Desde el inicio de la crisis en Nicaragua han fallecido 300 personas y otras 2000 fueron heridas.
Zeid Ra’ad Al Hussein, Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, emitió una nueva alerta humanitaria para las ciudades y municipios de Nicaragua, debido al “grado de represión alto” que viven y que ha forzado a las personas que participaron en las protestas del último mes, o que simplemente tienen opiniones disidentes, a ocultarse o salir del país.
“La represión y las represalias contra los manifestantes prosiguen en Nicaragua, mientras el mundo aparta la vista, destacó el diplomático quien además pidió al Consejo de Derechos Humanos y a la comunidad internacional que “adopten medidas para evitar que la crisis actual degenere en disturbios políticos y sociales aún más graves”.
Ra’ad Al Hussein hizo referencia y citó un informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el cual documenta las violaciones cometidas desde que comenzaron las protestas en el país y asegura que la represión está forzando a los ciudadanos a huir. El estudio indica que desde el inicio de la crisis han fallecido 300 personas y 2000 fueron heridas y detalla varias violaciones como el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía.
“El grado de brutalidad de algunos episodios, que incluyeron quemaduras, amputaciones y profanación de cadáveres, ilustra la grave degeneración de la crisis”, advirtió el Alto Comisionado, al tiempo que pidió que finalice de inmediato el acoso, la intimidación y la criminalización en relación con la participación en las protestas y que sean desarticulados de manera inmediata los elementos armados progubernamentales.
Este informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, igualmente, advierte que militantes del Partido Sandinista, funcionarios del Gobierno y miembros de las fuerzas de seguridad (en particular, de la Policía Nacional), fueron agredidos y que fallecieron 22 agentes de policía.