Inteligencia no tan artificial

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Bibiana María Guerra De Los Ríos
14 mayo, 2023 - Ciencia y Tecnología
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Por Bibiana Guerra de los Ríos

Considero que la tecnología es un medio y un gran reflejo de lo que es capaz de hacer el ser humano. No hay duda que la raza humana ha logrado grandes avances gracias al uso –debido e indebido- de las herramientas tecnológicas y digitales. Si bien la inteligencia artificial se viene escuchando hace unos años, lo que está en boga actualmente es el ChatGPT, con sus pros y contras naturalmente.

La carrera por desarrollar nuevos instrumentos tecnológicos no cesa. Los ingenieros no paran y, aunque se ha logrado mucho, en ocasiones no hay tiempo para masticar los nuevos avances cuando aparece algo más asombroso y útil. ChatGPT es “un tipo de inteligencia artificial generativa, es decir, que utiliza algoritmos y texto predictivo para crear contenido nuevo basado en instrucciones”. Somos tan creativos, que en Colombia se llevó a cabo la primera audiencia judicial a principio de año usando el metaverso (realidad virtual) y avatares (personajes ficticios que permiten tener una experiencia más inmersiva), y con el uso del ChatGPT se pudo verificar la autenticidad de los presentes. Exámenes y escritos realizados por este tipo de servicios, predicciones del fin del mundo, montajes famosos, cambios de voces y hasta procesos artificiales para crear bebés son algunos ejemplos de cómo se puede usar la inteligencia artificial en los distintos campos.

Sin embargo, no todo es color de rosa y, aunque estas herramientas agilizan y facilitan los procesos, así como también pueden incrementar la productividad en un 50 % y presentar nuevas oportunidades laborales, igualmente generan grandes retos. Quizá los más importantes sean la privacidad de las personas y la veracidad de la información, pues en este mundo virtual esta se divulga a gran velocidad y sin los filtros necesarios. Esto puede conllevar a procesos discriminatorios y contextos donde la línea entre ficción y realidad se desvanece. Adicionalmente, se puede poner en riesgo el empleo, reemplazando casi 300 millones de personas según la banca de inversión Goldman Sachs. En ese sentido, han aparecido algunos escépticos que piden un tiempo para analizar estos desarrollos que pueden, incluso, poner en riesgo la misma especie humana.

No es gratis que grandes personalidades del sector empresarial, industrial y tecnológico como Elon Musk y Steve Wozniak hayan firmado una petición, junto a otras mil personas, para pausar los entrenamientos de los sistemas inteligentes. Se busca que estos desarrollos sean transparentes y que garanticen la privacidad de los usuarios y la veracidad de la información. Los gobiernos deben, no prohibir sino propender por una regulación clara sin que ello perjudique o bloquee los procesos de innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías. El llamado es a adaptarnos, a conocer y hacer uso responsable de estos medios, nos facilitan la vida pero, a gran escala y sin la debida normativa, nos pueden poner en riesgo también. Balancear la libertad y la seguridad no es tarea fácil.

La inteligencia artificial resultó no ser tan artificial sino más real de lo que imagina.