Cómo el consumo en las ciudades incrementa las emisiones globales

Cómo el consumo en las ciudades incrementa las emisiones globales

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LA Network
17 junio, 2019 - Ecología Urbana

En la próxima década, para evitar la crisis climática, las ciudades de ingresos altos deberán reducir las emisiones procedentes del consumo en dos terceras partes.

Cómo el consumo en las ciudades incrementa las emisiones globales
Las emisiones procedentes del consumo de casi 100 de las ciudades más grandes del mundo representan ya el 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Las nuevas formas de medir la huella de carbono de las áreas urbanas en las que se incluye el consumo – qué utilizan, comen, visten los ciudadanos y las empresas en las urbes, y cómo se elaboran y transportan estos productos – evidencian que las ciudades tienen una mayor influencia en las emisiones globales de lo que se pensaba.

Un estudio publicado por la Red de Ciudades C40 concluye que las emisiones procedentes del consumo de casi 100 de las ciudades más grandes del mundo representan ya el 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin una actuación urgente esas emisiones serán casi el doble para el año 2050. El estudio revela asimismo una oportunidad para que las ciudades y sus habitantes contribuyan a reducir las emisiones y abordar la crisis climática.

Este nuevo estudio, El futuro del consumo urbano en un mundo de 1,5°C – elaborado por la firma privada ARUP y la Universidad de Leeds – advierte que las emisiones procedentes del consumo deberán reducirse en al menos un 50 % para el 2030 si se quiere mantener el aumento de la temperatura global por debajo del umbral de 1,5°C.

Si estas medidas se combinan con los esfuerzos de las ciudades en reducir las emisiones locales, esto conllevaría un 35 % del ahorro de emisiones necesario para posicionarlas en el camino hacia el objetivo de 1,5°C.

Es necesario recortar mucho más rápido – en dos terceras partes para el 2030 – en las ciudades de ingresos altos, ya que estas generan la mayor parte de las emisiones.

Las ciudades muestran un camino

Los alcaldes vienen liderando la respuesta a la emergencia climática al establecer objetivos con base científica compatibles con la preservación del incremento de la temperatura global en 1,5°C y están tomando medidas para reducir las emisiones locales de edificios, energía, transporte y residuos. Por ejemplo, 27 de las 96 ciudades que componen C40 ya han registrado caídas en sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, la Red C40 representa solo la cuarta parte de la economía global, y el 85 % de las emisiones asociadas a bienes y servicios consumidos dentro de sus territorios son importados de otros lugares.

Desde esta perspectiva, es claro que hay que empezar por aquellos que consumen más. Para alcanzar la reducción necesaria, las zonas urbanas de ingresos altos deben reducir su consumo, pero la verdad es que también muchos habitantes de las ciudades de C40 todavía no consumen lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas, por lo que es crucial asegurar que tanto la reducción de las emisiones del consumo como la transición sean justas.

«Las ciudades tienen una oportunidad única de proporcionar opciones de mitigación. Las ciudades pueden reducir claramente sus emisiones directas de la calefacción, electricidad y movilidad, así como reducir las emisiones que se producen fuera de ellas debido a los patrones de consumo de sus habitantes. Este informe documenta la huella de carbono de las principales ciudades de todo el mundo al tiempo que analiza un rango de estrategias y políticas que se pueden implementar en el ámbito municipal», explicó el profesor John Barrett, presidente de la Cátedra de Investigación sobre Sostenibilidad de la Universidad de Leeds.

Cómo el consumo en las ciudades incrementa las emisiones globales
Listado de las 96 ciudades C40.

Seis sectores claves para reducir emisiones

El informe explora seis sectores en los que los líderes, empresas y habitantes de las ciudades del mundo pueden actuar ya para abordar las emisiones procedentes del consumo: alimentación, construcción, ropa, vehículos, aviación y electrónica. En todos estos sectores existe un potencial notable de reducción de las emisiones.

Estas medidas juntas ahorrarían aproximadamente 1.5 GtCO2e (gigatoneladas) al año para 2030. En combinación con los compromisos ya existentes por parte de las ciudades, supondrían un 35 % de las reducciones necesarias en las emisiones procedentes del consumo para posicionar a las ciudades de C40 en la senda del objetivo de 1,5°C. Son ellas:

Alimentación: Se podrían tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo de alimentos en un promedio de 31 a 37 % para el 2030 en las ciudades de C40, con medidas como:

  1. Servir y facilitar la adopción de dietas con un mayor componente vegetal, promover el consumo de cantidades consideradas saludables y reducir los desperdicios alimenticios.
  2. Entre estas acciones se podría incluir los “Lunes libres de carne” en colegios y edificios públicos, promover los huertos comunitarios para fomentar el ejercicio, la cohesión local y una dieta sana, y regular el acceso a la comida rápida a los más jóvenes, apoyando a su vez a los distribuidores de comida sana para evitar que la ciudadanía tenga que realizar viajes de larga distancia para acceder a alimentos saludables. Esto podría ayudar a reducir hasta un máximo de 16 kg el consumo de carne y 90 kg el consumo de productos lácteos por persona anualmente, bajando del promedio actual de 58 kg de carne y 155 kg de productos lácteos y finalmente lograr bajar los niveles de consumo que reducirán aún más las emisiones.

Construcción: Aquí las reducciones podrían estar en edificios e infraestructuras en un 26 % para el 2030 así:

  1. Regulaciones e incentivos para utilizar menos materiales podrían reducir el uso de acero y cemento en un 35 % y 56 %, respectivamente.
  2. Asegurar que todos los edificios sean utilizados a plena capacidad podría conducir a una reducción del 20 % en la necesidad de nuevos edificios.
  3. Es necesario hacer una transición hacia materiales de menor impacto, como la madera sostenible (sustituyendo en parte al cemento) en el 90 % de las viviendas y en el 70 % de las oficinas que se construyan.

Ropa: Las reducciones en emisiones procedentes del consumo de ropa y textiles en un 39 % para el 2030 se podrían dar con medidas tales como:

  1. Promover nuevos modelos de negocio en ropa centrados en el reciclado, la modernización de prendas antiguas, el alquiler y la reutilización de la ropa. Esto permitiría una reducción anual en el número de prendas de ropa nueva hasta llegar a 3 prendas por persona, reduciendo residuos, costes y el impacto.
  2. Sería también necesaria una reducción del 75 % en los residuos de la cadena de producción para alcanzar todo el potencial de reducción de emisiones.

Vehículos: La reducción de las emisiones procedentes del consumo del transporte privado pueden llegar a un 28 % para el 2030 con medidas que reduzcan y eventualmente se acerquen a eliminar por completo la necesidad de tener un automóvil privado, que reducirá costos y cederá espacio en las calles a los peatones. Esto se lograría reforzando el transporte público y facilitando y rentabilizando el uso de vehículos compartidos o alquilados. Las ciudades pueden también trabajar con los fabricantes con el fin de maximizar la duración de los vehículos e incrementar la eficiencia de los materiales.

Aviación: Las reducciones de la aviación podrían ser de un 26% para el 2030 en las ciudades de C40. En parte, esto se conseguirá gracias a intervenciones tecnológicas, como el uso de combustible sostenible en la aviación. Sin embargo, dado que se tardará un tiempo en llegar a ese punto, para alcanzar los objetivos de emisiones de carbono se deberá restringir en un 28 % el número de vuelos. Las mayores reducciones se requerirían en los lugares donde haya más vuelos. Esto ayudaría a garantizar el uso del transporte para toda la ciudadanía respetando el clima, en lugar de que solamente una pequeña parte de la ciudadanía vuele regularmente y agote por sí misma los presupuestos de carbono. Para que ello sea posible, es necesario proporcionar alternativas viables como trenes de alta velocidad asequibles para toda la ciudadanía.

Electrónica: Se podrían tomar medidas para reducir las emisiones procedentes del consumo de electrónica y bienes de consumo en un 18 % para el 2030 con medidas como: prolongar la vida de los artículos de electrónica por lo menos 7 años, ahorrando dinero y residuos. Esto se podría lograr por medio de talleres comunitarios que permitan la reparación de artículos de electrónica, o “bibliotecas de herramientas” donde estas pueden tomarse prestadas de forma temporal.

Beneficios de la reducción de las emisiones procedentes del consumo

Ejemplos claros de los beneficios que dejarían la reducción de emisiones procedentes del consumo incluyen:

Una ciudad densa y de ingresos altos como Londres podría ahorrar casi 11.000 millones de dólares en los próximos 5 años al optimizar la eficiencia y el uso de los edificios existentes, y evitando nuevas construcciones.

Podrían evitarse 170.000 muertes al año en las ciudades de C40 si sus habitantes comieran menos carne roja y más frutas y verduras.

Si se redujera la propiedad de vehículos privados, podrían devolverse al dominio público 170 millones de m2 de plazas de estacionamiento en las calles de las ciudades de C40, lo que permitiría plantar 2,5 millones de árboles y ofrecer 25 000 km de carriles para bicicletas.

Los habitantes de las 96 ciudades de C40 podrían ahorrar 93.000 millones de dólares al cambiar su forma de consumir ropa y textiles.

Se podría evitar gastar 70 millones de dólares en daños a la salud humana, edificios e infraestructuras al reducir los vuelos y adoptar combustibles de aviación sostenibles.

Una transición global hacia la producción no contaminante hará el mundo más seguro y verde, y los estudios sugieren que a largo plazo se generarán más puestos de trabajo que los que se reemplazarán.