Un avalúo catastral pensado para el desarrollo rural

Un avalúo catastral pensado para el desarrollo rural

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Conectividad vial, accesibilidad, uso del suelo y aprovechamiento del agua son algunas de las variables que se tienen en cuenta en esta propuesta metodológica para la definición del avalúo en catastro rural más completo con miras al desarrollo de las regiones.

Un avalúo catastral pensado para el desarrollo rural
San Francisco, Colombia

Sandra Patricia Quete, estudiante de la Maestría en Geomática de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), propone una metodología para la caracterización de la tierra rural en un contexto de catastro multipropósito, que tenga en cuenta las condiciones reales de los predios.

La investigadora explica que en la actualidad los procesos catastrales están sujetos a procedimientos tradicionales que responden a la necesidad de un catastro fiscal para el cobro de impuestos. Sin embargo, la idea es que esta información también sirva para el desarrollo de proyectos en las regiones como, por ejemplo, la construcción de vías.

“El catastro multipropósito puede resolver problemas relacionados con la gestión de la tierra, ya que identifica, caracteriza y mide con exactitud los predios que componen el territorio, además de coadyuvar a la seguridad jurídica de la propiedad y establecer la valoración del suelo”, agrega.

La metodología propone cuantificar variables como el valor potencial, pendiente, uso actual del suelo, norma de uso, aprovechamiento de fuentes hídricas, accesibilidad y conectividad que, puestas en operación, permitan caracterizar los terrenos de predios rurales.

Para la implementación es necesario contar con información secundaria como la cartografía básica estructurada de acuerdo con los estándares del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), los estudios de áreas homogéneas de tierra e imágenes satelitales, la norma de uso del que el instrumento de ordenamiento territorial define sobre el suelo, entre otras.

San Francisco, el modelo

La aplicación del estudio de clasificación propuesto se realizó en el municipio de San Francisco de Sales, Cundinamarca, que cuenta con un área de 658.485 m² y su zona rural de 117.459.563 m², distribuida en 11 veredas, con alrededor de 3.700 predios.

“La idea es implementar un modelo numérico, en el que gracias a una operación matemática y espacial de acuerdo con las citadas variables se obtenga un puntaje que discrimine las tierras que por sus características físicas reflejen un mayor o un menor valor económico, según sus condiciones”, señala.

Al aplicar la metodología para el municipio de San Francisco de Sales, se identificó que “más del 70 % de los terrenos de predios son considerados como las mejores tierras del municipio en su zona rural, sin embargo, estos predios ocupan menos del 50% de esta área; espacialmente se observa que estos predios van de tamaños medianos a pequeños y están localizados cerca de la cabecera municipal”, explica la investigadora.

Agrega que el uso del agua de los ríos principales como San Miguel, Cañas y Sabaneta, es utilizado sobre todo para regadío de cultivos y ganado, ya que en su mayoría el agua para consumo humano proviene de los acueductos veredales.

En cuanto a pendientes, el municipio cuenta con un relieve muy quebrado. Según el Modelo Digital de Terreno (DTM), el municipio en su mayoría cuenta con pendientes fuertemente onduladas a moderadamente inclinadas.

En cuanto a uso del suelo, la actividad económica se basa principalmente en agricultura. Los productos predominantes en la mayoría de las veredas son: café, caña de azúcar, y frutales como naranja, mandarina, guayaba, plátano, mango, aguacate y la explotación más intensiva se desarrolla en las tierras aledañas al casco urbano.

Se comprobó que las tierras potencialmente productivas se localizan en la parte central del municipio, mientras que al oriente están las “menos productivas”, ya sea porque cuentan con conectividad y accesibilidad baja o ciertas limitaciones en su uso.

En cuanto a las tierras “improductivas”, estas se localizan en el noroccidente y pueden estar por fuera del mercado inmobiliario, por tener usos protegidos u otras limitantes de explotación, aspectos que pueden estar directamente relacionados con los valores económicos de los predios.

La investigadora concluye señalando que “los usos probables de la información obtenida mediante esta metodología responde a las necesidades de un catastro multipropósito y pueden orientarse al desarrollo de análisis multitemporales que muestren una dinámica de transformación del territorio”.

Agencia de Noticias UN