Tribunal de Londres ordenó detener construcción de pista en aeropuerto de Heathrow por no estar acorde con Acuerdos de París.
La coherencia entre el desarrollo de las ciudades del mundo y el compromiso por la lucha contra el cambio climático sí es posible. Así lo demostró la justicia británica que tomó la decisión de paralizar las intenciones del Ministerio de Transporte de construir una tercera pista en el aeropuerto de Heathrow, uno de los diez con mayor tráfico en el mundo al movilizar al menos unos 80 millones de pasajeros por año.
Según el juez Keith Lindblom, el Ministerio de Transporte -en cabeza en su momento de Chris Grayling-, en su Declaración Nacional de Aeropuertos que fue votada positiva por el parlamento en junio de 2018; cayó en contradicción frente a los compromisos firmados por el Acuerdo de París, ya que con la nueva pista el aumento de aviones que operarían en esta terminal aérea pasaría de 1.300 a 2.000 por día, lo que ocasionaría una generación calculada en 300 millones de toneladas de CO2 (Dióxido de Carbono) adicionales a las más de 500 millones actuales.
“Los Acuerdos de París debieron ser tenidos en cuenta por el ministro (de Transporte) pero ese no fue el caso”, indicó en su argumentación el juez británico, en una decisión que fue celebrada incluso por el alcalde Sadiq Khan en sus redes sociales; por las organizaciones civiles y por las organizaciones activistas por el medio ambiente que desde los primeros años de la década -cuando se planteó la nueva pista-, habían rechazado la idea.
“Junto con los consejos y grupos ambientalistas, bloqueamos los planes del gobierno Tory (conservador) de construir una tercera pista en el aeropuerto de Heathrow”, señaló el mandatario londinense.
De hecho, el gobierno británico expresó que tampoco apelaría la decisión del tribunal, lo que deja prácticamente muerto el proyecto de cara al futuro.
¿Un hito para la sostenibilidad mundial?
Si bien este hecho parece una noticia de interés exclusiva de británicos y londinenses – el alcalde Khan había dicho que este era “el caso ambiental más importante para una generación”-, el valor de esta decisión parece tener implicaciones que van más allá, puesto que es una ratificación de que las decisiones técnicas vinculadas a la lucha contra el cambio climático y el compromiso con los Acuerdos de París (que buscan no permitir el aumento de la temperatura global más allá de 1.5 grados), puede superar las decisiones políticas.
Aunque distintos medios internacionales afirmaron que esta decisión del Tribunal londinense era la primera sentencia con base en los Acuerdos, existen distintos antecedentes que indican que no solo no es así, sino que cada vez se suman más triunfos de la sostenibilidad frente al desarrollo crudo, basado en lo político y lo económico.
Hace cinco años, la fundación holandesa Urgenda, que trabaja por “una transición rápida hacia una sociedad sostenible, con un enfoque en la transición hacia una economía circular utilizando solo energía renovable”, ya había ganado un litigio jurídico en el que lograron que el aparato judicial le ordenara al gobierno la meta de una disminución del 25 % en la emisión de gases de efecto invernadero hacia el presente año.
En ese momento los argumentos se enfocaron en ese compromiso con base en la protección de la salud y la vida de los ciudadanos de los Países Bajos.
Sumado a ello, la organización activista indicaba que la protección del medio ambiente no era un asunto de interpretación o ejercicio político sino un compromiso con el cumplimiento de los Derechos Humanos, de los acuerdos internacionales.
«Las implicaciones de este juicio son globales», indicó al diario el País de España, Margaretha Wewerinke-Singh, profesora de Derecho Público Internacional de la Universidad de Leiden, en Holanda, refiriéndose al caso del aeropuerto londinense. «Este litigio puede replicarse en muchos otros países donde las políticas climáticas y energéticas son incompatibles con los objetivos del Acuerdo de París», agregó la experta.
Un caso similar al de Londres ocurrió en 2017 en Austria cuando la Corte de este país europeo también negó la ampliación de una pista para el aeropuerto de Viena- Schwechat que moviliza unos 25 millones de pasajeros al año.
En su sentencia, la Corte Federal argumentó no solo sobre indicadores de bienestar de sus ciudadanos con base en normas y compromisos medioambientales internas, sino que citó también obligaciones europeas y claro, el Acuerdo de París que está ratificado por la mayoría de países, firmado por cerca de 10 y solamente el ya conocido retiro de Estados Unidos.
Ahora, este tipo de decisiones se han dado en los países europeos, estados con tradiciones jurídicas firmes y ciudadanías activas potentes y organizadas; que además tienen logros evidentes en muchos de ellos; ¿podría suceder lo mismo en los países latinoamericanos?