La historia de esta milenaria ciudad latinoamericana se convirtió en una oportunidad para recuperar la memoria y una opción de negocio para sus creadores.
Por Agustín Velasco desde Ciudad de México
Rodrigo Hidalgo tiene un lugar favorito para dar entrevistas: el Árbol de la noche triste, en la colonia Popotla del norte de la Ciudad de México. La historia cuenta que, en este lugar, a la sombra de un enorme ahuehuete, fue donde el 25 de junio de 1520 el conquistador Hernán Cortés soltó en llanto tras sufrir, él y su ejército, una terrible derrota a manos de los mexicas.
Una tarde soleada de febrero, Hidalgo dialoga con LA Network sobre el proyecto La Ciudad de México en el Tiempo que desde 2011 se puso como objetivo contar historias como las de Hernán Cortés con fotografías antiguas. Su idea ha sido un éxito cultural, social y económico.
¿Podríamos decir que ustedes hicieron popular la Historia?
Es cierto, abrimos y llevamos la Historia a las redes sociales. Las instituciones públicas que tienen esos acervos piensan que la gente debe acercarse a ellos y no al contrario. Hoy es muy fácil ver y compartir contenidos en el teléfono móvil y ahora no solo ya no tienes que ir a buscar la foto, sino que los archivos podrían estar a tu disposición. Así como compartes un meme así puedes compartir una foto o anécdota de la ciudad.
¿A qué atribuyes el éxito de este proyecto?
No existía nada similar, los archivos en México son muy cerrados, para tener acceso a ellos hay que tramitar una credencial de investigador y exponer los motivos para los que requieres entrar: voy a escribir un libro, voy a escribir una crónica, etcétera. A veces cobran en los archivos para sacar una foto, para escanear un documento.
En México no tenemos una cultura como en otros países donde los archivos son abiertos, algunos están incluso en internet; en Estados Unidos, por ejemplo, la Biblioteca del Congreso está abierta y tú puedes descargar las fotografías, los mapas; en universidades de otros países los archivos están disponibles para el público.
La tecnología nos ha mostrado que no necesitamos depender de una institución, de una empresa, sino que nosotros también podemos crear nuestro mercado. La gente se puede convertir en cronista de su ciudad.
¿Por qué la gente consume La Ciudad de México en el Tiempo? ¿Es por nostalgia?
Sí, pero no en la lógica de que el pasado fue mejor. La ciudad ha cambiado por diferentes motivos, en algunos casos para bien y en otros para mal, pero eso depende de cada uno, algunos pensarán que los edificios de hoy son más interesantes o que una calle mejoró. No pretendemos verlo desde un punto de vista de añoranza, sino desde una perspectiva más abierta.
¿Quiénes son su público? ¿Cuál es la necesidad que les han llenado?
Se pensaría que es gente mayor, pero para nuestra sorpresa la mayoría son jóvenes a quienes les interesa conocer su ciudad.
Antes los abuelos nos platicaban anécdotas de cómo era el lugar donde vivían y uno no les creía solamente con esas charlas, pero ahora al ver la foto sabemos que eso que nos relataban es verdad. Ese impacto visual te hace buscar más historia. Es reconocer la ciudad de una forma distinta.
La imagen es lo que atrapa, somos una sociedad muy visual, estamos acostumbrados a ver y no a leer tanto, las fotos son las que hablan en La Ciudad de México en el Tiempo.
¿Te imaginaste que podías vivir de este proyecto?
(Risas). No. Estudié Letras Hispánicas y también Comunicación (en la Universidad Nacional Autónoma de México), cuando estaba en la universidad me juntaba con Carlos y otros compañeros a través de un blog de internet donde platicábamos de la capital, íbamos a los lugares, hacíamos recorridos.
A una de esas reuniones en un café asistió el cronista capitalino Armando Ramírez, él nos pidió que hiciéramos un par de segmentos para un programa de televisión y así inició.
¿Cómo se ha diversificado esta idea?
Carlos tiene un espacio en El Universal, aporta fotografías y crónicas para periódicos; hacemos el programa de televisión.
Además, nos contactan instituciones tanto públicas y privadas para dar asesorías en exposiciones, para participar con artículos en libros, hay empresas que piden asesorías cuando están editando textos, revistas. Realizamos recorridos por la ciudad para personalidades que vienen a la ciudad. Damos conferencias.
Hay escritores que se acercan a nosotros para asesorarse cuando quieren ambientar sus obras en alguna época y espacio específicos de la ciudad. Carlos participó en dos películas: en Roma de Alfonso Cuarón (Oscar 2018 a Mejor Película Extranjera) y en la película Museo de Alonso Ruiz Palacios.
¿Cuántas personas hacen La Ciudad de México en el Tiempo?
Carlos y yo intervenimos directamente en la administración de la página; para las cápsulas de televisión está un equipo: el realizador, la productora, el camarógrafo, el operador del dron, un asistente, el asistente de producción. Sólo para los contenidos de televisión unas seis personas.
¿Hacia dónde camina La Ciudad de México en el Tiempo?
Depende de cómo se muevan las redes sociales, es el momento de integrar todo eso que hemos hecho en una sola plataforma, abriremos una página web donde estarán los artículos para periódicos y revistas, comparativas y videos.
Queremos convertirnos en un medio, no seguir siendo una plataforma que suministra a los medios, sino nosotros ser el medio de difusión.