Por: Carolina Ferreira – Carlos Sucre
Los esfuerzos concertados y globales por alcanzar los objetivos climáticos han provocado un crecimiento sin precedentes de la demanda de baterías de iones de litio, un paso fundamental para poder descarbonizar nuestro planeta.
A nivel mundial, gobiernos, instituciones y empresas se han abocado a la construcción de más y mejores baterías, tanto para vehículos eléctricos como para sistemas de almacenaje masivo, en un proceso de aprendizaje dinámico y acelerado. Asimismo, han dedicado recursos al desarrollo de más depósitos de litio, cobre, níquel, cobalto, manganeso y, a su vez, a la construcción de fábricas de tecnología avanzada para la manufactura de las baterías que utilizan estos metales.
En medio de este torbellino emocionante, no debemos olvidar el otro lado de la moneda del desarrollo sustentable que se busca con la descarbonización y la acción ante el cambio climático. A medida que esta demanda por baterías continúe creciendo, se generará un flujo constante de baterías usadas que requerirán un manejo sostenible y eficiente.
Solo para América Latina y el Caribe, estimamos que tendremos entre 6.6 y 7.5 millones de toneladas de baterías de iones de litio que alcanzarán el final de su vida útil entre 2024 y 2050. A nivel global, para 2030, cerca de 150 GWh de baterías provenientes de vehículos eléctricos habrán completado su primer ciclo de vida.
Sin embargo, para 2018, solamente la mitad de las baterías de iones de litio que llegaron al final de su vida útil a nivel mundial fueron finalmente recicladas y una cantidad considerable de estas fue desechada.
El reciclaje de baterías de litio de gran escala es un campo relativamente nuevo en el que se están probando y optimizando diferentes métodos, tecnologías y procesos en distintas partes del mundo.
Las complejas composiciones de los materiales, así como las altas densidades energéticas de la carga residual potencial, hacen de este un reto tecnológico complejo. Esto se debe a la implementación de técnicas de reciclaje disponibles, y la creación, existencia y actualización de marcos normativos como procesos decisivos para promover su adopción.
Actualmente, en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, gran parte de las baterías de iones de litio no se gestiona adecuadamente. Esto se debe a la ausencia de normativas específicas y sistemas de responsabilidad extendida del productor operativo, por la poca infraestructura de procesamiento y separación en fracciones y su escasa recolección.
De hecho, en nuestra región la gestión de baterías al final de su vida útil sigue estando cubierta por sistemas generales de gestión de residuos sólidos, sin normativa específica.
Ante esta situación: ¿Qué destino aguarda a estas baterías en el futuro?
El reciclaje de baterías desempeña un papel importante para la economía regional, no solo aliviando la presión sobre el suministro primario de minerales vírgenes y la fabricación de nuevos componentes, sino también en la creación de valor local. Se estima que para 2040, sus beneficios pueden ser aún más evidentes ante escenarios de alza en los costos de producción de minerales no procesados.
La implementación de buenas prácticas para la reutilización y el reciclaje de baterías de iones de litio en la región podría resultar en una reducción de hasta 2.1 millones de toneladas de baterías necesarias para el reciclaje. Además, permitiría que la región recicle un total de hasta 2.8 millones de toneladas de baterías entre 2024 y 2050.
Adicionalmente, una buena gestión de estas baterías al final de su vida útil conlleva beneficios de salud, medioambientales y sociales, reduciendo riesgos de contaminación y de incendios, así como la promoción del desarrollo de las cadenas de valor y la generación de empleo.
Para avanzar en esta dirección, nuestra investigación muestra que es crucial la implementación de políticas y regulaciones que incentiven el reciclaje y fomenten una gestión segura y ambientalmente responsable. Expandir y mejorar la limitada infraestructura, promover el desarrollo de capacidades y aumentar la conciencia sobre la necesidad de estos procesos son pasos necesarios. Adicionalmente se requiere fortalecer las capacidades locales de gestión y generar más inversiones para lograr una recolección, reutilización y reciclaje más eficiente.
A nivel global, China, Europa y Estados Unidos, entre otros, ya han emprendido medidas en esta esfera, delineando un camino que puede servir de guía para América Latina y el Caribe.
A través de la implementación de políticas adecuadas, inversiones estratégicas y colaboraciones regionales que permitan intercambiar experiencias y desarrollar enfoques compartidos, la región puede liderar la transición hacia una gestión más sostenible y resiliente de los materiales esenciales para la economía del futuro.
Te invitamos a revisar nuestro estudio, que profundiza en las oportunidades y los desafíos de gestionar de manera eficiente las baterías de iones de litio al final de su vida útil y descubrir las posibilidades que tiene la región de promover una gestión más sostenible.
Enlace del Estudio: https://publications.iadb.org/es/reciclaje-y-reuso-de-baterias-de-litio-en-america-latina-y-el-caribe-revision-analitica-de