Mejorar la seguridad con una transformación social del territorio es el foco del proyecto ‘Sembrando Seguridad’ que afronta la seguridad ciudadana lejos de las medidas policivas.
La respuesta tradicional de los gobiernos latinoamericanos al problema de la seguridad ciudadana y los fenómenos urbanos de violencia -siempre con más pie de fuerza, más armas, más represión y muchas veces solicitando de Estados Unidos ese tipo de ayuda-, ya no aplica.
Al menos no para Costa Rica que desde el año 2017 adelanta el plan ‘Sembrando Seguridad’, que busca reducir las tasas de homicidio, los indicadores de delitos y ofrecer en ese camino una transformación social, un cambio estructural de su gobernanza actual y de su pensamiento sobre cómo se enfrentan esas problemas urbanos que ya se sabe, tienen causas múltiples y por lo tanto requieren soluciones integrales.
Y otro elemento revolucionario de este plan es que se está desarrollando con el apoyo financiero y conceptual de nada menos que Estados Unidos, país que tradicionalmente apoyó a los gobiernos latinoamericanos para reprimir la delincuencia y el narcotráfico, a través de fondos para armas, fortalecimiento de las fuerzas armadas y de policía pero que ahora, empezando con Costa Rica, en un giro de 180 grados, siembra seguridad con construcción de casas de juventud, apoyando bandas musicales y capacitando sus alcaldes en herramientas y procesos de transformación territorial con expertos académicos como los del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales, Urbam, de Eafit en Medellín.
Buscando una solución alternativa y diferente
“Este proyecto inició en 2017. Yo era viceministra de Seguridad en Costa Rica. Queríamos resolver un problema de seguridad ciudadana. Hemos sido tradicionalmente un país muy tranquilo, pero teníamos para el 2007 una tasa de homicidios de 6 por cada 100.000 habitantes y para 2017 una de 11 por cada 100 mil habitantes”, relata a LA Network la embajadora de Costa Rica en Colombia, María Fullmen Salazar.
Sin embargo, el consenso fue histórico: “llegamos al convencimiento de que no era de una forma represiva cómo íbamos a solucionar este problema y por ello pensamos en hacer cambios en el territorio”, detalla la embajadora quien agrega que la reflexión le llevó a buscar experiencias referentes. ¿Qué ciudad ha logrado transformarse integralmente en Latinoamérica? Y entonces surgió el caso de Medellín. “¿Para qué inventar el agua tibia si ya había sido inventada? Si ellos pasaron de 300 homicidios por 100 000 habitantes a menos de 20, algo muy bueno saben hacer”, dice Fullmen Salazar desde las calles de un barrio icónico, Santo Domingo, en las colinas nororientales de la ciudad.
Ella junto a un grupo de funcionarios locales de su país, de la Embajada de Estados Unidos, visitaron este fin de semana a Medellín para conocer en terreno la experiencia local y trasladarla, teniendo en cuenta las particularidades costarricenses, a su país.
Al proyecto se sumaron la Oficina Antinarcóticos de Estados Unidos en Costa Rica, que ya venía trabajando con la Policía Nacional de Colombia a través de su Embajada, sector público desde el gobierno central a los locales; y claro, el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales, Urbam, de Eafit que aportaría su conocimiento.
Ello, para capacitar a los gobernantes y funcionarios locales, entender los territorios y guiar las transformaciones urbanas y sociales e incluso formular otro de los objetivos de ‘Sembrando Seguridad’: la formulación de varios Planes Urbanos Integrales como se hizo en Medellín.
“Esta relación surge con la necesidad de intercambiar conocimiento, poder transferir parte del conocimiento que hemos construido a partir de la experiencia de la ciudad, pero también de los procesos de formación a grupos de funcionarios, a personas que toman las decisiones desde los cantones en Costa Rica, especialmente en el área metropolitana de San José. Nuestra labor ha sido la transferencia de conocimiento, pero también acompañar a la formulación de los proyectos”, dice la arquitecta e integrante de Urbam, Natalia Castaño Cárdenas.
Esos proyectos comprenden la formulación de Planes Integrales Urbanos (PUI) para Alajuelita, Curridabat, La Unión, Desamparados y San Antonio Belén, en la gran área metropolitana de San José.
La solución implica cambios radicales
¿Por qué Estados Unidos financia este tipo de proyectos, rompiendo con una tradición de otros enfoques?
“Sencillamente porque si seguimos haciendo lo mismo tendremos que seguir esperando los mismos resultados. Creemos que hay que darle una visión totalmente distinta a lo que ya se venía haciendo y darle un enfoque más comunitario, trabajar desde la comunidad, con las comunidades, unificar los espacios públicos, dar oportunidades reales a los jóvenes si queremos ver un cambio de seguridad en Costa Rica”, dice a LA Network, Carla Ortega, encargada de proyectos de seguridad ciudadana de la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica, entidad que financia desde distintos rubros, el nuevo enfoque de transformación social.
Destaca que están convencidos de que este es el camino y responde que la decisión de apoyar el plan ‘Sembrando Seguridad’ no se trata de un tema coyuntural. Indica que se trata de generar políticas públicas, de cambiar mentalidades, de dejar capacidad instalada y por ello también financia la capacitación de los 82 alcaldes y los funcionarios de las ocho intendencias. “Esto es integral. No es solo formular Planes urbanos Integrales. Tenemos la oportunidad no solo de cambiar paradigmas en Costa Rica sino para toda la región”.
Y esos cambios también implican un cambio radical en las estructuras de la gobernanza local. Jonathan Espinoza, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Alcaldes de Costa Rica, explica que este proceso enmarcado en ‘Sembrando Seguridad’ implicará también el cambio de pensamiento y concepción de los mandatarios locales, con ayuda de los talleres de Urbam.
“Tenemos el reto de empezar a trabajar con un enfoque desde lo local en un país muy centralista en su sistema político como Costa Rica para trabajar efectivamente el urbanismo social con un enfoque muy local y de articulación”, señaló el funcionario quien agregó que siempre se pensó en la figura de un alcalde esperando las respuestas del gobierno nacional.
“Ahora el alcalde tiene el poder político de llamar a un ministro y pedirle cuentas, a decirle ‘articulemos una oferta del gobierno central’ y esto nos empieza a fortalecer, a tener una oferta mucho más programática del Estado”, recalcó.
Con esta reciente visita a Medellín, el plan ‘Sembremos Seguridad’ sigue avanzando y sus protagonistas reconocen que se trata de un paso más en un cambio radical desde la relación Latinoamérica – Estados Unidos y de problema – solución que esperan se convierta en una herramienta para todas las ciudades de América Latina.