“Critican a Trump por sus anuncios y no criticaron a Obama cuando llenó el país de fracking”: Juan David Escobar

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LA Network
18 diciembre, 2016 - Gobernanza

El analista internacional, experto en geopolítica y docente del Centro de Pensamiento Estratégico de la Universidad Eafit de Medellín, Juan David Escobar Valencia, nos hace un análisis muy particular y realista de los primeros movimientos de gabinete de Trump y del tratamiento que se espera de al tema del cambio climático.

Juan David Escobar, experto en geopolítica
Juan David Escobar, experto en geopolítica

Para Juan David Escobar Valencia, experto en geopolítica, los asuntos medioambientales deben ser mirados con pragmatismo. No le gusta Donald Trump. Le parece que no es una persona digna para dirigir la potencia global, pero cree que los medios y ciertos sectores de opinión están magnificando los anuncios hechos hasta ahora por el empresario devenido presidente, en particular en torno al calentamiento global. En este aspecto, cree que debe medirse con el mismo rasero a otros gobernantes y países que han contribuido a deteriorar el planeta, con el que ahora se está pretendiendo medir a Trump. Escobar Valencia dialogó con La Network sobre estos asuntos que inquietan a muchos actores comprometidos en la lucha contra el calentamiento global.

Donald Trump ha nombrado ya en su gabinete personajes muy cercanos a la industria petrolera y algunos negacionistas -como él-, del cambio climático. Hay inquietud en el mundo sobre la nueva visión de EE.UU. en este tema. ¿Cuál es su reflexión?

Yo creo que hay que ser cuidadosos con los anuncios, porque el señor Trump  ganó su elección proponiendo cosas que un sector del electorado quería oír, pero también hemos visto que lo que anunció en campaña, lo que aparentemente quiere hacer no es tanto, incluso un porcentaje muy pequeño, y una vez empiece a gobernar y empiece a entender cómo funciona la maquinaria oficial, se va a dar cuenta de que no es tan fácil hacer lo que él dijo. El gabinete obviamente huele a energía y a petróleo, sin duda alguna, como ha habido otros gabinetes como el de Bush hijo, pero una cosa es realmente lo que un candidato pueda decir y otra cosa es lo que un presidente pueda hacer. Y con esto no estoy defendiendo a Trump, que no me parece una persona digna para dirigir a los Estados Unidos, pero eso no importa… está diciendo cosas que aparentemente van en contra de lo que también el señor Obama había dicho. Una cosa es lo que los presidentes dicen en público y las cosas que se firman en los tratados y una muy distinta es lo que se ve en la realidad.

¿Pero la posición de Trump sobre el cambio climático difiere de la de Obama?

Obama aparece como el hombre pro ambiental que considera que el cambio climático es una amenaza para el país, pero si usted lo quiere mirar y poner en duda solo piense que él desarrolló el fracking, que supuestamente para algunos es muy dañino y fue el gobierno de Obama el que permitió eso, y no lo pararon y no le pusieron obstáculos para que el país se volviera potencialmente autosuficiente e incluso exportador de hidrocarburos. Otro asunto: Europa dice, hace, es muy estricto y firma todos los pactos ambientales, pero después vemos a las compañías alemanas haciendo trampa (y quién sabe hace cuánto que están haciendo trampa), y uno podría especular que otros lo han estado haciendo. Y China, que cuando EE.UU. le dice “usted es el mayor contaminador del mundo” y ella les responde a los estadounidenses “no tienen autoridad para decirlo porque ustedes se enriquecieron y dañaron el ambiente y ahora que yo me estoy enriqueciendo, entonces ahora lo que yo hago si es malo y ustedes son las personas correctas”. Pues eso mismo lo estamos viendo hoy en Trump y nadie le hizo a China el escándalo que le están haciendo a Trump. Nadie tampoco está poniendo en duda todo el sistema ambiental por culpa de los rusos que también han hecho lo que han querido: exploración en el Ártico, en Siberia y allá nadie revisa nada y una ONG prácticamente no puede entrar, y finalmente termina haciendo el daño, aunque aparentemente no está en los titulares de las noticias. Con esta reflexión no estoy defendiendo a Trump, me parece que puede que haga cosas malas, pero creo que hay que enfocar los esfuerzos, las miradas en asuntos más técnicos, en una cosa más proactiva, es decir, negar el desarrollo del sistema energético y negar que vamos a vivir de hidrocarburos todavía un tiempo largo me parece que es una ilusión, lo que tenemos que ver es si las cosas se hacen bien o mal hechas.

¿Qué recomienda entonces?

Creo que el enfoque debería ser menos ideológico en términos de si eso es liberal o no, si es capitalista o anticapitalista, sino en si hacemos un desarrollo energético correcto; incluso, yo prefiero que haya energía suficiente por un tiempo en términos de hidrocarburos, que se destinen recursos de esos impuestos para el desarrollo de energías alternativas y no entrarnos en la edad de piedra en la que supuestamente no dañábamos el ambiente. Yo creo que hay que hacer las cosas bien hechas: si hay que explorar gas en tal parte, hagámoslo bien y tomemos las medidas, pero la lógica de no hacer nada o de demonizar a Trump no es conveniente. Lo importante es enfocarnos en garantizar entre todos un sistema de producción de energía correcto.

Expertos ambientalistas dicen que en el caso del Acuerdo de París Trump no podrá marginarse porque hay unos tiempos que son necesarios cumplir y que esos tiempos serían imposibles para un primer mandato; pero, sí hay una preocupación en términos de cómo el país, que internamente iba hacia una transición a las energías verdes, podría volver a las energías basadas en hidrocarburos de una manera intensiva. ¿Cómo ve el desempeño interno?

Insisto en el punto: ningún país en términos reales, teniendo fuentes energéticas, se va a abstener de explotarlas. La pregunta correcta entonces como país es: ¿tenemos la posibilidad de tener una energía relativamente barata porque los otros alternativos todavía son muy costosos? Si la respuesta es sí, entonces vamos a explotarla, pero explotémosla bien, hagamos una restricción o pongamos unos topes más altos, por ejemplo, para la industria automotriz, o sea, dejemos que haya gas o que haya petróleo y después le decimos a las automotrices: “señor, yo necesito que sus estándares de descontaminación sean mucho más exigentes”, entonces yo creo que se pueden hacer las cosas bien hechas, pero decir “no más petróleo, no más gas” porque entonces se va a salvar el mundo, eso suena muy bonito pero en la práctica no es cierto.

¿Para nadie es un secreto el interés que ha tenido Vladimir Putin en los recursos naturales en el Ártico, pero sobre todo el interés que tiene en que cada vez se deshiele más ese Ártico, porque sería una zona geoestratégica de expansión para Rusia. Cabe este análisis de seguridad nacional desde la óptica ambiental y el cuidado que debe tener Trump?

Sí, lo que pasa es que yo no estoy tan convencido de la hipótesis inicial de que Putin se beneficiará de Trump. Incluso yo pienso que es más beneficioso para él Obama, aunque eso no le parezca a la prensa. Obama es un hombre que aparentemente no quería establecer una confrontación; entonces cuando usted está en una lógica de obtener beneficios y participación en el mercado energético, y tiene a un presidente como Obama que supuestamente no quería contaminar el ambiente -aunque estaba permitiendo el fracking y volvió a Estados Unidos una máquina de producción de petróleo- en juegos de mercado cerrados, digámoslo así, cuando uno no avanza retrocede; entonces, Obama era un tipo que supuestamente no avanzaba y eso en mi opinión beneficiaba a Putin.

¿Entonces prevé una confrontación Trump-Putin?

Yo creo que la confrontación entre Trump y Putin no es muy lejana, va a ser incluso más intensa porque el mercado energético es muy complicado. Hoy hay una sobreoferta de productos, entonces si Putin decide tomar medidas agresivas para su control por ejemplo en el Ártico, no vas a esperar de Trump diga “ah, bueno, entonces como usted ya va a explorar en el Ártico entonces Estados Unidos ya no lo va a hacer”. Al contrario, va a encontrar un tipo que le va a decir “como usted está explorando en el Ártico yo también voy a explorar en el Ártico”. A mí no me gusta la idea, pero finalmente lo que se va a ver es que Estados Unidos va a ser el factor que va a impedir que la rentabilidad de los proyectos energéticos de Putin en zonas ambientalmente sensibles sea favorable. El juego es mucho más grande. Yo pienso que viene un periodo muy interesante, muy complejo, donde va a haber factores entre ellos mismos, que se van a tener que auto-regular, o sea, en vez de los acuerdos que firman muy lindos en París y con un papel muy bonito, una dinámica mucho más agresiva va a hacer que ellos se controlen mucho más. Si estuviéramos en un periodo de energía, de baja oferta de hidrocarburos e hidroenergéticos, sí compraría la hipótesis que me dice, pero estamos en todo lo contrario, estamos en un mercado de sobreoferta donde el que diga “yo hago algo” provoca que todos digan “ahh, entonces como usted lo hace, yo lo hago” y eso entre todos se dañan.

Por último, ¿cree que va a haber mucha presión de los colectivos ambientales, de los ciudadanos en este nuevo gobierno alrededor de ese tema?

Seguramente que sí, porque como le mencioné al principio, la gente se está guiando mucho por los titulares y de alguna forma a los movimientos ambientalistas esos titulares de Trump les dan argumentos para hacerse activos, entonces vas a ver mucha protesta. Yo insisto: por qué ahora están criticando a Trump por sus anuncios y no criticaron a Obama en la misma dimensión cuando llenó el país de fracking, que supuestamente es tan malo. Entonces, creo que es más fácil para un grupo que esté, con razones o no, protestando por esa causa cuando tienen a alguien con un cinismo molesto como Trump, que dice lo que quiere hacer. Yo hasta lo prefiero, porque uno sabe con quién está tratando y no como con Alemania, Rusia o China, que firman los pactos pero por detrás hacen otras cosas.