Lima: ¿hacia una ciudad circular?

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HORACIO NUÑEZ
8 marzo, 2021 - Ecología Urbana
Flujos del metabolismo urbano

Fuente: Esquema de entradas y salidas: de la economía urbana lineal a la economía circular, un esquema simplificado para Lima, eco2proyectos 2021.

Reducir la extracción de recursos naturales, evitar la generación de residuos y la contaminación del ambiente, y regenerar los servicios ecosistémicos; estos tres principios constituyen la base de la economía circular, la misma que parte de reconocer la insostenibilidad del modelo lineal de: extraer, usar y desechar; que ha generado la reducción de la biodiversidad planetaria y la crisis climática.

La fundación Ellen MacArthur reconoce a las ciudades como un punto central en la transición hacia una economía circular. Este nuevo marco ha tomado impulso como una oportunidad para repensar nuestro enfoque hacia el uso de los materiales en las ciudades. Genera maneras totalmente nuevas de crear valor, así como oportunidades para apoyar las prioridades clave de los gobiernos locales respecto a la vivienda, la movilidad y el desarrollo económico. Para el caso de la ciudad de Lima, con sus 10 millones de habitantes y 50 distritos, la problemática urbana se manifiesta de múltiples formas y con grandes niveles de heterogeneidad y desigualdad; el acceso diferenciado a los servicios básicos, la infraestructura y equipamiento urbano, son evidentes; tanto como la exposición y vulnerabilidad poblacional.

Desde una perspectiva de circularidad y sostenibilidad, la expansión de la ciudad y el cambio de uso del suelo, de agrícola a urbano (125 km2), o la destrucción de ecosistemas naturales como bosques ribereños, humedales y lomas; la contaminación de ríos, cuencas y zona costera; junto con los vertimientos de residuos sólidos y aguas residuales o las emisiones de gases de efecto invernadero, ya sea por la industria o el transporte; configuran un escenario de alta complejidad cuyos impactos en la salud de la propia población, son cuantitativa y cualitativamente insostenibles.

Contradictoriamente y frente a los múltiples desaciertos de las políticas públicas y el modelo de desarrollo de concentración de capitales, sub utilización de recursos y de exclusión y segregación poblacional urbana y rural; se presentan grandes oportunidades para el aprovechamiento de los recursos (insumos desechados). Algunos ejemplos como: 1) la reutilización de la materia orgánica presente en los residuos urbanos (el 50% de las aproximadamente 10,000 TM que se generan diariamente en la ciudad podrían servir para la producción de 1,200 TM de abonos y nutrientes para el suelo, forestería urbana y la actividad agrícola), 2) el tratamiento y reutilización de las aguas residuales (emitidas al mar diariamente), podrían irrigar las áreas desérticas que rodean nuestra ciudad, o incluso servir de insumo para su uso poblacional y residencial (550,000 millones de litros de aguas residuales se generan cada año), 3) La protección y regeneración de ecosistemas como franjas ribereñas, humedales y lomas; constituyen la base de una estrategia de adaptación y resiliencia en un contexto de cambio climático, y 4) el diseño e implementación de un sistema de movilidad urbana sostenible, que haga posible la combinación de alternativas de mayor eficiencia; respecto al consumo de energía en vehículos a nivel residencial, se estima que se consume alrededor de 7.4 millones de galones de combustibles al mes a nivel residencial, en Lima Metropolitana (7.4 millones de galones).

Marco de planificación para una economía circular de la ciudad y su territorio.

Fuente: Managing enviromental and energy transitions for regions and cities, OECD 2020

Durante este período y de manera simultánea se han, organizado foros de economía circular, los mismos que a semejanza del diseño de las estrategias de cambio climático y de las contribuciones nacionales determinadas (CND/NDC), abordan la complejidad de su gestión (adaptación o mitigación); desde una perspectiva promocional (mercantil) o sectorial, desde una institucionalidad fragmentada y/o centralista, ignorando la dimensión territorial y los roles estratégicos de los gobiernos sub nacionales, regionales y locales; así como de la participación de los actores, tornándola nominal e irrelevante.

Los procesos de planeamiento urbano en las metrópolis de Lima y Callao, denotan también el carácter reactivo y limitado de sus metodologías y alcances, negando desde su matriz de análisis temático las interdependencia de sus componentes; en donde la institucionalidad y modelo de gestión resultan limitados para gestionar la complejidad de nuestra mega ciudad: la región metropolitana de Lima y su matriz biofísica territorial de soporte. El análisis comparativo de Ricky Burdett, presentado recientemente, en el que se evalúan las restricciones de las estructuras de gestión para metrópolis como Nueva York, Londres, París o Barcelona; coinciden con las limitaciones de las municipalidades provinciales que conforman nuestra ciudad, para la gestión de problemas clave como el abastecimiento de agua potable, el acceso a la vivienda o el servicio de transporte; y la evidente superposición de funciones en los diversos niveles de gestión; motivo por el cual se requiere un nuevo modelo o arquitectura institucional para gestionar la complejidad urbana y regional, de la capital del país y concentración poblacional más importante del pacífico sur.

Ciudad y economía circular.

Fuente: elaboración propia, en base a World Economic Fórum, Strategic Inteligence, 2021.

Y es que desde la perspectiva de análisis de vulnerabilidad hídrica o gestión del sistema de movilidad y transporte, por dar ejemplos concretos; la fragmentación de sus componentes determina la inviabilidad de las soluciones, en el corto mediano y largo plazo. Frente a ello, ¨La economía circular puede ser una solución a largo plazo, al favorecer un modelo sostenible de vida y trabajo que nos beneficiará en el futuro, creará un modelo más saludable y equitativo y un futuro más habitable para todos”.

Paralelamente, los denominados proyectos del bicentenario (Ancón, Miraflores o Lurín), adolecen de una visión de mayor integralidad y pertinencia, postergando necesidades básicas como la educación, salud y vivienda de la población urbana; en donde el gobierno central sustituye a los gobiernos locales en sus roles y competencias, plasmando la imposición de apuestas verticales que consolidan y potencian un enfoque lineal; manteniendo la exclusión de un sector poblacional representativo de nuestra ciudad. La desigualdad y vulnerabilidad sanitaria y climática, se manifiesta con claridad meridiana, en la segregación urbana y la postergación de prioridades, sub valorando la importancia del capital humano como elemento central de una ciudad sustentable, en donde la circularidad constituye una oportunidad para la concertación social, el desarrollo y la equidad, la generación de empleos dignos y la conservación de la biodiversidad; hacia una institucionalidad y gobernanza de mayor eficiencia y eficacia.

En el contexto actual, los enfoques y teoría sobre la economía circular vienen siendo desarrollados en mayor profundidad a nivel teórico y experimental, gobiernos y empresas del ¨norte global¨ ya cuentan con políticas públicas y estrategias de mercado, normatividad, institucionalidad, planificación, políticas económicas, modelos de desarrollo y cultura poblacional; van dando lugar a los cambios de patrones en tiempos de pandemia.

Finalmente, para que nuestra ciudad construya una hoja de ruta hacia la economía circular, es imprescindible crear y fortalecer las capacidades humanas necesarias para abordar la complejidad urbana desde una perspectiva integral, asumiendo la necesidad de cambios estructurales en el modelo económico y una democracia eficaz para garantizar el bien común y la sustentabilidad. La resiliencia poblacional frente a la crisis sanitaria y climática trasciende la temporalidad de las autoridades electas por lo que la institucionalidad pública es un factor determinante; derechos fundamentales como la salud, educación y vivienda deben ser garantizados.

La complejidad de relaciones entre la política, la economía y nuestras ciudades es abordada desde diversas perspectivas, sin embargo es evidente que los procesos de adopción del concepto y enfoque de desarrollo basados en una economía circular son convergentes y están ganando terreno; instituciones del sector financiero global o fondos inversión pública y privada (BM, BID, WEF), como organizaciones de las naciones unidas ONU; así como la UE; ya cuentan con políticas y programas de inversión coincidentes con las líneas de los programas nacionales de recuperación económica; articulando esfuerzos por la recuperación y creación de empleos dignos, verdes y circulares; nuestra gran informalidad urbana tiene su origen causas estructurales; el modelo debe cambiar. Y debe cambiar también a nivel local, hacia un modelo de gestión urbana que integre al territorio y su matriz biofísica como límites de sustentabilidad: el donut de la ciudad circular.

En el gráfico adjunto del Foro Económico Global, podemos apreciar las interrelaciones de una economía circular y sus múltiples interdependencias, según Eva Gladek, la economía, tal como está estructurada actualmente, inevitablemente concentrará la riqueza en manos de unos pocos, recompensará el pensamiento a corto plazo y seguirá creciendo a expensas del bienestar humano y la salud ecológica. En última instancia, para tener éxito en reconstruir mejor, debemos reconstruir de manera diferente. Si simplemente nos enfocamos en la creación de empleo y el crecimiento económico en el viejo paradigma, se mantendrán los mismos patrones que nos llevaron a esta crisis y surgirán nuevas crisis.

Una ciudad en emergencia.

Fuente: COVID-19 Dashboard by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) at Johns Hopkins University (JHU).   https://coronavirus.jhu.edu/map.html

A manera de conclusión, con un estimado que supera las 100,000 muertes a nivel nacional (47,681 oficialmente) y 20, 770 en la región de Lima Metropolitana en Lima (43.56%), con una pérdida de empleo cercana a los 3 millones y la grave reducción del ingreso de las familias de menores recursos, se configura un escenario de emergencia (nacional), en el que un recambio de autoridades acentúa el desgobierno y falta de liderazgo; la oferta electoral dista mucho en términos de capacidades de ofrecer alternativas coherentes para abordar la problemática socio ecológica y política existente; y a nivel local-regional nuestras autoridades con honrosas excepciones, presentan serias limitaciones para la gestión de las prioridades poblacionales. Frente a lo cual, las organizaciones sociales, la iglesia y gobiernos locales vienen respondiendo a la crisis de manera efectiva, complementando la acción del sector público y privado.

Esperemos que las nuevas autoridades elegidas y funcionarios designados, asuman sus responsabilidades con una visión común (ética y transparente), desarrollando acciones integradas (multisectoriales), articulando: actores, actividades y ámbitos; en el marco de un enfoque circular que responda al escenario de manera sistémica, para lo cual la organización y participación ciudadana serán determinantes. Y lo que se planifique e implemente en Lima, en términos de inversión pública, durante el siguiente período de gestión presidencial y lo que queda del ejercicio municipal, será un referente clave y constituye una oportunidad para un cambio, hacia la equidad y sustentabilidad; hacia una Lima Circular.

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