Contaminación lumínica en la ciudad

La contaminación lumínica de las ciudades está creciendo y ya preocupa

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LA Network
23 noviembre, 2017 - Hábitat y Desarrollo Urbano

La superficie artificialmente iluminada de la Tierra por la noche aumentó en brillo y extensión en los últimos cuatro años. Y las luces LED, que parecían ser inicialmente una solución para la contaminación lumínica, la está aumentando en opinión de científicos.

Contaminación lumínica en la ciudad
Imagen de ciudad en la noche

Los efectos de la luz artificial en la naturaleza están probados independientemente de la eficiencia de los sistemas de iluminación. Un alumbrado público mal diseñado e ineficiente en las ciudades, la utilización de proyectores o luces láser, la regulación inexistente del horario de apagado de iluminaciones publicitarias o monumentales, generan un problema cada vez más complejo por la contaminación lumínica.

Esta clase de contaminación es un tema del que poco se habla y como consecuencia existe muy poca conciencia social y ambiental sobre él, pese a que genera numerosas y perjudiciales consecuencias.

Esas consecuencias van desde el desperdicio de energía (y las emisiones de gases de invernadero resultantes de su producción), el daño a los ecosistemas nocturnos, los efectos nocivos a la salud en humanos y animales, hasta las dificultades para la astronomía y la pérdida en general de la percepción del Universo a gran escala.

Ahora una reciente investigación científica aumenta la preocupación sobre estas consecuencias. Los municipios, las empresas y los hogares están cambiando a luces LED para ahorrar energía. Pero estos ahorros podrían perderse si se instalan lámparas nuevas o más brillantes.

Christopher Kyba del GFZ (German Research Centre for Geoscience)

Los científicos temen que este «efecto de rebote» pueda cancelar parcial o totalmente los ahorros de los proyectos de adaptación de iluminación y hacer que los cielos sobre las ciudades sean mucho más brillantes. ¿La razón? “Se están sustituyendo unas por otras sin estudiar previamente cuál es la iluminación para cada sitio”, señala el estudio.

Este estudio internacional dirigido por Christopher Kyba del GFZ (German Research Centre for Geoscience) prueba la hipótesis. De acuerdo con el artículo publicado en la revista Science, la superficie artificialmente iluminada de la Tierra por la noche aumentó en brillo y extensión en los últimos cuatro años (2012-2016) en un 2.2 por ciento anual.

Los científicos utilizaron datos del primer radiómetro satelital calibrado diseñado especialmente para luces nocturnas VIIRS. El VIIRS ha estado dando vueltas alrededor de nuestro planeta desde octubre de 2011.

Contaminación lumínica desde la Estación Espacial

En el mundo, el aumento de las emisiones de luz se corresponde estrechamente con el aumento del Producto Interno Bruto (PIB), y el crecimiento más rápido se produce en los países en desarrollo. «Además, vemos que solo aumenta una parte de la luz», explica Kyba.

Las comparaciones de los datos VIIRS con fotografías tomadas a bordo de la Estación Espacial Internacional ISS muestran que el instrumento en Suomi-NPP a veces registra un oscurecimiento de algunas ciudades a pesar de que estas ciudades son de hecho las mismas en brillo o incluso más iluminadas.

La razón de esto es que el sensor no puede «ver» la luz a longitudes de onda inferiores a 500 nanómetros (nm), es decir, luz azul. Cuando las ciudades reemplazan las lámparas de color naranja con luces LED blancas que emiten radiación considerable por debajo de 500 nm, VIIRS confunde el cambio con una disminución. En resumen: el brillo de la superficie nocturna de la Tierra y especialmente el brillo del cielo sobre las ciudades está aumentando, probablemente incluso en los casos en que el satélite detecta menos radiación.

La realidad es que las luces LED son más eficientes para las casas y hogares, pero no así para las calles y autopistas. En muchas ciudades, por ejemplo, se han cambiado las luminarias de sodio por tres o cuatro LED, por lo que el gasto y la contaminación al final son mayores, señalan los científicos.

Contaminación lumínica vista por la NASA
Imagen de la NASA de la contaminación lumínica en la tierra

Sin embargo, existe la esperanza de que las cosas cambien para mejor, según Christopher Kyba. «Otros estudios y la experiencia de ciudades como Tucson, Arizona, muestran que las lámparas LED bien diseñadas permiten una disminución de dos o más emisiones de luz sin ningún efecto notable para la percepción humana».

El trabajo anterior de Kyba ha demostrado que la emisión de luz per cápita en los Estados Unidos de América es de 3 a 5 veces mayor que en Alemania. Kyba ve esto como una señal de que la prosperidad, la seguridad y la seguridad se pueden lograr con un uso de la luz conservador.