Para TECHO la calidad de vida en la ciudad debe involucrar a todos

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La organización latinoamericana sin fines de lucro llama la atención sobre cómo en las tres ciudades con mayor calidad de vida de Suramérica, aún hay miles de familias excluidas viviendo en asentamientos informales. En Latinoamérica hay 104 millones de personas que viven en estos lugares en condiciones precarias.

Foto: Villa Miseria en Buenos Aires. (TECHO)

Para Techo, la organización social presente en diecinueve países de América Latina, que busca superar la situación de pobreza en los asentamientos informales, es necesario complementar la visión de ciudad con calidad de vida, con la reflexión sobre cuál es la distribución real de esa calidad de vida entre la ciudadanía.

Esta postura surge luego de conocerse el informe de la consultora global en Recursos Humanos Mercer que ubicó a las ciudades de Montevideo, Buenos Aires y Santiago, como las de mayor calidad de vida en Suramérica.

Cada año Mercer desarrolla una investigación comparada para determinar cuáles son las ciudades con mayor calidad de vida en el mundo. Este informe tiene como objetivo ayudar a las compañías multinacionales y demás organizaciones a compensar equitativamente a sus empleados cuando son enviados en asignaciones internacionales.

“Nos parecía bien interesante poner sobre la mesa que en ciudades como Santiago o Buenos Aires, por el trabajo que realiza Techo, nosotros conocemos de primera mano que existen miles de familias que viven en una situación de vulneración de derechos humanos constantemente”, explicó Felipe Bogotá, Director General de Regiones para América Latina y el Caribe de Techo.

Según los datos publicados por la organización sin fines de lucro en 2016, solo en Buenos Aires 397.705 familias viven en 1.352 asentamientos informales, en Santiago 4.337 familias residen en 81 asentamientos. En Montevideo, los últimos datos publicado por el gobierno, correspondientes al 2011, señalan que existen 332 asentamientos informales.

“Nosotros hemos incorporado un concepto que es el del ´Derecho a la ciudad´ y dentro de este concepto nosotros concebimos que la ciudad tiene que proporcionarles derechos a todos de la misma manera. Nos parece muy bueno que estas ciudades cada día sigan progresando, pero también nos parece importante recalcar que son muchas las personas que viven en una situación de exclusión y de constante desigualdad”, enfatizó Bogotá.

Pero cabe la pregunta: ¿por qué cuestionar a las ciudades que a pesar de no tener todos los temas resueltos muestran los mejores niveles de bienestar y no enfocarse en aquellas en la región cuyos niveles de calidad de vida son críticos?

“Para promover esta reflexión queríamos hacer énfasis en aquellos lugares donde está montado el paradigma de que hay mayor desarrollo, mejores lugares. La temática de asentamientos informales es para toda América Latina. De hecho 104 millones de personas viven en asentamientos informales, lo que significa que una de cada cinco personas vive en esta situación. Entonces efectivamente podríamos ver otros países de Suramérica, Centroamérica, pero nos parece bueno que la reflexión se promueva en lugares donde tenemos construido una paradigma de desarrollo en el que la calidad de vida es mayor, donde en teoría las oportunidades son para todos y no es así. También se ve mucha pobreza y desigualdad”, argumentó Felipe Bogotá.

El informe Mercer de Calidad de Vida 2016 refleja que las ciudades con calidad de vida más precaria en la región son Ciudad de Guatemala, Managua, San Salvador, Tegucigalpa, Caracas y Puerto Príncipe.

Sin embargo, la reflexión propuesta por Techo tiene implícito un tema aún más complejo y es que el mundo, a pesar de habérselo impuesto como una prioridad desde Hábitat I en Vancouver (Canadá) en 1976, no ha podido resolver el problema de los asentamientos informales. Preguntamos entonces a Bogotá ¿cómo garantizar que la Nueva Agenda Urbana sí de solución a este tema, en particular en Latinoamérica?

“Por un lado vemos muy importante la participación ciudadana, la participación justamente de esas personas que viven en los asentamientos informales desde la construcción, ejecución y monitoreo de las políticas públicas…Lo segundo: que Latinoamérica tiene que acabar con la desigualdad. Si no solucionamos el problema estructural de la desigualdad va a ser muy difícil que diferentes programas y políticas tengan la contundencia que tienen que tener… Y lo tercero es que vemos que hay una deficiencia de la información y con ese problema es muy difícil que se puedan diseñar políticas que sean adecuadas a la población. La información sobre asentamientos informales es baja, no existe”, reflexionó Bogotá.