El trienio 2015-2017 registró para Buenos Aires la medición más baja desde 2011 en temas de mortalidad infantil.
Un informe presentado por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, reportó que la capital argentina registró una baja en su tasa de mortalidad infantil durante 2017, la cual se ubicó en 6,7 por cada mil nacidos vivos, la más baja en el país.
Detalles del informe, muestran que esta disminución surge al comparar los resultados con los de 2016, que se ubicaba en 7,2 por cada mil nacidos vivos; en tanto, si se tiene en cuenta la evolución trienal, entre 2015 y 2017 se observa una tasa del 6,6 por mil, la más baja desde el trienio 2011-2013. En términos absolutos, el año pasado hubo 234 muertes de menores de un año de madres con residencia en Buenos Aires, mientras en 2016 habían sido 282 casos, y en 2015, los casos reportados fueron 246. Además, comparativamente y de acuerdo con los datos publicados por el Ministerio de Salud en 2016, la Argentina tuvo una tasa de 9,7 menores fallecidos por cada mil.
Sobre estos datos, el jefe de Gobierno de la capital argentina, Horacio Rodríguez Larreta, durante un recorrido por la remodelada guardia del Hospital de Niños Pedro de Elizalde, remarcó que “no deja de ser un número estadístico, mientras haya casos de mortalidad infantil, por más que sea uno, tenemos que seguir trabajando con el mismo esfuerzo”.
Además, afirmó que este objetivo se consiguió gracias a “la prevención en el cuidado de las madres desde el embarazo, así como a un seguimiento personalizado de madres en situación más vulnerable y la atención de los chicos en el primer año de vida”.
Sobre las apuestas para llegar a los datos revelados en la actualidad, en 2017 la UNICEF destacó las medidas adoptadas por el Gobierno porteño como la regionalización sanitaria en la atención perinatal, una iniciativa que permite asegurar que cada nacimiento ocurra en un centro de salud con el nivel de complejidad que cada caso requiere.
Por su parte, el Ministerio de Salud de la Ciudad implementó la “estrategia del camino de la embarazada” en todas las maternidades de la Ciudad y todos los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC), esto con el propósito de favorecer la accesibilidad y continuidad del control prenatal, fue establecido un circuito prioritario (“Canal Verde”) de acceso a las embarazadas desde su primer contacto con el sistema de salud, buscando facilitar la atención y turnos; el seguimiento de la realización de los controles prenatales y la búsqueda activa por parte de los equipos básicos de salud; y la agilización de plazos para estudios de laboratorio.