LA Network entrevistó al secretario de Movilidad de la capital ecuatoriana, Alfredo León Banderas, quien hace un repaso por los temas gruesos de gestión en movilidad sostenible de la administración de Mauricio Rodas, quien entrega el próximo martes su cargo.
El gobierno de Mauricio Rodas en la ciudad de Quito (Ecuador) llega al final de su mandato. El próximo martes 14 de mayo el nuevo alcalde, Jorge Yunda, se posesionará y ello hace de este momento un periodo de balances.
Alfredo León Banderas, secretario de Movilidad del Quito, dialogó con LA Network sobre varios temas de su cartera, pero quizás el más importante, la terminación de obras del Metro de Quito, una de las obras de infraestructura más importantes que se ha hecho en ese país y que hoy está en el 82 % de avance.
Aunque Banderas estuvo poco tiempo en el cargo (desde mayo de 2018), es un hombre con más de 30 años de experiencia profesional en el campo de la Ingeniería Civil. Su enfoque ha estado dirigido a la ingeniería urbana, sobre todo en el área de desarrollo. Además, ha participado en varios proyectos urbanos en etapas de diagnóstico estratégico, como el propio Metro de Quito (en su etapa inicial de viabilidad).
Esta megaobra comenzó bajo el gobierno del exalcalde Augusto Barrera, tuvo continuidad y su mayor desarrollo en el gobierno de Rodas y deberá ser entregado e inaugurado por el nuevo alcalde Yunda. Pero lo que vale la pena destacar es cómo su fase constructiva, en un periodo de tres años, es un buen ejemplo de la eficiencia de una obra pública en Latinoamérica.
¿Cuéntenos cómo se ha cumplido todo el proceso de construcción del Metro de Quito?
El Metro es un proyecto muy importante para la ciudad. Afortunadamente desde su planificación y el inicio de construcción se ha cumplido con absoluto éxito, prácticamente se ha construido en un presupuesto y en el plazo programado, con ciertos ajustes, pero estamos ya en la fase final. La obra está prácticamente terminada, se están recibiendo algunos de los 18 trenes adquiridos, y se han iniciado ya las pruebas en blanco (que se denominan), es decir, sin carga todavía, pruebas de electromecánica, pruebas de carga eléctrica, y todavía hay bastantes temas por cumplirse y ciertas obras de estaciones también por terminarse.
¿Cuándo debe estar terminado?
Esperamos que la obra y la instalación concluya a finales de este año, lo cual ya nos pone un reto que es la operación y el servicio. Para ellas se están gestionando temas como la definición del modelo de contratación para el operador, la estructura tarifaria, la reestructuración de rutas de los buses convencionales y de todos los demás de la red de transporte público y otros componentes fundamentales que incluyen varios temas ligados con el control del medio ambiente, con las políticas de electromovilidad, con otras políticas articuladas para educación a la gente para crear realmente una cultura metro en la ciudad. Sobre todo esto estamos muy optimistas, hemos visto ejemplos de otras ciudades como Medellín y otros, donde es importante que un subsistema de transporte se sume a un sistema de servicio de calidad; tenemos grandes retos, pero repito, estamos muy optimistas por cumplirlos.
¿Ya está planeada toda la intermodalidad alrededor del Metro: buses, bicicletas, taxis…?
Se ha concluido ya con una regularización de taxis informales que había en Quito, que era realmente una problemática, ahora estamos trabajando también en la ubicación de plataformas y otros temas que serán importantes para la integración, sobre todo para conseguir que el sistema funcione sin dejar a un lado a todos los componentes: bicicleta, calidad del espacio público de peatones en estaciones y seguridad en todo sentido. El Metro obviamente tiene vagones para llevar bicicletas también, es decir, se diseñó y se adquirió un equipamiento para el Metro totalmente inclusivo, con equidad de género, con seguridad, evitando puntos oscuros, y se garantizará realmente un Metro con todas las características a nivel mundial, como debe ser.
Este Metro llegará al sur de la ciudad donde está la gente más vulnerable, siendo así un factor de equidad. ¿Qué podría decirnos al respecto?
Quito es una ciudad alargada, quien nos visite lo podrá ver, le decimos que es una ‘ciudad salchicha’ por eso y en el sentido norte-sur, tenemos a los dos extremos, una gran concentración de población creciente que ha dinamizado mucho su economía, pero efectivamente, hay una gran población de estrato económico bajo a quien aquí tenemos que dar nuestra atención de transporte. La reestructuración de rutas ha cambiado y adoptamos la política de inclusión y sobre todo de asignación de cuencas, de lo que llamamos sectores, para que ya no se califiquen o brinden permisos de operación solamente por rutas, sino por la responsabilidad de dar servicio al sector…La modalidad de pago va a ser cambiada por recorrido o por temas de vehículos o por número de pasajeros, e inclusive por ciertos incentivos económicos cuando se atiende a sectores de la ciudad en donde, aunque no haya una gran demanda, se requiere del servicio; es decir, queremos que el servicio sea mucho más responsable en cuanto en alcanzar a brindar a quienes más lo necesitan, que hoy por hoy están pagando dos, tres y cuatro veces una tarifa de bus para poder llegar a su lugar de trabajo o al final del día a su lugar de vivienda. Hubo una informalidad que utilizó los taxis rutas, las camionetas o los microbuses informales que le cobran a uno y dos dólares adicionales, convirtiéndose lamentablemente el costo de transporte, en un tercio del ingreso de la familia en el Distrito Metropolitano.
¿Cómo se atraerán los usuarios de los extremos de la ciudad?
Si bien los extremos de Labrador en el norte y de Quitumbe en el sur, todavía no llegan y podrán ser extendidos como toda planificación, hemos tenido mucho cuidado en la planificación de cómo atraer a todo el servicio que viene de los buses de estos sectores y se incluyen en el Metro en un sistema integrado que va a funcionar a medida que el Metro empiece a operar, es decir, estamos en un reto de modernizar el sistema de transporte en Quito, que desde hace algunos tiempos Quito venía liderando en Latinoamérica en algunos temas. Recordemos que tenemos los buses eléctricos, los trolebuses, desde hace 25 años, y sin embargo, en los últimos años posiblemente perdimos ese liderazgo y hay que recuperarlo.
Trolebuses que nacieron como alternativa para no construir Metro…
En su momento esa fue la visión, sin embargo, el Metro está, yo creo que se debe pasar la página y no discutir si es bueno o no que esté, tenemos una responsabilidad, tenemos una deuda que cubrir y sobre todo lo que queremos es que el Metro, como un subsistema más, nos traiga un gran empuje para conseguir hacer de Quito una ciudad que retome ese liderazgo en la movilidad del ciudadano.
También este Metro hay que destacarlo como un ejemplo latinoamericano en la eficiencia en tiempos de construcción.
Sí, debemos mencionar la importante participación que ha habido desde una planificación del Municipio de Quito, obviamente liderada por un alcalde comprometido con el tema del proyecto, el aporte de los bancos multilaterales que financian el proyecto y con quienes llevamos una agenda de seguimiento bastante cuidadosa, programada, exigente…este proceso debería ser ejemplo no solamente para el Ecuador, sino también para la región, en cómo sí podemos en Latinoamérica llevar adelante un proceso de cambio hacia la modernidad y eficiencia del transporte y de la movilidad.
¿Qué ha pasado con los Quito Cables?
Quito Cables es un proyecto que Quito necesita, los ejemplos de ciudades que los tienen como La Paz, Bogotá, Medellín y otras, es una necesidad por la geografía de la ciudad. Tenemos ya cinco rutas que no son de larga distancia, diseñadas y listas. Ahí hubo una problemática de cómo se plantearon las negociaciones correspondientes y esto deberá ser corregido por la nueva administración, porque estamos en cambio de administración municipal ahora mismo, deberá tomar este reto
¿Pero se harán?
Como experto en movilidad debo decirle que Quito necesita tarde o temprano esta modalidad de transporte.
Está claro que se necesita, ¿pero se harán? ¿El nuevo alcalde ha señalado algo al respecto?
Creemos que debe hacerse y desde el punto de vista como profesionales en movilidad haremos todo lo posible para que todos estos sistemas de transporte, en donde no puedes llegar con cierta agilidad por las alturas, por la geografía de Quito que tiene población en las montañas, se puedan llegar con sistemas ya aprobados como los cables.
Un tercer tema: ¿cómo ha avanzado Bici Quito?
Quito tiene en este momento un sistema de Bici Quito potenciado en la ciudad, que tal vez en los últimos años no ha crecido en la forma que quisiéramos que creciera, se incluyeron ya también 600 bicicletas eléctricas pro la geografía de la ciudad, queremos que a ciertos lugares las personas no dejen de subir en bicicleta, pues ahí está la bicicleta eléctrica, además para que sea para todos, para toda edad, para toda condición…y se han diseñado y construido más kilómetros de la bicirrutas. En Quito, por sus calles estrechas, hemos tenido una problemática de diseño de la calidad de las rutas para hacerlas más seguras, algunas rutas compartidas han generado alguna problemática o posible inseguridad para la bicicleta; hay que educar el ciudadano, hay que educar al conductor, hay que educar al peatón, todavía tenemos que hacer muchos esfuerzos en Quito y en otras ciudades, porque muchas de las siniestralidades se dan, no porque no exista la ruta, más bien por el mal uso o simplemente la falta de educación en cuento a la responsabilidad de coexistir en el mismo espacio y respeto de compartir.
¿Cuántos kilómetros de bicirrutas tienen ahora?
Tenemos 115 kilómetros en este momento, tenemos 150 kilómetros más que se están inaugurando en la parte sur, sumando así alrededor de 270 kilómetros, 600 bicicletas eléctricas y 1300 que son normales; algunas de ellas ya se encuentran en estado de uso de vejez que deben ser repotenciadas. Detuvimos un proceso de mejoramiento porque creemos que el modelo de gestión se debe hacer transferido hacia un concesionario privado que nos ha propuesto mejores opciones y hay que también analizar todas estas tendencias que también le estamos dejando a la nueva autoridad que entra el Distrito Metropolitano a que lo analice y lo decida.
Por último, háblenos del trabajo que se ha hecho en Quito para que sea una ciudad caminable.
Quito tiene mucho espacio público, lamentablemente no todo se encuentra en la calidad y en el uso, obviamente la calidad sobre todo por seguridad, por presentación, por accesibilidad como nos gustaría. Hemos mejorado muchísimo, Quito realmente ofrece al ciudadano mucho espacio público, posibilidades de caminar y de utilizar una bicicleta, pero queremos mejorar, el espacio público de Quito todavía debe mejorar en cuanto a ofrecerle al ciudadano un espacio más amigable, a la familia a que lo utilice, a que se apropie; pero también invertir en cultura porque mucha inversión que hace la ciudad es destruida por el mismo ciudadano quiteño, lo golpean, lo mal utilizan, se roban las instalaciones, y eso no puede ser.
¿Y los resultados del Centro Histórico y su peatonalización han sido buenos?
Hemos tenido un proyecto exitosísimo. El Centro Histórico es un espacio que quizás lo pueda usted visitar, es un espacio muy amigable que obviamente tiene infraestructura antigua, tiene un mantenimiento y una recuperación exitosísima de todas las viviendas, de todos los edificios, pero si no lo convertimos en un espacio amigable para que la gente lo disfrute ¿de qué te sirve tener toda esta maravilla? Hemos conseguido eliminar algunas calles que estaban siendo utilizadas para vehículos y brindarlas al peatón, al turista, a la bicicleta, a los medios pequeños de transporte que no son motorizados y ahí está el éxito, cada día tenemos más visitantes.
¿Y el control del espacio público?
Ahora tenemos temas de control de seguridad, control del espacio público; tenemos mucha informalidad en cuanto a ventas, una serie de temas que hay que mencionarlos, pero que hay que controlarlos, esto nos ha generado un Centro Histórico realmente recuperado, como Quito lo viene haciendo desde hace muchos años, pero con muchos más metros cuadrados para visitarlo en paz y caminando. Esto ha incentivado mucho al turismo, al comercio alrededor, el mismo quiteño lo visita con mucho más agrado, ha generado un ejemplo para que otros espacios de la ciudad también quieran conseguir la misma categoría en cuanto al uso del espacio, hasta compartir espacios de vías que sí son utilizados por vehículos en horario nocturno, a entender que se puede compartir una restricción de accesos, si soy residente, a entender que sí puedo tener una logística para mi negocio a pesar de que no puedo entrar en ciertos horarios, es decir, a ponernos en un nivel de entender que la ciudad es nuestra, pero entender también que hay unas responsabilidades, hay que compartir las ideas y el uso de las mismas.
