La participación de las mujeres en las políticas culturales, segunda parte

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VICTORIA CONTRERAS
15 marzo, 2022 - Derecho a la ciudad
Foto de TC Energy, 2015.

El objetivo 5 de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 habla de lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a mujeres y niñas, como fundamentos esenciales para construir esquemas más equitativos para su bienestar.  

Según datos de la UNESCO, el 27% de las políticas culturales respaldan el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisiones y cada vez hay más mujeres al frente de ministerios de cultura. En el caso particular de América Latina, durante el 2020, cerca del  60% de los cargos de toma de decisiones en materia de política cultural estaban en manos de mujeres. 

Sin embargo, las mujeres seguimos teniendo poca presencia  como población objetivo de las políticas culturales. Nuestras necesidades no están siendo atendidas de manera integral. El  trabajo de las mujeres en cultura es desafiante, inclusive dentro de las de por si precarias condiciones del sector. En el caso de existir contratos, que no es la regla, estos son de corta duración, largas jornadas laborales, diferencias salariales, poco reconocimiento, discriminación y acoso. 

Entre las recomendaciones de la UNESCO para atender estas problemáticas, se propone reforzar la estrategias, programas y legislación dirigidas a promover la igualdad de género. De acuerdo con un estudio de este organismo, durante lo más álgido de la pandemia no fue posible identificar ninguna medida gubernamental dirigida específicamente a la atención de  las mujeres que trabajan en los sectores de las culturas y las artes en nuestra región. Este mismo estudio demuestra que precisamente las mujeres generaron mayor cantidad de actividades y se adaptaron con mayor rapidez a la digitalidad, pero también fueron las más afectadas por la pérdida y precarización de los empleos. 

Foto de TC Energy, 2015.

En este complejo escenario, comienzan a plantearse algunas alternativas que podrían iniciar procesos significativos para transformar esta situación. Apenas el 27 de enero de este año, durante la XVI Cumbre de la Alianza del Pacífico se firmó la “Declaración para posicionar a las industrias culturales y creativas”, la cual tiene por objetivo contribuir a la generación de empleo, así como fomentar la circulación y consumo de bienes y servicios culturales entre México, Chile, Colombia y Perú. El Plan de trabajo del Grupo Técnico de Cultura de este mecanismo, cuya presidencia protempore la tiene México, planteó quince iniciativas entre las que destaca la del empoderamiento económico de las mujeres y la reducción de las brechas de género en la economía creativa, con una inversión de $145,761.00 USD. 

Por otro lado, el nuevo gobierno de Chile ha mostrado un gran interés en atender la cultura y la agenda de género. La Ministra de Cultura, Julieta Brodsky, ha declarado recientemente que los esfuerzos están encaminados a la recuperación económica del sector, los empleos y que las trabajadoras de la cultura tengan los derechos que les corresponden.  

Pensando en la Conferencia Intergubernamental de Políticas Culturales – Mondiacult 2022, que se celebrará en el mes de septiembre, es deseable que se abra el debate global sobre los derechos laborales de las mujeres que participan en este sector económico y encaminar esfuerzos hacia la atención del trabajo digno con equidad, desde una perspectiva de género.