La campaña entrega 10 mil kits de dignidad que contienen productos sanitarios básicos como jabón y compresas, en zonas como Guánamo, un pequeño pueblo minero en el estado de Bolívar.
La crisis económica y política en Venezuela ha llevado a unos 4,2 millones de personas a salir del país en los últimos tres años. Aquellos que se quedaron, especialmente los que viven en el interior del país, han experimentado el cierre casi total de muchos servicios públicos, incluidos salud sexual y reproductiva, y los servicios contra la violencia de género.
Ante este escenario, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) viene desarrollando talleres para entrenar al personal sanitario venezolano en salud sexual y reproductiva, pues estos conocimientos pueden hacer una verdadera diferencia para las personas, especialmente para las mujeres.
«Cuando los trabajadores sanitarios amplían y actualizan su formación, los más beneficiados son las personas que vive en las comunidades próximas”, destacó José Gregorio Cuenza, un funcionario de salud en Páez, un municipio en el estado venezolano de Apure. «Ahora, estas mujeres obtienen no solo los servicios básicos sino también orientación apropiada sobre cómo tratar asuntos tabúes como la salud sexual y reproductiva, el abuso sexual y la violencia de género”, agregó.
La demanda no satisfecha de anticonceptivos se estima en el 80 % a pesar de los esfuerzos del UNFPA, el Gobierno y organizaciones locales por abastecer clínicas de atención primaria por toda Venezuela. A esto, se suma que las mujeres embarazadas a menudo no pueden encontrar los cuidados que necesitan por la escasez de medicinas, las instalaciones colapsadas y los apagones.
Hasta ahora, 135 trabajadores sanitarios han recibido capacitación específica en violencia de género y en atención a enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH. Otros 144 miembros del personal sanitario del sector público y ONGs han participado en los talleres sobre violencia de género, atendiendo a unos tres mil 500 habitantes de comunidades pequeñas a lo largo de las fronteras con Brasil y Colombia.