Desde este lunes 3 de agosto ni las tiendas de barrio podrán entregar este elemento contaminante, un propósito que se espera sigan los demás países de la región.
La Ley #ChaoBolsasPlásticas que se promulgó en 2018 para eliminar el uso de plástico en Chile, entra este lunes en su fase final que contempla que ni en los comercios más pequeños se podrán entregar y su uso generará sanciones por parte de las autoridades.
Hasta el momento, se podrían entregar dos bolsas por persona/compra en esta escala del comercio, pues en los almacenes de cadena o grandes superficies, la norma restrictiva ya había entrado en vigor desde febrero de 2019, un proceso que en la Encuesta Nacional de Medio Ambiente 2017-2018, unió al 95 % de los chilenos que indicó estar de acuerdo con la prohibición, un proyecto nacional que según la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, ha evitado hasta este año el consumo de unas 5 000 millones de bolsas plásticas.
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“Me parece importante entender que esto es un reflejo de los cambios relevantes en el comportamiento, en los hábitos de las personas y en la preocupación de las personas para abordar dinámicas que impactan el ambiente en su propia vida diaria”, expresa Gonzalo Muñoz Abogabir, presidente del directorio TriCiclos (creadora de soluciones para la gestión de residuos), cofundador del Sistema B internacional (empresas que tienen como base la sostenibilidad) y High Level Champion de la COP25.
Para Muñoz Abogabir, la Ley y esta fase reflejan igualmente la problemática mundial “que estamos viviendo en cuanto a la cantidad de residuos plásticos que terminan vertidos en el medio ambiente, el rol que cumple el plástico en nuestras vidas”.
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Llamó la atención sobre la situación actual con la generación de residuos plásticos hospitalarios, los millones de tapabocas o barbijos y empaques adicionales que se están desechando en el contexto de la crisis por COVID-19.
De hecho, son 10 millones de bolsas las que se usan en el mundo cada minuto, muchas de las cuales terminan en ríos y mares, ahogando o envenenado especies e incluso llegando a los sistemas digestivos de los seres humanos.
Según el experto, un proceso como el que derivó en esta ley chilena y en la prohibición de las bolsas, comenzó en su país en la primera década de este siglo con conversaciones sobre el impacto y acciones iniciales para crear alguna normatividad que limitara el uso en el comercio.
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Además de ello incluso con la aparición de la propuesta de las bolsas oxo biodegradables, un producto que advirtió fue centro del debate desde 2009 ya que el polietileno no es absorbido por la naturaleza, “sino que simplemente se fragmenta por el aditivo que se le adiciona y sigue quedando en la naturaleza, pero en tamaño de partículas que uno no ve, una alternativa peor al problema que enfrentábamos”.
Esto justamente a la pregunta de LA Network sobre el impacto que tuvo en su país y que podría tener en la industria del plástico en términos de empleos, de ingresos en otros países que se decidan por llegar a los niveles de eliminación de bolsas como el chileno.
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A ello Muñoz Abogabir respondió que justamente el inicio del debate involucró a la industria que, desde ese momento recibió las señales de un cambio de mentalidad en la sociedad, en el mercado, en el consumidor. Un periodo para, dice, la reconversión, la aceleración de alternativas donde “la información estuvo sobre la mesa”.
Adicionalmente, explicó que el punto de quiebre para las bolsas y la industria del plástico mundial fue el informe New Plastics Economy presentado en el Foro Económico Mundial (World Economic Forum) del año 2016. #En Suiza el mundo cambió radicalmente en términos de plástico, ese fue el punto de quiebre y todo lo que ha ocurrido desde entonces, ya estaba bastante claro”, relató el Campeón de Alto Nivel de la COP25 que, integró en aquel momento y como único representante de Latinoamérica en el cuerpo asesor que desarrolló el informe.
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Durante los dos años que ha estado en aplicación la ley #ChaoBolsasPlásticas en Chile, se han dejado de consumir unas 37 000 toneladas y para terminar de incorporar la disciplina entre los chilenos, quienes no se acojan a la medida tendrán sanciones que serán aplicadas por las autoridades municipales.
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Las multas serán de cerca de US$350 aunque los ciudadanos serán los responsables de las acciones y no los comercios, por lo que se espera que con una vinculación tan alta como la que registró la encuesta Nacional de Medio Ambiente 2017-18, no se presenten muchos infractores, además del indicador -en ese momento- de que el 66 % de los encuestados ya portaba su bolsa reutilizable al momento de hacer sus compras.
Los únicos plásticos que se permitirán serán los empaques de los alimentos o envases primarios.
