Qué mensaje les entrega a los latinoamericanos de esta experiencia y bajo el escenario de complejidad política actual?
Las personas tenemos cada vez más que ver con cómo tomamos nuestras decisiones de voto, pero no solamente en la urna, que por supuesto es importante que nos permita elegir líderes que están hoy en día conectados con esta problemática y que nos van a permitir avanzar de forma correcta hacia el desarrollo sostenible neutro de emisiones, sino que también el voto en la compra: cada vez que nosotros compramos elegimos premiar a una empresa con sus prácticas, con sus procesos productivos.
Y por último también el voto con el talento. Cuando nos decidimos a trabajar en una determinada organización también estamos haciendo y marcando nuestra preferencia. En todas aquellas instancias en las cuales las y los ciudadanos marcamos las preferencias, están viéndose como decisiones fundamentales y posiblemente parte de lo que estamos viviendo hoy en día ha tenido que ver por ejemplo con votaciones en las cuales las nuevas generaciones -que son las mismas que debemos están protestando en la calle-, se decidieron a marcar su preferencia y tomaron la decisión por una línea de acción.
Creo que hoy es fundamental que las personas participen en su toma de decisiones en todas las instancias políticas, comerciales, del uso del talento, de forma tal que seamos todos constructores de ese futuro que necesitamos en el cual se ha venido marcando una pauta concreta hacia un desarrollo no solo neutro en emisiones, sino sostenible, saludable y desde luego más rentable que estamos viviendo.