Bogotá desconocida

derecho_1
Giovanni Acevedo
3 septiembre, 2018 - Identidad
Carrera Séptima de Bogotá

No importa el país en el que esté, siempre las personas que conozco me hablan de las ofertas turísticas de Colombia. La firma de la paz y la política internacional de Juan Manuel Santos logró calar un mensaje de tranquilidad para todos los viajeros que antes dudaban en pasar unos días en mi país. El resultado; miles de viajeros de diferentes partes del mundo han llegado a Colombia con grandes expectativas puestas en nuestras variedades de café, el clima de Medellín, las playas de Santa Marta, la champeta de Cartagena, la comida y el mar de San Andrés, los pueblos de Santander, el carnaval de Barranquilla o la Feria de Cali. ¿y Bogotá? Si, en Bogotá tenemos el segundo aeropuerto más moderno de la región y el primero en carga, además tenemos Monserrate, Transmilenio, la T, la 93, la G y varios museos… todo aburrido y predecible, nada que enganche al viajero.

Transmilenio dejó de ser un atractivo turístico hace muchos años, no solamente por sus deficiencias en el servicio e inseguridad, sino porque ese sistema de transporte con buses articulados está hoy en todas las principales ciudades de la región. Atractivo turístico nunca fue.

Monserrate es hermoso. En realidad subir caminando o trotando y en el camino encontrarse con puestos de frutas o jugos naturales es una maravilla que aprecia cualquier extranjero. Llegar hasta la cima y ver la enorme Bogotá siempre será un placer. Artesanías, comida típica y grandes sonrisas es parte del esplendor de esta parte de Bogotá que se visita en medio día… ¿y después?

La T, la G y la 93 han logrado consolidarse como zonas en Bogotá con ofertas a veces no tan accesibles para muchos, pero si con diversidad y calidad gastronómica, en tragos y buenos momentos. No todos los viajeros disfrutan de este tipo de lugares en las ciudades porque son burbujas de fantasía que repelen la verdadera esencia de las ciudades. Esto mismo pasa en Ciudad de México, Lima, Santiago o Ciudad de Panamá.

En Bogotá no tenemos ni una gran feria, ni un gran carnaval ni un gran festival que nos represente como ciudad. Hay algo de oferta cultural en museos y algunas exposiciones, pero me parece que son pensadas en cubrir una débil demanda casera y no en satisfacer la curiosidad de los miles de viajeros que podrían recorrer la ciudad y en motivar interés cultural en los locales. Bogotá tampoco está pensada para los que nos gusta caminar ni para los que quisieran llevarse pedacitos de la capital en sus fotografías. Está minada de Centros Comerciales que son un buen negocio para los inversionistas inmobiliarios pero pésimo par la ciudad. A Bogotá no le hace falta identidad, pero si le hace falta materializarla y exponerla en sus calles, le faltan puntos de encuentro sociales, cultura urbana, integración social, equidad y sostenibilidad ambiental, a Bogotá le falta amor de todos. ¿y que hacemos?

Sabemos que Bogotá es aún un diamante en bruto al que tenemos mucho por pulir para descubrir el potencial que esconde debajo de sus imperfecciones. Yo creo que con voluntad y el poder de la unión comunitaria podremos pulir la Bogotá que queremos. Creo que si nos unimos jóvenes, arquitectos, abogadas, taxistas, secretarios, mamás y papás, empresarias y políticos, niños y abuelos, extranjeros y locales podremos lograrlo.

 

¿Se le mide?

Twitter: @acevedocol

 

Giovanni Acevedo.