Un censo levantado por la Fundación África Vive, destaca que en Argentina hay por lo menos dos millones de hombres y mujeres de raza negra.
Argentina deberá tratar la permanente discriminación estructural que sufren los afroargentinos, afrodescendientes y africanos en el país, de acuerdo con un reciente llamado de atención elevado por el presidente del Grupo de Trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes de la ONU, Michal Balcerzak.
“La realidad es que los afrodescendientes son un grupo vulnerable que merece medidas especiales”, ya que no pueden ejercer plenamente “sus derechos económicos, sociales y culturales”, afirmó Balcerzak.
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU, presente en Buenos Aires, Santiago del Estero y Santa Fe, destacó que existe “el compromiso del Gobierno para incluir la variable sobre afrodescendientes en el cuestionario general del Censo Nacional de Población, Vivienda y Hogares a realizarse en el año 2020”.
Balcerzak añadió que, siguiendo el principio formulado en la Agenda 2030 de no dejar a nadie atrás, “se debe reconocer a los afroargentinos y otros afrodescendientes y deben desarrollarse programas específicos para proteger sus derechos humanos”.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, los afrodescendientes en América Latina tienen 2,5 más probabilidades de vivir en pobreza crónica que los blancos o mestizos. Además, tienen menos años de escolarización, experimentan más desempleo y están poco representados en cargos de toma de decisiones, tanto públicos como privados.
En Argentina, sumado a esto, son una minoría de dos millones que se hacen “invisibles” antes 36 millones de personas de raza blanca o mestiza que los invisibiliza aún más.
