Ante la creciente popularización de estas nuevas tecnologías, se propone implementar estaciones de carga rápida como una infraestructura que garantice el suministro de energía eléctrica como lo hacen las estaciones de servicio que surten de combustible a los carros tradicionales.
Detrás de esta propuesta se encuentra Héctor Augusto Ortega Carrascal, magíster en Ingeniería Eléctrica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su investigación se encargó de evaluar el desempeño tecnológico de estas estaciones en dos escenarios: uno, en el que es alimentada por la red eléctrica, y otro, cuando es soportada por generación renovable con sistemas de almacenamiento.
“Aunque el modelo de movilidad eléctrica puede ser viable para transporte tanto masivo como individual, requiere de una infraestructura que garantice el suministro de energía eléctrica de la misma manera que para los vehículos de combustión interna”, manifiesta el investigador.
Esta necesidad se hará cada vez más evidente con el ingreso de más carros eléctricos a las vías, con baterías cada vez más potentes y con mayor capacidad que van a necesitar de cargadores más eficientes y que pondrán en la red energética convencional una presión ante esta nueva demanda.
“Como estos recargadores de energía rápidos están diseñados para que se instalen en estaciones públicas, son más eficientes para una red eléctrica que los individuales en cada casa, los cuales, si se suman, requerirían de una potencia mucho más grande que la del cargador que haría las veces de una gasolinera”, detalla el magíster.
La simulación de los escenarios en estado de falla y de funcionamiento normal se llevó a cabo a través del software Neplan, una herramienta informática para analizar, planear, optimizar y simular redes eléctricas, con cuya licencia cuenta la UNAL.
Esto permitió llegar a conclusiones como que contar con un sistema de generación renovable asociado con el sistema de la estación de recarga rápida sería esencial para aplanar la curva de demanda y mitigar los efectos adversos sobre las redes de distribución eléctrica a los que pueda conectarse.
Por otra parte, el análisis del flujo de potencia del sistema comprobó que la estación de recarga rápida para vehículos eléctricos es funcional en los escenarios estudiados, en particular el primero, en el que la red de distribución y el sistema de generación renovable comparten la carga de la estación.
Además, se evidenció que la estación modelada es capaz de funcionar aislada del sistema de distribución, alimentada solo por generación renovable.
En su estudio, el investigador Ortega también revisó la reglamentación vigente en el país estableciendo sus alcances, y comparó las normas internacionales con las nacionales.
“A partir de la revisión del marco regulatorio en Colombia concluimos que es necesario que se actualicen las normas para permitir que entre una tecnología adecuada al país. Aunque dentro de normas como la NFPA70 –sobre la que se fundamenta el Código Eléctrico Colombiano– sí se nombran los cargadores eléctricos, la información no está actualizada a la nueva tecnología disponible”, manifiesta el investigador.