La bicicleta gana en esta ciudad y 84 carriles temporales se convertirán en permanentes: ya están segregando los primeros 21 kilómetros.
Dos importantes acciones le dieron a Bogotá un impulso para la movilidad sostenible este fin de semana, cuando la alcaldesa Claudia López hizo entrega de 64 buses más para el Sistema Integrado de Transporte Público SITP que tienen como característica esencial que operan a gas, a lo que se suma el anuncio de que 84 carriles, que habían sido destinados a ciclovías temporales, se convertirán en cicloinfraestructura permanente y segregada para los bogotanos.
La flota de 64 buses con tecnología Euro VI fue entregada por la mandataria quien destacó que este grupo de buses contamina un 99 % menos que el parque automotor que opera en la actualidad con tecnología Euro II y que, además, con la nueva flota que llegará entre 2020 y 2021, podrían generar hasta 11 000 nuevos empleos (en los próximos dos años) en medio de la crisis económica por la pandemia de coronavirus.
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Justamente sobre la capacidad de la flota, limitada por las medidas de bioseguridad, la alcaldesa explico que este grupo de buses (busetones y padrones) serán parte de un piloto con el que se busca, a través de unas láminas divisoria entre sillas, “Subir la capacidad del sistema del 35 % al 50 %”.
Agregó que la meta durante el periodo de su gobierno es dejar en 2023 la flota con combustibles limpios en un 70 %.
Respecto a la actualización de la flota, Felipe Ramírez, gerente de Transmilenio explicó que los 64 buses hacen parte de un lote de 320 que renueva el concesionario Masivo Capital.
Adicionalmente, informó que pronto llegarán 483 buses eléctricos y este año se realizará la licitación para 1.000 buses más también con tecnologías limpias como un aporte no solo en capacidad, modernización, sino en aire limpio para esta ciudad latinoamericana con más de 8.000.000 de habitantes.
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“Un bus de la flota actual, contamina tanto como 6 000 buses de estos a gas que entregamos. Es una respuesta muy importante para la ciudad. Esta administración se ha comprometido a bajar la emisión de 10 toneladas de material particulado de Transmilenio”, señaló el funcionario.
Los buses, que fueron contratados desde la administración anterior del exalcalde Enrique Peñalosa, cuentan con plataformas accesibles para PMR (personas con movilidad reducida); más cámaras de seguridad y un mecanismo de torniquete ‘anticolados’ que impide que el fenómeno del ingreso de usuarios sin pagar y que hasta el año anterior le costaba al sistema pérdidas por US$67 millones al año.
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Considerada por el Copenhagenize Index 2019 como la ciudad más amigable con la bicicleta en la región (puesto 12 en el mundo), Bogotá había destinado temporalmente un total de 84 carriles de sus vías, para estimular el uso de la bicicleta ante la disminución de capacidad del sistema de transporte público por la pandemia de COVID-19.
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La noticia positiva es que la longitud de esos carriles se convertirá en cicloinfraestructura permanente y segregada con lo que la bici urbana gana un importante aumento de kilómetros.
Los primeros carriles, que suman 20.3 kilómetros de ciclorruta ya empezaron a recibir la intervención, tanto para su segregación como para el mantenimiento de a capa de rodamiento y hacerla totalmente segura para los usuarios.
Los equipos de mantenimiento están integrados por seis cuadrillas de 10 operarios cada una que se encargarán de esta intervención que deja, por ahora, a esta metrópolis con un total de 572 kilómetros de cicloinfraestructura, 551 que había antes de la crisis sanitaria y los cerca de 21 de esta nueva ampliación que seguirá creciendo durante este año en el que las autoridades indican, se están realizando aproximadamente, unos 330 000 viajes diarios.