El árbol urbano y su relación con la crisis climática

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Miguelángel Sierra Castellanos
2 septiembre, 2020 - Hábitat y Desarrollo Urbano

Es complejo de comprender, que parte de las actividades antrópicas resulten invisibles y se conviertan en fatales para los árboles urbanos ante la actual crisis climática.

En principio es común hablar sobre biodiversidad y de ciudades resilientes, pero esos términos están lejos de ser comprendidos por el común de las personas que a diario leen estos escritos; es más, no les genera ningún tipo de sensibilidad ambiental y mucho menos les hace comprometerse en acciones que realmente aporten a la disminución de la crisis climática que estamos sintiendo de manera constante y, que ya se hace dramática.

Es muy común ver como las autoridades ambientales en especial desde el ministerio de medio ambiente, prometen  y prometen desde sus  escritorios acciones que jamás se vuelven realidad, “Una cosa es lo que se dice y otra la que se hace” mientras tanto la taza de deforestación de los bosques, la fumigación con insumos tóxicos, intentando detener el “Narcotráfico” de manera infructuosa, mientras se inundan los ríos con venenos que recorren cientos de kilómetros contaminados con ellos, causando la muerte de la fauna y la flora; además de intoxicar las poblaciones a su paso.

Es complejo exponer tantos detalles ante la incertidumbre que hoy nos involucra, por un lado siempre hemos querido poder resolver los conflictos ambientales y por el otro tenemos, la inconsciencia y el hambre de riqueza de quienes aniquilan los recursos naturales, sin que les importe el mediático futuro que nos depara.

 LA IMPORTANCIA DEL ÁRBOL URBANO 

La capacidad de supervivencia de un árbol urbano es extraordinaria pero no ilimitada. En la mayoría de casos el árbol sobrevive a gran cantidad de intervenciones humanas, pero una mala acción en un momento inoportuno puede eliminarlo; y aún más, si se trata de  una especie poco tolerante. Cada árbol tiene su propio programa de desarrollo, en su genotipo viene escrito cómo va a ser su forma y aunque puede ser compleja, siempre podrá responder a un modelo concreto aunque el ambiente urbano modele en cierta medida este proceso.

Sabemos que la Botánica nos habla sobre el modelo de crecimiento que tiene un árbol y, sobre su taxonomía, también acerca de su edad ontogénica, cronológica y fisiológica; pero muy a nuestro pesar, esto no es suficiente para la supervivencia del árbol urbano, falta algo que realmente nos permita tomar la mejor decisión para cada caso.

Es por ello que es importante sugerirle a los alcaldes de todos los municipios, que hacer para elevar una ciudad corriente a una ciudad sostenible, enfocada hacia los bosques periurbanos, urbanos y los espacios verdes; en este caso mi primera recomendación es conocer todo acerca de los árboles urbanos, hay que darle el reconocimiento que ellos merecen, después de ello se les debe cuantificar y darles un valor económico con carácter patrimonial. Por otro lado se debe realizar un diagnóstico técnico, conocer cuáles y cuantos se encuentran enfermos o con debilidades estructurales. Además es importante conocer las condiciones de toxicidad en las que se encuentra el suelo del árbol urbano “urbasol”,  porqué es allí donde se puede identificar y verificar las verdaderas condiciones a las que esta enfrentado el árbol urbano. Pero el diagnóstico no solo debe ser con el ojo humano, la ciencia hoy aporta técnicas y herramientas con las se puede tomar decisiones correctas sobre el árbol, sin dejar de lado la interpretación de un arborista calificado y con experiencia.

Cuando se hace poda o erradicación de un árbol urbano; esto no solo representa un costo ecológico, también se expresa en lo climático, ya que el sitio donde el árbol fue erradicado puede incrementar su temperatura hasta en  20 °C, y si  esto ocurre en el caribe Colombiano, podría ser mayor, debido a que allí se tiene un alto volumen lumínico. Un árbol proporciona una sombra natural de hasta 26 °C y cuando se tala, ese mismo sitio puede ofertar gracias a la luz directa del sol irradiada se incrementa como mínimo en el suelo, una temperatura de hasta 10 °C. Esto en realidad es un impacto para la crisis climática.