El consenso de la bici como el modo de transporte urbano ideal en tiempos de coronavirus y de cambio climático, pone de relieve propuestas tecnológicas en el mundo que resultan útiles para inspirar a Latinoamérica.
La propuesta de que la ciudad de Medellín en Colombia sea equipada con 50 000 bicicletas eléctricas en los próximos tres años y medio, como un modo de respuesta frente a sus habituales crisis de calidad del aire (dos por año); hecha en los primeros días de marzo, se conectó claro, con la reducción de capacidad de los transportes públicos por causa de la propagación del coronavirus y la necesidad de distanciamiento físico.
La idea, que sigue estructurándose en esta ciudad por parte del gigante local del sector eléctrico EPM (que financiaría las bicis a los ciudadanos), es una más de las que en todo el mundo se mueven para estimular el uso de la bici como el modo ideal de transporte, por sus atributos de cero emisiones, por su agilidad y para mantener niveles óptimos de separación entre usuarios.
Justamente, si de bicicletas eléctricas se habla, cada vez son más los adelantos para terminar con esas ‘baterías rodantes’, pesadas bicicletas con enormes unidades que suman peso y restan agilidad.
Por ello en Taiwán, la startup (empresa emergente) local de transporte inteligente, Gogoro, presentó una e-bike asistida ultraligera que reduce ostensiblemente el peso de cada unidad a tan solo 12 kilogramos aproximadamente, ello gracias al desarrollo de una solución que integra todos los componentes esenciales en el cubo o manzana de la rueda trasera: motor, batería y sensores.
Sus modelos Eeyo 1s y Eeyo 1 fueron diseñadas, según sus fabricantes, con la idea de ser más ágiles que funcionales y por ello fueron dotadas en su cubo integral, con la tecnología Eeyo Smartwheel, una transmisión que responde con asistencia al usuario según la fuerza de su pedaleo y que es ideal para moverse sin cargas por las ciudades, incluso para ser trasladada por su usuario donde no haya vías, ello gracias a su poco peso (fibra de carbono). Adicionalmente, está diseñada para tener un muy reducido mantenimiento, según sus creadores.
Ciclovías priorizadas como respuesta a la pandemia
Pero si de planificación del transporte en las ciudades se trata y en tiempos en que muchas ciudades implementaron las llamadas ciclovías temporales (en varias de ellas se están volviendo permanentes), los británicos están proponiendo desde la ciudad de Leeds, el proyecto Herramientas de Priorización de Cicloinfraestructura o Cycling Infrastructure Prioritisation Toolkit (CyIPT).
El gobierno británico desarrolló una guía oficial de emergencia ante la pandemia que incluye importantes recomendaciones para impulsar la movilidad activa (caminata y bici) por lo que la alianza entre el Departamento de Transporte y la organización de promoción de la caminata Sustrans, acudieron al Instituto de Estudios de Transporte de la Universidad de Leeds para aportar soluciones con este fin.
Y ese aporte resulta de gran impacto para los gobiernos locales que quieran desarrollar planes nuevos o de expansión de cicloinfraestructura ya que el CyITP se construye además colaborativamente y tiene la capacidad de determinar cuáles vías de la ciudad pueden ser susceptibles de ser transformadas en ciclorrutas. La herramienta analiza la demanda que tiene la vía, así como las dimensiones para definir si hay espacio para las bicicletas y así genera un mapa con el que los tomadores de decisiones tienen más claridad sobre dónde intervenir.
Pero incluso, el CyITP va más allá, al procesar toda la información y aportar en el diseño de una posible red para cicloinfraestructura, sugiriendo qué vías para vehículos pueden ser destinadas con mayor impacto a las bicis.
Ahora, las ideas bici no solo van en el sentido de movilizar personas sino también de carga, uno de los grandes retos de las ciudades en todo el mundo que buscan eliminar el impacto ambiental del reparto de mercancías, en especial en la llamada última milla.
En Miami, los operadores logísticos DHL Express y Reef Technology (gigante local de los estacionamientos) se han aliado con la ciudad para el proyecto piloto que, con triciclos eléctricos, quiere aportar en la calidad del aire y la reducción de la huella ecológica de sus operaciones.
Los cuatro triciclos eléctricos de pedaleo asistido que integran esta prueba piloto tienen la capacidad de carga de unos 180 kilos o cerca de 2 metros cúbicos de volumen y representan cada uno, la salida de una camioneta de las vías, con su consecuente reducción de emisiones (factor que aumenta los riesgos para pacientes COVID) y aporte en la reducción de las congestiones. Con este proyecto, DHL tiene como meta implementar soluciones de recogida y entrega limpias para el 70 % de sus operaciones hacia el año 2025.