En temporadas con temperaturas muy altas y muy bajas en Bogotá, se presentó un mayor número de casos de ingreso a urgencias por enfermedades isquémicas del corazón entre 2009 y 2014. ¿Cuáles son los riesgos con el cambio climático?
Jeimy Carolay Corredor Gutiérrez, magíster en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (U.N), analizó los patrones temporales de las admisiones diarias a salas de urgencias de la ciudad por enfermedades como angina de pecho e infarto agudo de miocardio y su relación con variables como temperatura mínima, media y máxima de la ciudad, humedad relativa y material particulado (contaminante) del aire.
Según la investigadora, el estudio se centró en encontrar la relación entre las temperaturas alta, media y baja y las visitas a urgencias. Una de las particularidades de este estudio es que se implementó la metodología de “modelos no lineales de rezago distribuidos” para poder incluir los eventos que se desencadenaron hasta siete días después de que los pacientes fueron expuestos a determinada temperatura.
El modelo permite incluir una tercera variable: tiempo. “Aunque haya exposición hoy, los efectos se pueden sentir el mismo día o los días posteriores”, explica la investigadora Corredor, quien presentará su trabajo en la categoría de póster en la próxima reunión anual de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE por su sigla en inglés).
A partir de esto se encontró que con una temperatura mínima –de 6 a 11 °C– se registró un mayor ingreso a urgencias por cardiopatías isquémicas, lo cual indica que estas condiciones climáticas pueden ser un factor de estrés que se convierte en indicador de riesgo para los pacientes con afecciones cardiacas, desde el día cero de exposición.
En temperaturas altas –entre 20 y 21 °C– el estrés térmico produjo un incremento en la visita a urgencias por cardiopatías isquémicas entre el primer y tercer día después de que el paciente se expuesto a una temperatura más elevada de la que está acostumbrado.
La temperatura media, por el contrario, representa una zona de confort térmico; en este caso las enfermedades cardiacas no presentan un aumento en el ingreso a urgencias.
Aunque no haya estaciones
Colombia, y por consiguiente Bogotá, se encuentra identificado dentro de la clasificación internacional del clima de Köppen como una región de clima tropical –sin estaciones–, en la que la temperatura es cálida, con humedad permanente y veranos cálidos. Sin embargo los efectos del cambio climático no solo han aumentado la temperatura promedio de la ciudad, sino que han traído cambios bruscos en las temperaturas diarias.
Incluso la temperatura a la que se exponen los bogotanos varía según el sector de la ciudad en el que se encuentran. Esto sucede a causa de un fenómeno conocido como “islas de calor”, que se refiere al aumento de la temperatura de una zona a causa del cambio en la disposición del uso del suelo por procesos de urbanización.
Dicho fenómeno se ha identificado en la Zona Industrial y en Bosa, sectores que presentan una mayor temperatura en comparación con los extremos de la ciudad y las zonas que cuentan con mayor arborización.
Los efectos de la temperatura sobre las condiciones de salud de la población son conocidos, pero han sido estudiados y relacionados en mayor medida con países del hemisferio norte debido a las temperaturas de frío y calor extremo que experimentan a causa del cambio de las estaciones.
La preocupación de la investigadora por este tema radica en los efectos del cambio climático sobre regiones tropicales, como la nuestra, en las que se presentan cambios drásticos en la temperatura –que incluso pueden suceder en un mismo día– cada vez con mayor frecuencia e intensidad. Una situación que pone a prueba la capacidad de adaptación de los seres humanos.
Agencia de Noticias UN
