En Medellín perdimos 24 personas por el homicidio durante los últimos 15 días del mes de agosto, personas que nos harán falta en los barrios La Francia, La Floresta, La Colina Blanquizal, Lorena, Área de expansión de San Antonio de Prado, Campo Valdés, San Joaquín, Loreto, Pedregal, La Gloria, La Pradera, Los Alcázares, Bermejal – Los Álamos, Jesús Nazareno, Boston, Manrique Oriental, Estación Villa, Villatina y Colón. Cinco mujeres y diecinueve hombres; la mayoría entre 18 y 25 años, y algunos mayores de 30.
Seguimos convencidos del poder del gesto para cerrar ciclos de violencia, acompañando familias -sin superioridad moral- desde la piedad y la solidaridad, abrazando, cometiendo arte y aliviando.
Con AgroArte hemos presenciado lo importante que se vuelve la siembra para recordar la muerte a través de la vida. La constancia en volver a conectar una familia que queda marginada por el homicidio, con una llamada, un saludo, una palabra, una entrega, un apoyo.
En la red latinoamericana Instinto de Vida, nosotros hemos encontrado con mucha fuerza que solo hay tiempo para la solidaridad, que no podemos desperdiciar la más mínima energía que tenemos en algo distinto a ella. El primer paso fluido es romper la indiferencia con una consigna amorosa: cada persona asesinada es un ser amado.
Van transcurridos 243 días del 2018, 420 homicidios en total y 44 días que se convierten en sagrados, porque la violencia homicida no nos arrebató a ningún ciudadano. El resto de días angustiantes, donde el miedo paraliza, seguimos aprendiendo que nuestra gran estrategia será estar juntos.
