«No podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que usamos cuando los creamos»
Albert Einstein
En el camino por encontrar fórmulas para enfrentar el desarrollo en América Latina y el Caribe, la creatividad y la innovación han sido elementos clave para alcanzar los avances que describen la realidad de la región, muy a pesar de los escollos económicos y políticos que ha enfrentado en las ultimas décadas. Mas allá de estas trabas, crear una cultura de creatividad e innovación en todos los sectores, actores y escenarios, requiere de estrategias y metodologías en donde los innumerables problemas públicos que aquejan a la sociedad latinoamericana sean abordados y enfrentados con criterios en donde este plasmada la creatividad e innovación.
En el contexto público, los resultados de la aplicación de métodos extraídos de experiencias en otros continentes o regiones alejadas de las realidades que dibujan nuestra región no han sido satisfactorios y por ende han creado dudas, desconfianza y apatía dentro de una sociedad que exige más transparencia y resultados palpables que generen un impacto positivo. A su vez, en nuestras ciudades y comunidades, existen muchas personas creativas, con ideas transformadoras que no han sido escuchadas solo por el hecho de no formar parte de las estructuras de gobierno y la ausencia de una visión de trabajar en conjunto con quienes son los aquejados por los problemas públicos.
Frente a este contexto de desconfianza institucional y en procura de recuperar el aliento y la fuerza para solucionar y avanzar, innovar se convierte no solo en una necesidad sino en una enorme oportunidad para adoptar nuevas y novedosas formas de tomar decisiones y de gobernar. Para ello, generar entornos colaborativos, abiertos a todos los actores involucrados implica promover espacios de encuentro y trabajo en común en donde la creatividad y la innovación tengan la capacidad de transformar y generar cambios radicales en nuestras ciudades.
Para lograrlo, se requiere en primer lugar, fomentar la creatividad e innovación en las instituciones públicas como actor clave en este proceso de diseño e implementación de políticas públicas. Al respecto, Naiman (2019) destaca 11 claves para liderar y gestionar equipos creativos e innovadores como lo son: crear seguridad psicológica en tu equipo, adoptar la diversidad, cultivar una dinámica de equipo saludable, crear alineación, empoderar a tu equipo, liderar a través de la investigación socrática, invitar a una investigación creativa, desarrollar una mentalidad positiva, establecer criterios abiertos para abordar ideas, estar atentos al éxito y bienestar del personal y sobre todo, motivar en todo momento.
En segundo lugar, desarrollar metodologías y herramientas autóctonas y acopladas a las realidades de nuestras ciudades, se convierte en un inmenso reto para nuestras instituciones públicas. Este recorrido ascendente y transformador exige mentes abiertas a los cambios e ideas en donde las pequeñas victorias, logros significativos y grandes satisfacciones, deben ser inherentes en todo momento a estos procesos. Al mismo tiempo quienes cumplen la función de diseñadores de políticas públicas deben salir de su escritorio y encontrarse cara a cara con los diversos actores involucrados en las abundantes dificultades que enfrentan nuestros ciudadanos. Escuchar sus ideas y aportes, para considerarlos en las nuevas inventivas, debe ser propio de una metodología creativa e innovadoras para el diseño de políticas públicas.
En este sentido, la Red de Innovación Local y Candelaria et al (2019) han venido trabajando en metodologías para generar trabajo colaborativo, abierto, que incluya múltiples actores de la ciudad y abordar los problemas comunes de una manera integral, promoviendo el encuentro y trabajo común entre actores y personas de diferentes espacios. El propósito de este trabajo es transformar las estructuras preestablecidas y hacer la diferencia al momento de diseñar soluciones con impacto que forjen cambios fundamentales y generen confianza en los ciudadanos.
Si bien estas nuevas e ingeniosas metodologías no son una fórmula mágica para resolver problemas públicos, cada localidad y cada equipo son únicos e irrepetibles. En este sentido, existen múltiples experiencias de trabajo en equipo donde los resultados ofrecieron la oportunidad de trabajar de manera innovadora, eficiente y generar impactos positivos en la calidad de vida de las ciudades. En gran medida, este esfuerzo va a depender del compromiso y del oportuno trabajo de todos los actores involucrados, así como de las soluciones creativas e innovadoras que de allí se desprendan.
Por otra parte, esta transformación institucional y social requiere también de una visión en conjunto entre los gobiernos locales y la sociedad organizada, sin dejar a un lado cualquier otro actor clave involucrado. Debemos ser también conscientes que los cambios requieren de asumir responsabilidades y participar más allá de las diferencias políticas si queremos trasfigurar las realidades de nuestras ciudades. Crear empatía y considerar al ciudadano en el proceso de la política pública, debe ser parte inherente del mismo, pero a su vez, se debe crear un sentido de pertenencia de este esfuerzo conjunto, en donde el ciudadano también adquiera responsabilidades en la solución de sus problemáticas comunes.
Así pues, el proceso de crear políticas públicas creativas e innovadoras está en marcha, quizás desapercibido para millones de ciudadanos y funcionarios públicos que siguen aspirando soluciones ilusionistas basadas en métodos cotidianos, cuyos resultados no han logrado transformar las realidades de una región que exige cada día mas creatividad e innovación en cada uno de los procesos que conciernen a su devenir social. La apuesta por políticas públicas creativas e innovadoras está creciendo y es nuestro deber estimular el trabajo colaborativo y enriquecedor de ideas.