LA Network habló con Olivier Robinet del Ministerio del Medio Ambiente, Energía y Mar de Francia, quien destacó la necesidad de un rol activo de la ciudadanía en los compromisos de COP21 en París.
Las ciudades tendrán en 2050 el 70% de la población mundial y por ello los ciudadanos tienen en sus manos, en sus acciones, mucha de la responsabilidad de limitar el aumento promedio de la temperatura global en máximo 2°, el objetivo central del Acuerdo de París.
Así lo piensa Olivier Robinet, Subdirector de Relaciones Internacionales de la Secretaría General del Ministerio del Medio Ambiente, Energía y Mar de Francia, quien asistió en Medellín al ‘Seminario Miradas Cruzadas sobre Ciudades Sostenibles’, para aportar con la experiencia de su país respecto a París 2015 cómo asumir el compromiso de controlar “muy por debajo de los dos grados”, el calentamiento global.
“Según el más reciente reporte intergubernamental, de mantenerse la tendencia actual, el aumento al final de este siglo será de entre 5° y 6° que corresponde a la misma diferencia de temperatura del último periodo glacial y el actual”, advirtió Robinet a un auditorio repleto de expertos preocupados por la sostenibilidad del planeta y el papel de las urbes en ella.
Las ciudades son los lugares donde hay que implementar todas las medidas preventivas, dijo el experto, ya que estas concentran la mayoría de problemas que movilizan al mundo como el consumo de energía, las emisiones de gases de invernadero, “la violencia y los problemas sociales”.
Sin embargo, Robinet piensa que aun con los acuerdos firmados por más de 190 países en COP21, no es mucho el avance y hay que trabajar más por las ciudades sostenibles. Allí es donde cobra protagonismo la ciudadanía, a pesar de que se considere que la única responsabilidad es la de los estados o gobiernos locales.
“Este es un tema muy importante. Muy a menudo creemos que esas soluciones deben venir de las políticas públicas. Claro que estos actores son imprescindibles para poder empezar este proceso, pero sin son ellos solos, no será suficiente. Esto, debe ser de todos”, recalcó.
Agregó que en Francia se basan en que el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de los comportamientos y las acciones individuales, no de las colectivas.
“Si nadie se responsabiliza, no funcionará. Es una mezcla entre las políticas públicas, la sensibilización, la educación y la toma de conciencia de cada uno. Entre todos estos factores, el que predomina es la escuela, ya que el mundo que estamos construyendo serán nuestros hijos quienes lo vivirán”.
El Director de Relaciones Internacionales añadió que es el conjunto de la sociedad el que debe movilizarse pues la transformación de las urbes en ciudades sostenibles se debe hacer, no solo por cumplir unos acuerdos supranacionales, sino “por las personas”.
Mencionó que este trabajo global para cumplir ese objetivo común de impedir el aumento de la temperatura del planeta, pasa por las decisiones de los ciudadanos de usar determinado modo de transporte; también de la unión de países que trabajan en la planificación sostenible del transporte urbano y disminuir en un 75% la emisión de gases de efecto invernadero.
En este sentido la Gobernanza es fundamental, principalmente en la posibilidad de que las ciudadanos participen, que las iniciativas sean pluralistas y las decisiones construidas por consenso, pese a que no deben existir absolutos.
“Nadie tiene una respuesta única”, afirmó Robinet. “Es una cuestión de discusión y cambios. ¿Cuál mundo queremos para dentro de un siglo? Todavía no sabemos cuáles serán las futuras necesidades, entonces nadie puede decir “queremos y necesitamos esto”.