En Medellín, el saber de los profesionales y académicos, se une al conocimiento de las comunidades para configurar propuestas de una ciudad con más beneficios para ellas.
Tres comunas o sectores de las laderas altas de la ciudad de Medellín, en Colombia, que comparten igual número de temas comunes, son el escenario del proyecto Escuela de Barrios de Ladera 2018 que está fomentando la participación ciudadana a través de un diálogo entre la comunidad y un grupo multidisciplinario de académicos -más voluntarios-, en la búsqueda de la configuración de una mejor calidad de vida.
Con un grupo de profesionales en áreas como el urbanismo, la arquitectura, la sociología, politología y hasta la zootecnia -apoyados por la Corporación Con-Vivamos (organización civil que trabaja por la convivencia en la zona nororiental de Medellín); la Escuela se dio al trabajo de detectar las temáticas más relevantes que se están abordando en las comunidades por medio de las organizaciones barriales.
Así, definieron tres temas centrales en cada comuna: en la Comuna 8 Villa Hermosa (18 barrios) se habla actualmente de Mejoramiento Integral de Barrios. En la Comuna 1 Popular el tema clave es Gestión del Riesgo y en la Comuna 3 Manrique, lo primordial es la Reparación de las Víctimas del Conflicto y la Memoria Histórica.
Con esos temas, los gestores de la Escuela han integrado los módulos a abordar entre ellos y las comunidades.
“Lo que hacemos es conjugar esos saberes, nuestros saberes como profesionales, con los saberes de las comunidades, de manera que la Comuna 8 le puede enseñar a la Comuna 1 y a la 3, de qué se trata el mejoramiento integral y así sucesivamente con las otras comunas y los demás temas”, explica Juan Fernando Zapata, Politólogo y magíster en Procesos Urbanos y Ambientales, quien es el Coordinador del Programa de Defensa y Transformación del Territorio de Con-Vivamos.
Pero además de ese intercambio de conocimiento, de ese espacio de participación ciudadana y construcción colectiva, la Escuela quiere trascender los objetivos formativos para la comunidad, de cualificación de los integrantes de sus organizaciones en los temas definidos: de cada módulo se construye un documento propositivo con el que se buscará incidir -política y socialmente-, en la ciudad del futuro.
“Conjugamos estos tres elementos para construir una propuesta para cada uno. ¿Y cómo lo aterrizamos en algo concreto? Le haremos propuestas a un Macroproyecto urbano que vendrá para los próximos años que está formulado en el Plan de Ordenamiento Territorial que se llama Borde Urbano Rural Nororiental”, precisa el coordinador.
Historias comunes de una ciudad
Mejoramiento Integral de Barrios, Gestión del Riesgo y Reparación de las Víctimas del Conflicto y la Memoria Histórica; son temas e historias recurrentes de una ciudad que ha construido mucho de su crecimiento territorial en barrios no planificados, creados por la población desplazada por el conflicto armado colombiano. Incluso victimizados nuevamente en esos barrios por los ecos urbanos de la guerra.
En esa subnormalidad, han habitado territorios no aptos con riesgos de desastres naturales que ya han generado tragedias históricas en las laderas.
Ante ello, los gobiernos locales han respondido con proyectos de mejoramiento de barrios que en muchas ocasiones han vulnerado los derechos de los residentes con desplazamientos y sin escuchar sus opiniones; entre otras consecuencias negativas que hoy la Escuela, con sus propuestas, quiere conjurar.
“Son propuestas sociales y también para esos proyectos urbanos que se están proyectando para esos territorios en la misma lógica de lo que fue el Cinturón Verde y que pensamos fue nefasto. Lo que queremos es adelantarnos a esa discusión y de una manera proactiva, presentarle propuestas a la Alcaldía sobre cómo generar intervenciones menos dañinas para la comunidad y más beneficiosas para la ciudad”, recalcó Zapata.
Ya se han realizado los Módulos Uno y Dos (Mejoramiento Integral de Barrios y Gestión del Riesgo) y en los próximos días se realizará el tercero de ellos, sobre Reparación de las Víctimas del Conflicto y la Memoria Histórica.
Una vez concluidos, explicó Zapata, con las conclusiones de la Escuela de Barrios de Ladera se iniciará una fase de incidencia pública: “los llevaremos a foros académicos, a los medios y también como propuesta escrita a diferentes entidades públicas”, indicó Zapata sobre este proceso que construye conocimiento colectivo.
