Espacio público en la Ciudad de México: ¿extinguiéndose por la segregación espacial?

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LA Network
19 noviembre, 2019 - Hábitat y Desarrollo Urbano

Procesos inmobiliarios segregadores, gentrificación y reducción de la participación ciudadana, son puestos sobre la mesa por la académica Karime Suri Salvatierra en su ensayo ‘La calle, la plaza, el barrio: recuperar espacios para mirarnos y reconocernos’.

el espacio público en Ciudad de México –entendido como el espacio para intercambio de las ideas y el encuentro ciudadano, donde se forja lo común a todos-, se está debilitando debido a la profunda segregación. Foto: Aleksandar Todorovic – Shutterstock

Los mapas que muestran las diferencias socioeconómicas de la Ciudad de México evidencian claramente el contraste entre centro y periferia: una ciudad separada entre sus ciudadanos, que concentra en el centro occidente a las élites y que distribuye en las amplia márgenes al ‘proletariado periférico’.

Esa es la capital mexicana que denuncia la licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública y doctora en Antropología Karime Suri Salvatierra en su ensayo ‘La calle, la plaza, el barrio: recuperar espacios para mirarnos y reconocernos’, que ganara el tercer puesto en el Concurso de Ensayo 2017 que realiza el Instituto Electoral de Ciudad de México y que hoy aborda LA Network como balcón para asomarse a los procesos urbanos de esta megaciudad.

Para Salvatierra, la profunda separación entre clases sociales y económicas de la Ciudad de México ha deteriorado el espacio público como el lugar de encuentro de los ciudadanos, ya que cada vez son más los procesos inmobiliarios por los que, según ella, las políticas neoliberales han modificado las dinámicas urbanas haciendo cada vez más marcadas las desigualdades.

“Construir en la ciudad es un negocio muy rentable, pero el tipo de construcción más rentable está destinado a los estratos socioeconómicos altos. Entonces se construyen condominios exclusivos para la gente rica, y simultáneamente se reduce la inversión en viviendas asequibles a la población pobre”, indica la licenciada.

Citó como ejemplos de ese proceso los sectores de San Lorenzo Atemoaya (Xochimilco) y Torres de Padierna (Tlalpan) como representativos de esa ciudad carente de servicios, con alta informalidad laboral en sus habitantes, casas pequeñas de un solo cuarto, por oposición a los sectores dotados con toda la oferta de bienes y servicios como Lomas de Chapultepec (Miguel Hidalgo) y Altavista (Álvaro Obregón).

Espacio público en la Ciudad de México: ¿extinguiéndose por la segregación espacial?
Karime Suri Salvatierra, doctora en Antropología. Foto: La Región Tula.

Para Salvatierra, este tipo de procesos, en los que grandes capitales invierten en sectores determinados estaría detonando una gentrificación en el sentido más amplio del término, generando el abandono de los tradicionales espacios públicos “y se privilegien espacios privados que revisten de significaciones de lo público, por ejemplo, los centros comerciales”, lamenta la politóloga y antropóloga.

En este sentido, afirmó Salvatierra, es que el espacio público en Ciudad de México –entendido como el espacio para intercambio de las ideas y el encuentro ciudadano, donde se forja lo común a todos-, se está debilitando debido a la profunda segregación “espacio-residencial” que ha roto el diálogo sobre “sus calles, avenidas, parques y jardines de su barrio o su colonia; en síntesis propicia un desencuentro y un individualismo que tiene como consecuencia el retraimiento hacia lo privado, la etiquetación negativa de lo diferente y la ruptura de  estructuras de socialización”.

Indicó que la pérdida de espacio público, de continuar en esta dinámica, debilitará no solo la dimensión física de la ciudad sino también la ciudadanía y las expresiones de esta como la participación: el encuentro entre lo público y lo político.

De allí que una de las reivindicaciones que hace como parte de las posibilidades de recuperación del espacio público es la del fomento de los llamados comités ciudadanos, figura semejante a la de las juntas de acción comunal en Colombia, instituciones ciudadanas que articulan a las comunidades con los gobiernos locales, representando las necesidades de sus habitantes, pero también poniendo en práctica la participación ciudadana.

“Por lo anterior, y a pesar de las discusiones que se han tenido en el pasado proceso constituyente en la Ciudad de México sobre la figura de los comités ciudadanos, se piensa que es necesario anclar sus acciones y actividades en el territorio, no sólo para relevar la cartografía del ejercicio ciudadano en la ciudad, sino para que adquieran visibilidad y legitimidad en su accionar”, señaló Salvatierra quien precisó que son 1.764 comités los existentes en la capital mexicana a los que agrega los 48 consejos de los pueblos.

Señaló en su ensayo que, si bien no está en estas instituciones comunales toda la solución al deterioro del espacio público, sí son agentes con posibilidades de recuperación de la diversidad de voces que identifica a los urbano, lo colectivo, que podría, en cualquier caso, leerse como una resistencia ante una posible extinción que pretende el neoliberalismo.