Las ciudades colombianas están inundadas de este medio de transporte, que también es el más impactado por la accidentalidad vial. Un estudio midió la forma cómo estos vehículos se mueven en la capital colombiana.
Para algunos, la motocicleta es una verdadera epidemia en las ciudades colombianas. Del total del parque automotor registrado en ese país a 2019 –15,3 millones de matrículas activas de acuerdo con el Registro Único Nacional de Tránsito RUNT–, el 58 % corresponde a motocicletas, esto es 8.906.554 unidades.
Desde 2013 el número de motos superó al de carros, y cada año sigue aumentando la brecha. En 2019 el sector automotor vendió 877.819 unidades y de ellas 69 % de motos. Pero para quienes las usan, la moto es el medio de transporte más ágil, rápido y económico. Ahora bien, también es el más impactado por la accidentalidad y la mortalidad en las vías
La Universidad Nacional de Colombia (UNAL), realizó una investigación mixta en Bogotá para entender cómo se mueven los motociclistas allí y determinó 4 grupos focales con 18 usuarios de motocicleta y 130 encuestas de preferencias declaradas.
Uno de los factores más llamativos del estudio indaga sobre los vehículos grandes, pues en las respuestas se evidenció que la presencia de camiones, mulas y buses es relevante a la hora de escoger una ruta en ese ciudad, donde a diario circulan alrededor de 480.000 motos, según cifras del RUNT.
Aunque buscar la vía más rápida es un factor importante a la hora de decidir qué ruta tomar para movilizarse en Bogotá, los motociclistas lo piensan dos veces antes de tomar un trayecto con alta circulación de tractomulas, camiones y buses, ya que en estas son más vulnerables a sufrir un accidente.
“La percepción de los usuarios sobre estos vehículos es que representan un riesgo alto para ellos tanto por su tamaño como por la falta de visibilidad que tienen hacia las motocicletas. Uno de los participantes de los grupos focales señaló que son ‘intimidantes’”, detalla la investigadora Candelaria González, magíster en Ingeniería de Transporte de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Algunas de las frases recopiladas en la investigación son: “de esos vehículos (grandes) puede salir una piedra, se puede desprender parte de la carga o un perno, o al coger un hueco puede salir parte de la carga que nos puede lastimar. Así mismo los buses del SITP no tienen espejos ni condiciones de visibilidad adecuada para ver las motos”.
Los vehículos grandes fueron solo uno de los factores contemplados en las preguntas a los usuarios. Otros parámetros fueron: estado del pavimento, congestión de vehículos, semáforos e iluminación.
Los usuarios encuestados afirmaron que una ruta en buen estado también es un factor importante a la hora de determinar un trayecto para llegar a cierto destino, pues las vías en mal estado también pueden generar riesgo de sufrir una caída.
Lo mismo sucede con calles y avenidas mal iluminadas, ya que varios de los encuestados afirmaron que las motos no tienen un buen sistema de iluminación y por eso el alumbrado público es determinante a la hora de diseñar una ruta en Bogotá.
Por último, la investigación también recopiló los siguientes datos importantes: cerca del 45 % de los viajes en moto duran entre 30 minutos y 1 hora; tanto hombres como mujeres prefieren las motos deportivas para la ciudad, y uno muy relevante: el 82 % de los encuestados son de estratos 2 y 3, un reflejo diciente de la realidad que estima que la mayoría de los usuarios son de estratos medio-bajo.
