El 17 de agosto se conmemora esta fecha que recuerda la fragilidad de los seres humanos en la interacción con los otros actores viales. Conductores no ceden el paso, indica investigación realizada en Argentina.
El 88 % de los conductores de vehículos en la ciudad de Buenos Aires niegan el paso a los peatones en las ocasiones en que tienen la posibilidad de decidir. Así lo estableció una investigación realizada por el colectivo Luchemos por la Vida en la capital argentina y que analizó una muestra superior a las 1 500 interacciones entre automotores y personas; un resultado que refleja la peligrosa exposición de los viandantes en la región a los incidentes viales, cuando este lunes 17 de agosto se conmemora el Día Mundial del Peatón.
Esta fecha fue establecida por la Organización Mundial de la Salud buscando promover los derechos de los peatones, la cultura vial y la manera adecuada de interacción entre los distintos actores de la movilidad.
La jornada se inspiró en la muerte de la británica Bridget Driscoll hace 123 años cuando fue atropellada por un vehículo que se calcula, no circulaba a más de 10 kilómetros por hora, pero que representa la fragilidad de los seres humanos frente a las máquinas.
La asociación civil Luchemos por la Vida, que cumplió hace poco 30 años de actividades promoviendo la seguridad vial, analizó 1 536 situaciones vehículo-peatón (ver tabla de resultados) en las que se evidenció la mentalidad carrocentrista en la que se privilegia la circulación de los automotores sobre los caminantes.
Así, en el estudio, cuando los vehículos circulaban en línea recta, la proporción de conductores que negaron el paso a los peatones alcanzaron un 95 %. Cuando los vehículos buscaban girar en esquina, solo el 16 % cedieron el paso a los peatones.
“En Argentina, el 22 % de los muertos en el tránsito son peatones, porcentaje que se incrementa en las ciudades, como en Buenos Aires, donde superan el 33 % de las víctimas mortales. Por esta razón Luchemos por la Vida ha decidido investigar acerca de las causas de este flagelo, observando sistemáticamente el comportamiento de este grupo y su relación con el tránsito vehicular”, señaló la organización.
Para este colectivo, este panorama que privilegia al vehículo sobre los ciudadanos es un rasgo del bajo nivel de cultura vial en la región, mientras en los países desarrollados el respeto por el peatón es realmente una prioridad.
Justamente, los colectivos ciudadanos son quienes han asumido el liderazgo frente a la defensa de la vida de los peatones.
“Desde 2015 nace Fundapeatón, con una convicción inquebrantable para trabajar desde una perspectiva empática y social con los demás actores viales para promover acciones por ciudades caminables, accesibles, seguras y confortables, desde todos los escenarios posibles. Y actualmente seguimos reescribiendo la historia a favor de una movilidad para vida, desde nuestra premisa de acciones caminables”, señaló Martha Giraldo, activista colombiana fundadora de esta organización de carácter civil.
Una visión latinoamericana
En Latinoamérica el cambio de mentalidad para transformar ese pensamiento carrocentrista se viene impulsando gracias a la transformación de la pirámide de la movilidad que pasó de tener al vehículo privado como el rey, a ubicar al peatón y los ciclistas (movilidad activa) como el nivel más importante.
Además, en el mundo distintas organizaciones ciudadanas, no gubernamentales y autoridades, promueven y establecen cartas de derechos peatonales para comprometer a las sociedades en la defensa de los derechos -y deberes- de los peatones.
Sin embargo, hay mucho trabajo por hacer para proteger al peatón, en una región donde de calculan cerca de 145 000 víctimas por incidentes viales (ya no se definen como accidentes ya que estos no pueden evitarse, pero los incidentes sí) y se registran aproximadamente cinco millones de lesionados, además de impactar el Producto Interno Bruto (PIB) hasta en un 3 % en cada país.
En Ciudad de México, tan solo el año anterior durante la promulgación de la Carta de los Derechos Peatonales se informó que, en la capital mexicana, se registraba un promedio de 283 víctimas de atropellamiento (enero 2016 – febrero de 2019) y con concentración en el territorio de las alcaldías de Cuauhtémoc, Gustavo Madero e Iztapalapa.
Al sur del continente la situación no es muy distinta. Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito de Chile, en su territorio, “durante 2019 participaron más de 10 000 peatones en siniestros de tránsito, de los que fallecieron 533 y quedaron alrededor de 7 000 con lesiones. De hecho, en Chile el 33 % de los fallecidos en accidentes de tránsito son peatones”.
Justamente y con base en la información recolectada por Carabineros Chile, el Observatorio de Seguridad Vial de la Comisión, registró para el año anterior 89 983 siniestros con 1 617 víctimas mortales (en las 24 primeras horas del incidente): un aumento del 7.3 % respecto a 2018.
En Bogotá, la capital colombiana con más de ocho millones de habitantes la Policía de Tránsito de la ciudad, reportó la muerte de 56 peatones y un total de 951 lesionados durante el primer semestre de este año, sin olvidar por supuesto que este indicador esta mediado por el contexto de la pandemia por COVID-19 que obligó a rigurosas medidas de aislamiento con un menor flujo de peatones y vehículos en las calles.
El reporte de esta división de la Policía de Colombia indicó que dentro de la causalidad de los incidentes, es necesario considerar la imprudencia: al consultar a peatones que han infringido las normas como cruzar por las franjas peatonales y los puentes, las respuestas fueron que les daba pereza usar los puentes, que tenían afán o que no cruzar por las esquinas les ahorraba tiempo.