El Instituto Boliviano de Urbanismo, en la lucha por ciudades planeadas en su mejor dimensión

El Instituto Boliviano de Urbanismo, en la lucha por ciudades planeadas en su mejor dimensión

derecho_1
LA Network
25 noviembre, 2020 - Hábitat y Desarrollo Urbano

“En Bolivia el mercado informal de suelo es la vía más usada por los habitantes para tener acceso a vivienda”: IBU.

El Instituto Boliviano de Urbanismo, en la lucha por ciudades planeadas en su mejor dimensión
Posiblemente el principal error de planeación urbana en Bolivia ha sido el consolidar el modelo de expansión de baja densidad, ya que eso llevó a tener una mayor cantidad de propietarios, pero sin derechos efectivos a la ciudad. Foto: La Paz 

Ya lo decía el arquitecto peruano Emilio Soyer Nash: “Si las ciudades las construyéramos solo los arquitectos, no serían lo que son. Las ciudades las construyen sus habitantes, porque todos, con nuestra presencia, hacemos la ciudad”; una construcción colectiva que atañe a ciudadanos, grupos, sociedades y, claro, a la academia y sus componentes estructurales que apuntan a tener mejores urbes desde todos los ámbitos.

Las ciudades bolivianas no son ajenas a las necesidades y problemas que vemos en otras urbes de la región: falta de planeación urbana, asentamientos, pobreza, dificultades de movilidad, sin planeación en toda su dimensión y el 70 % de la población habitando los territorios urbanos; un panorama repetido en Latinoamérica y al cual le apunta el trabajo del Instituto Boliviano de Urbanismo (IBU).

Este grupo, una entidad sin fines de lucro, con autonomía de gestión operativa y administrativa, fue fundado el 5 de octubre de 2020 y está conformado por 14 miembros de los nueve departamentos del país. Entre los integrantes se cuentan profesionales y activistas de distintas áreas, quienes trabajan en diferentes ámbitos del tema urbano: educación, política pública, administración pública, activismo, etc.

Junto a ellos, analizamos en LA Network la actual situación urbana de las ciudades bolivianas, buscando entender el panorama con el cual se han encontrado en su labor y cuáles serán los focos de atención sobre los que estarán puestos sus esfuerzos como grupo académico.

¿Por qué nació el Instituto Boliviano de Urbanismo y a qué se dedica? ¿Quiénes lo integran?

El #IBU nació por iniciativa de varias personas interesadas y estudiosas del tema urbano en Bolivia y Latinoamérica al corroborar que el tema urbano en este país tiene en todas sus dimensiones un desarrollo muy limitado y tenemos más del 70 % de la población viviendo en ciudades. Pretende, primero, incentivar los estudios urbanos, la investigación, la formación, la opinión sobre la política pública alrededor, así como la constitución de una primera editorial/biblioteca de temas urbanos en Bolivia. Las expectativas son grandes. Está conformado por 14 personas de todas las ciudades capitales del país, entre investigadores, activistas, profesores, funcionarios de disciplinas diferentes, desde la antropología hasta la arquitectura. Pronto nos extendemos.

Y como Instituto, ¿cuáles son sus principales objetivos? Particularmente, ¿Qué buscan lograr en el urbanismo local?

Sus principales objetivos son abrir el diálogo y el debate sobre la problemática de las ciudades desde diferentes visiones y con multiplicidad de actores. En el nivel local busca influir en la forma de práctica del urbanismo en Bolivia, aún muy influenciada por el enfoque del urbanismo moderno, centrado en lo físico espacial que ha tenido pocos efectos en nuestras ciudades. Pretende también incidir en el cambio de mirada sobre el análisis y abordaje de lo urbano y sus problemas.

¿Cuál es el panorama actual del urbanismo en los nueve departamentos de Bolivia? ¿Hay algunos casos que por desarrollos importantes o falta de acción nos quieran destacar?

Aún no se ha consolidado como un área profesional separada de la arquitectura y existen pocas opciones para especializar a los profesionales, pero vemos que el interés actual por resolver los problemas de la urbanización acelerada está cambiando eso. Por otro lado, no existen políticas públicas urbanas ni planes urbanísticos desde hace cuatro décadas aproximadamente que orienten la urbanización. El Estado dejó al mercado como el principal organizador de las ciudades. La situación es crítica, se estima más 70 % de informalidad.

Pero, institucionalmente, ¿Cómo se trabaja el tema urbano en Bolivia? ¿Cómo es el actuar de los gobiernos Nacional, regional y local?

Contemporáneamente son los gobiernos municipales los responsables del tema urbano en términos de planificación y gestión; sin embargo, desde los 70 la institucionalidad alrededor redujo a poco o nada. No se han realizado más planes urbanos desde la década de 1990 y el ordenamiento territorial que tiene una escala mayor mimetizó los problemas urbanos. Esta ausencia de lineamientos permitió que el mercado defina las condiciones urbanas del país. Finalmente, la última década el gobierno nacional y los locales, respondieron a través de medianos y grandes programas de regularización de suelo y edificaciones, que no salvan problemas y no son solución. Se han convertido en la única o principal medida.

El Instituto Boliviano de Urbanismo, en la lucha por ciudades planeadas en su mejor dimensión
Las ciudades bolivianas no son ajenas a las necesidades y problemas que vemos en otras urbes de la región: falta de planeación urbana, asentamientos, pobreza, dificultades de movilidad, sin planeación en toda su dimensión. Foto: Sucre, Bolivia

De otro lado, en problemáticas como asentamientos, falta de normas sobre el uso de suelos y gentrificación, ¿Cuál es la situación boliviana?

En Bolivia el mercado informal de suelo es la vía más usada por los habitantes para tener acceso a vivienda. Hay programas de regularización, pero sin políticas preventivas, se convirtió en un círculo vicioso de ampliación de perímetros y regularización. Los usos de suelo no son rígidos como en las ciudades occidentales, lo cual es una ventaja, pero al mismo tiempo trae consecuencias y externalidades negativas, sobre todo ambientales. Creemos que la gentrificación aún no es un gran problema en las ciudades, pero en cambio si lo es el proceso de desalojo de áreas periurbanas y rurales por procesos de fuga de las elites a espacios «ecológicos».

¿El término urbanismo social se aplica en Bolivia? ¿Hay algunos ejemplos de proyectos para resaltar?

No se aplica, pero en círculos académicos es conocido. Sin embargo, podemos encontrar ejemplos parecidos en la ciudad de La Paz, a través del programa «barrios de verdad». Es relevante, pero sus estudios sobre su impacto aún reducidos.

De su parte, en temas como planificación y diseño de calles en relación con el Derecho a la Ciudad, ¿Qué panorama tienen hoy las ciudades bolivianas?

En Bolivia la normativa indica que son los propietarios los encargados de construir aceras, lo cual implica que no se respetan los criterios necesarios para garantizar accesibilidad universal y seguridad vial para peatones. Los gobiernos locales invierten mucho en las vías para los automóviles y nada en los peatones. Creemos que hay que cambiar eso para garantizar efectivamente los derechos de todos.

En relación con esto, ¿Existe una planeación urbanista en Bolivia que involucre la participación ciudadana? o ¿no cuentan en nada con las comunidades?

La normativa boliviana es muy favorable a las iniciativas de participación en varios ámbitos y particularmente el local. Actualmente, diríamos que existe participación en el nivel barrial, pero debemos avanzar hacia una mirada de ciudad que cierre el círculo. La participación local es definitivamente importante, pero por estar centrada en salvar prioritariamente problemas de microescala, generó un escenario de fragmentación urbana que cada día se consolida más y parece difícil de revertir.

Hablando de otro tema fundamental hoy en el mundo ¿Cómo se piensan los territorios en función del cambio climático?

Ya tenemos un incremento de las pérdidas por eventos climáticos. Necesitamos prepararnos para mitigar esto, pero sentimos que aún la reacción es muy lenta en todos los niveles. Los alcaldes aún no comprenden que pueden y deben tener un rol más activo. Las lecciones que ha dejado la pandemia deberían ayudarnos a poner más énfasis en temas como la resiliencia urbana y la adaptación de infraestructura para hacer frente a lo que se viene. La situación es crítica e irreversible aparentemente. Empero, los habitantes de ciudades junto con aquellos quienes tienen el poder deben procurar por todos los medios no solo adaptarse al cambio climático, sino realizar todas las acciones de mitigación.

Últimamente y gracias al profesor Carlos Moreno, se ha acuñado el término “urbanismo de proximidad”, ¿Es posible tener urbanismo de proximidad en las ciudades bolivianas? ¿Cómo se planean las ciudades desde la movilidad en todos sus elementos?

La idea del urbanismo de proximidad no es nueva, los planes urbanos de 1950-60 en Bolivia proponían las Unidades Vecinales con la misma lógica. En Bolivia, es muy posible su aplicación por la escala de la mayoría de las ciudades. La planificación de la movilidad tiene pocos avances y los planes oficiales no la consideran. Hay iniciativas y obras solo en La Paz. El transporte, componente fundamental, es manejado por miles de pequeñas asociaciones sin control en todo el país

Una reflexión final: ¿Cuál es el principal error y, de su lado, el principal acierto, en la ejecución urbana en las ciudades bolivianas?

Posiblemente el principal error ha sido el consolidar el modelo de expansión de baja densidad, ya que eso nos llevó a tener una mayor cantidad de propietarios, pero sin derechos efectivos a la ciudad. Y uno de los aciertos (puede que no el mayor) es que la regulación urbanística y los usos de suelo no son tan rígidos, por lo cual se cumple mucho el objetivo de usos mixtos, tenemos ciudades vitales.