Acaparamiento de tierras en espacios periurbanos en Colombia

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Giuseppe Feola
12 junio, 2019 - Gobernanza

Un estudio revela los mecanismos sutiles y ‘ordinarios’ del acaparamiento de tierras en espacios periurbanos de las pequeñas ciudades colombianas, y argumenta que la incoherencia de políticas como a su vez las problemáticas de gobernanza impulsan el acaparamiento de tierras urbanas.

No estamos acostumbrados a pensar en las ciudades colombianas y latinoamericanas como sitios de acaparamiento de tierras. En general, asociamos el término ‘acaparamiento de tierras’ (land grabbing) al despojo de tierras de propiedad local o controladas localmente en espacios rurales, en beneficio de grandes actores como empresas multinacionales y gobiernos nacionales, que a menudo se apropian de las tierras mediante el uso de la violencia. Además, cuando pensamos en el acaparamiento de tierras en Colombia y América Latina, generalmente lo asociamos a grandes infraestructuras, a la extracción de recursos naturales, a las plantaciones de cultivos comerciales, a la conservación del medio ambiente y a los conflictos armados. El acaparamiento de tierras ha generado injusticias ambientales, aumentando la vulnerabilidad y los conflictos sociales y, en general, ha quebrantado el tejido social de las comunidades locales en Colombia y en Latino América.

Sin embargo, el acaparamiento de tierras también ocurre en áreas urbanas, y especialmente en la frontera urbana (espacio periurbano), donde la expansión urbana, la agricultura y otros usos de la tierra a menudo se enfrentan en nombre de visiones divergentes de desarrollo. Este acaparamiento de tierras en contextos urbanos suele ser más oculto, sutil y difícil de detectar. Implica la apropiación de áreas de tierra más pequeñas, sin involucrar a grandes actores tan visibles como compañías multinacionales o gobiernos nacionales, ni necesariamente ocurre bajo el uso de la fuerza armada. Por esta razón, en gran medida, el acaparamiento de tierras urbanas se ha pasado por alto en las ciudades latinoamericanas.

Un estudio reciente realizado en la ciudad colombiana de Sogamoso ha sacado a la luz algunos de estos procesos sutiles y hasta ahora inadvertidos. En esta ciudad, el expansionismo urbano, la agricultura, la minería y la conservación de ecosistemas compiten por el mismo espacio periurbano, el cual es relativamente pequeño. Muchos agricultores periurbanos han visto que sus tierras se han vuelto inadecuadas para la agricultura como resultado de las prácticas mineras que han dañado los suelo y los recursos hídricos. Otros enfrentan leyes de conservación ambiental que esencialmente prohíben la mayoría de las prácticas agrícolas en los ecosistemas de páramo ecológicamente valiosos que rodean la ciudad. De manera similar, los agricultores y residentes periurbanos han visto que sus tierras y propiedades se vuelven demasiado caras o inadecuadas para la agricultura como resultado de la especulación urbana y el cambio en la designación del uso de la tierra. En estos casos, los agricultores y los residentes terminan vendiendo de mala gana sus tierras, que en muchos casos se habían desvaluados, o han perdido su sustento. Si bien la apropiación de tierras en espacios periurbanos es a menudo en pequeña escala, ella tiene un gran impacto en las vidas y los medios de vida de estos ciudadanos en quienes, tienden a ser los más débiles y con una ausencia de representación política.

El estudio muestra que la combinación de políticas incoherentes y problemas de gobernanza es la raíz de los conflictos por el uso del suelo y el acaparamiento de tierras en el espacio periurbano de la ciudad. En Sogamoso, por ejemplo, la legislación nacional de los sectores minero y medioambiental chocan con la planificación local (clasificación de la tierra). Las políticas locales dentro o entre sectores como la vivienda, agricultura y turismo, a menudo persiguen objetivos incompatibles (por ejemplo, la mitigación del cambio climático y el apoyo a las industrias extractivas), o emplean instrumentos contradictorios expresados en regulaciones e incentivos. Esta incoherencia de políticas crea incertidumbre sobre qué legislación, actor institucional o grupo de interés prevalecerá formándose así un sentido generalizado de injusticia y desconfianza en las autoridades. Esta situación genera tensiones sociales que los individuos y los grupos tienden a resolver por actividades que se encuentran fuera del sistema de gobierno democrático, transparente y deliberativo. La situación se ve agravada por la existencia de diversas problemáticas de gobernanza: falta de información confiable y actualizada (por ejemplo, bases de datos) sobre el estado de la ciudad, falta de capacidad técnica en los gobiernos locales, visiones políticas de corto plazo, clientelismo y una pobre cultura cívica participativa. Esto a menudo trae como resultado en que individuos y grupos de interés más poderosos, mejor organizados o informados obtengan ventajas, aprovechándolas también en la forma de apropiación de tierras.

El caso de Sogamoso puede parecer inusual para la convergencia simultánea no solo de la expansión urbana y la agricultura, sino también de cuatro usos de la tierra y en una medida incompatibles: el expansionismo urbano, la agricultura, la conservación del medio ambiente y la minería. Pero este caso no es en absoluto excepcional por lo que concierne al carácter ‘ordinario’ y sutil de la apropiación de la tierra, y el papel de la incoherencia de políticas y de las problemáticas de gobernanza como factores del acaparamiento de tierras urbanas en la región. De hecho, es bastante ilustrativo de los escollos de gobernanza territorial e incoherencia de políticas que se han observado, aunque con algunas notables excepciones, en gran parte de Colombia y América Latina.

Por lo tanto, el acaparamiento de tierras urbanas debe estar en la agenda de los responsables políticos y de las organizaciones de la sociedad civil como un problema serio que debe abordarse para fomentar la agricultura urbana, y reducir los conflictos sociales, la injusticia y la vulnerabilidad en la ciudad.

 

El estudio citado en este artículo es una colaboración entre el Departamento de Geografía y Ciencias Ambientales de la Universidad de Reading (Reino Unido), el Instituto Copernicus de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) y la Fundación Jischana Huitaca (Colombia). El estudio fue financiado por la ‘Royal Geographical Society (with IBG)’ a través de la ‘Environment and Sustainability Research Grant 2017/1’. El estudio (en inglés) se puede solicitar por correo electrónico a: [email protected] o descargado en esta URL: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0016718519301654