El senado chileno, a través de sus mayorías, rechazó ayer disminuir la velocidad máxima en zonas urbanas de 60 a 50 kilómetros por hora, un punto esencial e innegociable para la Ley de Convivencia Vial y que ya había sido aprobado por la Cámara de Diputados en enero pasado. Los colectivos sociales convocan a rechazar esta decisión legislativa.
Más de 100 organizaciones, instituciones y especialistas en transporte y política pública, que impulsan la Ley de Convivencia Vial que reforma la Ley de Tránsito en Chile, han convocado para esta mañana del jueves a una rueda de prensa, para manifestar su rechazo a la decisión del Senado, de no reducir la velocidad máxima urbana de 60 a 50 k/h considerada en el proyecto de ley original.
Los senadores rechazaron ayer con 14 votos en contra y 10 a favor el informe de la comisión mixta relativo al proyecto que pretende modificar la Ley de Tránsito para aplicar nuevas normas de convivencia entre los distintos medios de movilidad, especialmente entre peatones, ciclistas y automóviles.
Los senadores, en su mayoría de Chile Vamos, la coalición hoy gobernante con el recientemente posesionado presidente Sebastián Piñera, estuvieron en contra del cambio hecho por los diputados quienes pretendían disminuir esa velocidad máxima.
Cabe recordar que el pasado mes de enero la Cámara de Diputados aprobó por 70 votos a favor, 29 en contra y 5 abstenciones, el informe emitido por la comisión mixta sobre el proyecto de ley de Convivencia Vial, el que establece la rebaja de la velocidad de 60 a 50 km/h en radios urbanos. Este asunto debía entonces ser debatido en el Senado, como última etapa del trámite legislativo.
El Senado deberá comunicar su rechazo a la Cámara de origen, para que esta a su vez informe del resultado al presidente Piñera, quien tiene la facultad de insistir en la disminución de la velocidad o no. Si no hay insistencia alguna, el proyecto se convertiría definitivamente en Ley.
Las organizaciones ciudadanas, en su mayoría colectivos pro bici, en defensa de los peatones y centros académicos, comunicarán las acciones que se llevarán a cabo, en protesta a lo que ellos consideran “irresponsable” votación del Senado, y más aun teniendo en cuenta que el proyecto ingresado al Congreso Nacional desde agosto de 2015, estaba en su última etapa de tramitación.
Para estas fuerzas ciudadanas, el proyecto se sustentó en la necesidad de actualizar la normatividad teniendo en cuenta que, por ejemplo, el parque automotor chileno, entre 2009 y 2013, aumentó en más del 35%. Además en la positiva irrupción y posicionamiento de modos de transporte no motorizados como la bicicleta.
“Estamos hablando que según la última encuesta Origen – Destino (EDO), para 2012 la cantidad de viajes diarios de bicicleta solo en el Gran Santiago era del orden de 750.000”, explicó semanas atrás a LA Network, Daniela Suau, activista e integrante del colectivo Muévete.
Suau destacó que hoy ese número de viajes ya se calcula en más de un millón en la capital chilena y de allí “la importancia de actualizar la normativa con una nueva realidad, por exceso de vehículos pero por otro lado por un alto porcentaje en la población que está decidiendo movilizarse en bicicleta”.
Pero además de la bicicleta, la Ley de Convivencia Vial también se sustenta en que el 34,5% de los viajes en Santiago según la misma EDO de 2012 se realizan a pie. Por ello resulta para las organizaciones inmodificable este punto de la nueva Ley.