Por sus características técnicas, económicas y de factibilidad meteorológica, Medellín y su Área Metropolitana tienen mejores condiciones para generar energía solar fotovoltaica (con paneles solares) a pequeña escala que ciudades como Barcelona y Santiago de Chile.
Así se deduce de un estudio realizado en la Universidad Nacional de Colombia – Sede Medellín en el que hizo una caracterización de la radiación solar para estimar el potencial de energía fotovoltaica de este entorno urbano.
La ingeniera ambiental Nathalia Correa Sánchez, magíster en Ingeniería – Recursos Hidráulicos y autora de la investigación, explicó que en su trabajo midió variables como radiación solar en superficie, nubosidad y temperatura del aire, entre otras que interactúan y afectan esa radiación –que es el recurso natural para generar la energía– con el fin de determinar en qué zonas del Valle de Aburrá y en qué condiciones se podría generar esta energía.
“Usamos información del Sistema de Alerta Temprana (Siata) y los datos de generación de tres sistemas fotovoltaicos experimentales que estaban instalados en puntos contrastantes: uno en el centro del Valle de Aburrá con capacidad de generar 80 vatios; otro en la ladera oriental, y el último en la occidental, cada uno con capacidad de generar 100 vatios”, contó la investigadora.
Durante casi dos años se les hizo seguimiento a los datos, incluidas las estimaciones de nubosidad obtenidas del satélite GOES-16, y por casi 11 meses se recopilaron datos de esos paneles.
Con ellos, la magíster Correa estableció que la región muestra condiciones favorables para aprovechar la radiación solar y que las zonas del centro del Valle presentan mayor eficiencia que las de las laderas, a pesar de que el sistema de generación instalado allí es menos potente.
Zonas de estudio
Pero la búsqueda no terminó ahí. La magíster de la UNAL seleccionó seis zonas urbanas representativas (ZUR) según la topografía y la morfología urbana, es decir donde había edificaciones altas o bajas, y en qué sección topográfica del Valle se encontraban para analizar su potencial de generación de energía fotovoltaica y así brindar información relevante para orientar una planificación energética más sostenible y resiliente en la región.
Las zonas seleccionadas fueron Jesús María Valle, Calasanz parte alta, Santa Cruz (Itagüí), Aguacatala, Campo Valdés 2 y Bosque Chuscal (Envigado), todas ellas con características distintas: en Itagüí se eligió una zona industrial con edificaciones de baja altura, en Jesús María Valle y Campo Valdés las edificaciones son bajas pero residenciales; en la Aguacatala hay edificaciones altas y bajas, mientras que alrededor de Calasanz y Envigado los edificios son de gran altura.
“Se debe tener en cuenta que instalar un panel solar requiere espacio. No es recomendable hacerlo en sitios con obstáculos aledaños ni con techos en pendientes de más de 45° o con menos de 30 m2 para la instalación. Concluimos que en las zonas del centro del Valle están los máximos de generación y que en las laderas las edificaciones más altas presentaron mejores resultados”, destacó la investigadora.
Las estimaciones de energía anual generada indicaron que, en el sector de Santa Cruz, en Itagüí, se podría cubrir hasta el 23,7 % del consumo energético mensual de una persona por cada metro cuadrado de panel instalado, teniendo las condiciones climáticas más favorables. La zona con menor generación fue Campo Valdés no. 2, donde se puede generar el equivalente al 8,92 % del consumo energético mensual de una persona.
“Aunque los resultados en ladera oriental fueron más bajos que los de las otras secciones del Valle, siguen siendo favorables para cubrir una fracción del consumo energético de los ciudadanos; la viabilidad de instalar paneles solares residenciales está ligada a consideraciones ambientales, especialmente en relación con la destinación de esas estructuras cuando cumplan su vida útil, que por lo general se estima en 20 años”, señaló la investigadora.
Consideró además que “los resultados del estudio podrán servir como base para una planificación energética de la ciudad. Tenemos patrones ambientales que debemos tener en cuenta si queremos hacerle frente al cambio climático; hoy casi el 69 % de la energía que consumimos viene del agua (hidroeléctricas) y en tiempos de sequía ese recurso es muy golpeado”.
Agencia de Noticias UN