Por Octavio Arbeláez
“Lo poco que sé lo aprendí preguntando” decía Arturo San Agustín, y eso un poco el sentido de este libro que interroga los procesos creativos de artistas de diversos orígenes. Y es que, si la filosofía surge como diálogo, la literatura “logra su irrepetible momento en el juego novelístico de la conversación decimonónica…” y el arte de la entrevista da sentido y razón a esa curiosidad activa del que pregunta en nombre del lector.
Conversaciones para la memoria que nos remiten al placer de leer que sentimos en la juventud cuando lo hacíamos por el mero deleite, y nos permite asomarnos desde la perspectiva de los aires de los artistas que hacen “lo que les dio la gana” tanto desde lo ideológico, como de sus procesos que abarcan todo un abanico de miradas desde la diversidad de géneros, edades, artistas y desde luego de visiones asociadas tanto a la imagen en movimiento, como a una diversidad de formas de abordar ese espejo trizado que es nuestro espacio cultural común latinoamericano.
“El intelectual es una vela que iluminará la voluntad y los anhelos de todos los hombres” decía Emerson, en una metáfora que nos lleva a ese interés que tenemos como “lectores” de la obra artística de “explicar el arte” – después de tantas evidencias sociológicas sobre cómo condicionan las obras el mercado, los museos, las bienales, los festivales, las ferias, los medios y los públicos-, ¿debemos entonces asomarnos a la subjetividad de los artistas?
Tal vez sea esta la intención al construir estos «»autorretratos hablados»» donde la subjetividad se muestra como un territorio complejo de verdades y ficciones, de maneras artísticas y procesos creativos, de historias de vida y relatos de la dimensión cotidiana de todos ellos, sobre los más diversos proyectos y obras, personalidades y utopías, que develan sus motivaciones personales, sus modos de trabajo, sus pasiones y manías, sus preocupaciones e inspiraciones pero que, posiblemente y sin quererlo, además, invitan a reflexionar acerca de la función y misión actual del arte tanto a nivel individual como colectivo. Los textos coinciden en una certeza: la importancia de rescatar la palabra del artista, primer borrador urgente de la historia del arte que se escribirá mañana, desde una perspectiva muy latinoamericana.
