La no adaptación al cambio climático saldrá al menos cinco veces más cara a las ciudades costeras

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LA Network
20 septiembre, 2017 - Ecología Urbana

Un estudio acerca de los daños a las ciudades costeras consideró únicamente las pérdidas inmobiliarias, pero los investigadores estiman que, de no hacerse nada, los costos pueden multiplicarse hasta diez veces si se considera la proliferación de enfermedades causadas por las inundaciones o por el calentamiento global.

Las ciudades costeras conviven con la expectativa de que el nivel del mar siga elevándose. Santos, Brasil

Las ciudades costeras conviven con la expectativa de que el nivel del mar siga elevándose durante los próximos años debido al cambio climático. En el caso de Santos, en Brasil, y que alberga el puerto más grande de América Latina, un estudio promovido por la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo (FAPESP) estimó que, en  2100, el nivel del mar puede aumentar en hasta 45 centímetros y no solamente cambiarán las resacas (corrientes marinas) con mayor frecuencia, sino también alcanzarán niveles máximos que superan en 20 centímetros los niveles observados actualmente.

El estudio consideró únicamente las pérdidas inmobiliarias, pero los investigadores estiman que, de no hacerse nada contra este aumento del nivel del mar, los costos pueden multiplicarse hasta diez veces si se contemplan la proliferación de enfermedades causadas por las inundaciones o por el calentamiento global.

Apoyado también por el Belmont Forum – iniciativa mundial que proyecta estrategias de adaptación en las ciudades costeras de Selsey (Gran Bretaña) y Broward (condado en Florida, EE.UU.) –  el estudio llamado Proyecto Metrópolis ha definido los costos mínimos para que la ciudad de Santos se adapte al cambio climático: aproximadamente 300 millones de reales (100 millones de dólares en obras de infraestructura urbana en la zona de Ponta da Praia de Santos y en la zona noroeste de la ciudad; mientras que el precio de no adaptarse a los cambios climáticos ascendería al menos a los 1.500 millones de reales (500 millones de dólares).

«Pero este costo de 1.500 millones puede estar subestimado, toda vez que el modelo considera únicamente la estructura física de los inmuebles y los cálculos se basan en su valor de venta. Si incluimos las pérdidas en otras áreas, tales como salud y educación, por ejemplo, este valor ascendería fácilmente a los 3.000 millones de reales (1.000 millones de dólares)», declaró José Marengo, coordinador del Proyecto Metrópolis.

El investigador del Instituto de Investigaciones Espaciales del Brasil (Inpe) Luiz Eduardo Oliveira, que también participa del proyecto, llama la atención sobre el aumento de los impactos climáticos sobre la salud. Oliveira e Cruz explica que el estudio del análisis de riesgo y de las estrategias de adaptación detectó la conexión entre el fenómeno El Niño y el aumento de casos de dengue durante los veranos de 2010 y 2015. Los gastos únicamente con hospitalizaciones y tratamientos de pacientes se elevan en Santos al menos a 720 mil reales.

«Hemos puesto algunos valores, pero si juntamos todas las enfermedades relacionadas con el aumento de temperatura y con las inundaciones, que dejan a las personas sin hogares, logramos ver el impacto real de este problema en el área de la salud», agregó el investigador.

Escenario futuro: aumento de inundaciones

En Santos, el nivel del mar ha aumentado a diferentes guarismos desde la década de 1940. «Con base en series históricas, detectamos dos posibles escenarios para la ciudad: uno más realista (una tasa de elevación del nivel relativo del mar de 0,36 cm por año) y el otro, el peor de los escenarios (una tasa anual de 0,45 cm). Con base en estos dos escenarios, la conclusión indica que el nivel del mar puede aumentar entre 18 y 23 centímetros hasta 2050 y entre 36 y 45 centímetros hasta 2100», dijo Celia Regina de Gouveia Souza, investigadora del Instituto Geológico del estado de São Paulo, quien forma parte del proyecto.

Puerto Santos

El modelo también considera el surgimiento de eventos extremos, tales como mareas meteorológicas y resacas -cada vez más frecuentes a causa de los cambios climáticos- que resultan en un rápido aumento del nivel del mar.

«La serie histórica de datos oceanográficos de Santos apuntó que el nivel máximo que se alcanzó durante uno de esos eventos extremos durante la década de 2000 fue de 146 centímetros. Las proyecciones indican que el mismo podrá llegar a los 160 centímetros en 2050 y a los 166 centímetros en 2100. De este modo, la ciudad se volverá aún más susceptible y vulnerable a las inundaciones costeras, la erosión de la playa aumentará y migrará en dirección hacia el barrio de Embaré (cercanías del Canal 4)», dijo la investigadora del IG.

Adaptación: estrategia, política pública y participación

Luego de analizar los escenarios de las inundaciones costeras para 2050 y 2100 y de estimar los potenciales daños sobre los inmuebles afectados, los investigadores compartieron los resultados con la población de Santos y con el gobierno local, para sugerir las mejores medidas de adaptación.

«En esos debates con la población aparecieron las opciones de adaptación. Una de estas consiste en la fortificación, que es la construcción de muros y diques y la mejora de la estructura. En otros casos, existen medidas tales como el engordamiento de la playa. Otra estrategia que vimos como necesaria para Santos es la recuperación de los manglares, lo que entra en la categoría de adaptación basada en el ecosistema», dijo José Marengo.

«Las medidas elegidas por la población son bastante adecuadas. Ahora esperamos que la población y el poder público sigan apropiándose del proyecto. Así es como contaremos con una perspectiva bastante positiva de que el escenario sombrío no se concretará», dijo Luci Hidalgo Nunes, investigadora de la Unicamp y participante en el proyecto.

Los investigadores del Proyecto Metrópolis eligieron a Santos, la ciudad en donde se encuentra el mayor puerto de Latinoamérica, como objeto de estudio no solo debido a su relevancia económica, sino también porque es la ciudad costera brasileña con mejor calidad de datos históricos sobre mareas, lluvias, temperatura y resacas.

Con información de la Agencia FAPESP